Pese a la presión de distintos organismos internacionales y a los consejos de los especialistas económicos, la administración de Néstor Kirchner apuesta, por lo menos para lo que resta del 2007, a la continuidad del modelo económico iniciado luego de la salida de la convertibilidad.
Los pilares que sostienen el programa son un tipo de cambio alto, superávit gemelos y estímulo al consumo. En la medida en que estos tres parámetros se mantengan como hasta ahora, la economía seguirá creciendo, pero con arrastre inflacionario. Pero esto tiene su costo, y la historia demuestra que en algún momento esto se paga.
El problema del programa oficial es que la inflación reprimida comienza a corroer todo el engranaje del sistema, lo que compromete el crecimiento real de la economía. En los últimos cuatro años el país creció a una tasa promedio del 9,5%. Con precios internos controlados, restricciones a las exportaciones y mercados intervenidos, la inflación en el mismo período lo hizo a tasas superiores al 32%.
¿Cuál es el punto de inflexión donde la inflación ingresará en una espiral que no encuentre techo para su crecimiento? Es difícil de ubicar este escenario en el tiempo, lo que sí está claro es que