La evolución de la participación de China en las importaciones totales argentinas ha mostrado un sensible crecimiento en los últimos años.
Un trabajo presentado meses atrás en esta misma sección del diario, mostraba tendencias claramente preocupantes para determinados sectores de la economía Argentina.
Mientras que en 2002 la participación de las importaciones chinas alcanzaba el 3,3% del total de las compras que realizaba nuestro país, en 2006 pasó a concentrar el 9,1% del total de las importaciones por un monto total de u$s 3.122 millones.
También hay que aclarar que se ha producido también un aumento en la participación de China en las exportaciones argentinas, que de un 3,3% en 1997 pasó luego de la devaluación a ubicarse en torno del 7,5% entre los años 2003 y 2006, con un total de ventas hoy del orden de los u$s 3.508 millones.
Como consecuencia, el saldo comercial con ese país, que había sido deficitario en la mayoría de los años previos a la devaluación pasó a ser positivo a partir de 2001, con picos cercanos a los u$s 1.700 millones en 2003, aunque durante el año pasado se contrajo hasta los u$s 386 millones como consecuencia de la creciente aceleración de las importaciones.
Un reciente informe elaborado por la Consultora de Investigaciones Económicas Sectoriales (IES) destaca que, más allá de la tímida situación superavitaria que hoy se observa en las cuentas externas argentinas con China, son de notar las diferencias en la composición de las corrientes comerciales entre ambos países.
Las exportaciones argentinas están conformadas casi con exclusividad por los productos primarios y sus derivados (un 60% entre productos vegetales: soja, grasas y aceites), un 28% por productos minerales y un 4,7% por lanas y cueros. La sumatoria de estos tres ítems mencionados concentran el 93% del total de las ventas externas argentinas hacia ese destino.
Por el contrario, las importaciones provenientes del gigante asiático estuvieron compuestas casi en su totalidad por productos industriales, entre los que se cuentan: productos químicos y plásticos, con el 16%; máquinas y aparatos eléctricos, con el 52%; máquinas no eléctricas y el material de transporte, con el 12%; y los productos textiles y calzado, con el 4,5%. En conjunto todos estos ítems abarcan el 85% de las importaciones argentinas desde China. El resto está conformado por derivados de otras industrias (ver infogramas adjuntos).
En cuanto al crecimiento de las importaciones chinas, éste ha sido sensiblemente superior al del resto de los orígenes, ya que alcanzaron el 39,5% entre 2006 y 2005, un 59,6% entre 2005 y 2004, y el 94,6% entre 2004 y 2003.
Ello le posibilitó a ese país consolidarse como tercer proveedor de Argentina, con el 9,1% de las ventas en 2006, inmediatamente por debajo de Brasil y Estados Unidos al superar a proveedores tradicionales como Alemania e Italia.
Si bien las importaciones provenientes de China abarcaron el 26,6% de las originarias de Brasil en 2006, su avance ha sido importante en los últimos cuatro años, ya que sólo llegaban al 15,3% en 2003. Pero la diferencia de crecimiento entre ambos países se ha destacado en un grupo determinado de productos, entre ellos algunos de los considerados más sensibles.
Aunque el avance de las importaciones chinas se ha realizado a costa principalmente de otros países, en el futuro podrán afectar en medida aún imprevisible la posición de Brasil.
Entre los sectores más sensibles, confía el informe de la Consultora IES, las diferencias de crecimiento han sido notorias, como se puede apreciar en el cuadro adjunto. Productos textiles, calzados, telecomunicaciones y electrodomésticos provenientes de Brasil y China hoy están compitiendo en el mercado argentino.
Resulta evidente que si la posición de China como la gran potencia industrial exportadora se consolida en los próximos años, apuntalada por la liberación en el comercio mundial de ciertos productos (por ejemplo, los recientes acuerdos textiles ATV), así como la paulatina reducción de los aranceles extrazona en el Mercosur, sus efectos sobre la estructura del comercio en el bloque serán cada vez más acentuadas.
Según analistas internacionales, China apunta a consolidar sus ventas en mercados sobre los países en desarrollo como alternativa secundaria a la penetración que hoy está realizando sobre el mercado norteamericano y, en menor medida, sobre la Unión Europea y el sudeste asiático.
El problema está en las escalas de venta que maneja la oferta exportable china. Por más “secundario” que se considere el Mercosur para el comercio de pro- ductos chinos, el daño sobre la industria del bloque latinoamericano puede ser irreversible de continuar las tendencias comerciales registradas en los últimos cuatro años.
COMERCIO CON BRASIL
El comercio exterior entre Argentina y Brasil ha mostrado una evolución positiva en los últimos cuatro años (ver infogramas adjuntos).
Si bien nuestro país presenta una balanza comercial negativa al relacionar las exportaciones e importaciones con Brasil, el comercio bilateral creció luego de haber superado la brusca caída en el año 2003 originada por la fuerte devaluación del peso en ese año. Las exportaciones argentinas han mantenido también una tendencia creciente, si bien a un ritmo sensiblemente más acotado.
El informe de la Consultora IES remarca que las exportaciones brasileñas hacia Argentina se concentran en productos manufactureros, mientras que las exportaciones argentinas a Brasil se conforman mayoritariamente por productos primarios.
La diferencia de precio y valor agregado entre ambas determinó en forma decisiva el déficit comercial argentino, el cual creció por encima de las diferencias entre las exportaciones argentinas destinadas a Brasil y las importaciones de ese origen.
En ese aspecto, el 61% de las importaciones desde Brasil en el año 2006 está concentrado en tres rubros principales: metales, maquinarias y automotores; productos químicos y plásticos; y productos textiles y calzados. Entre todos se alcanza el 85% del total de las ventas brasileñas en nuestro país.
Asimismo, desde el año 2003 la participación de estos tres grupos (los de mayor valor agregado) ha tendido a incrementarse sustancialmente, ya que sólo llegaban al 41% en ese año.
Contrariamente, el 20% de las exportaciones argentinas a Brasil en 2006 se ubicó en productos agropecuarios; un 3,5% en productos alimenticios; y un 18% en productos minerales. Es decir, cerca del 41,5% de las exportaciones se concentra en productos primarios o sus derivados.
Todo esto muestra que la Argentina continúa siendo un referente de productos primarios en el mercado internacional.
Los nuevos acuerdos que nuestro país y Brasil firmaron por separado con China marcan la falta de criterios que tiene todavía el Mercosur para definir su política comercial exterior.
La firma de acuerdos por país y no por bloque comercial fue una de los requisitos del gobierno chino para garantizar las inversiones prometidas. Las frías estadísticas muestran que China no está cumpliendo su cronograma de inversiones pero sí está penetrando con sus productos en el Mercosur. Las tendencias muestran que este escenario se mantendrá en el corto plazo. (J.L)
Causas de los desequilibrios en el Mercosur
El incremento de las importaciones desde Brasil puede ser atribuido a dos factores principales. El primero de ellos, la falta de capacidad instalada en algunos rubros, como consecuencia de la escasa corriente de inversiones a partir de la recesión económica iniciada en 1999. El segundo parecería estar ubicado en diferencias de competitividad, derivada tanto de la escala productiva como de diferencias en incentivos a la exportación e inversión.
La evolución reciente del total del comercio entre ambos países marcó un crecimiento del 15,3% de las exportaciones brasileñas hacia Argentina entre 2006 y 2005, por debajo del 34,6% entre 2005 y 2004 y más aún respecto del 61% entre 2004 y 2003, si bien en este caso debe ser ponderada la cifra por la exigüidad de la base de comparación. La caída en el último período anual se debe en parte a las restricciones impuestas por Argentina a algunos productos “sensibles”, así como a la fuerte revaluación del real. En cuanto a las exportaciones argentinas a Brasil, éstas treparon un 27,8% entre 2006 y 2005 por encima del 13% y 20,1% de los dos períodos anuales anteriores.
Pese a esta evolución creciente en el último año, el estudio destaca que Brasil ha ido perdiendo importancia como destino de las exportaciones argentinas en los años posteriores a la devaluación, ya que del 30% en los años 1997/98 cayó a sólo el 15,7% en 2005 y al 17,4% en 2006.
Como resultado de ello, las exportaciones argentinas a Brasil se encuentran en 2006 levemente por debajo de las registradas en 1997. Contrariamente, la participación de Brasil en las importaciones argentinas experimentó una evolución distinta, ya que pasó del 22% en los años 1997/99 al 25,7% en 2001 para ubicarse entre el 33,9% y el 34,4% entre los años 2003 y 2006.
Ello muestra que las exportaciones brasileñas a nuestro país han seguido una tendencia similar a las del total de su comercio exterior, en tanto que las de Argentina hacia Brasil crecieron en forma más lenta.
A su vez, el trabajo de la Consultora IES señala que el comercio bilateral, medido por las exportaciones mutuas de ambos países, trepa a los u$s 19.800 millones, contra un comercio conjunto cercano a los u$s 210.000 millones, lo cual muestra una participación de poco más del 9%.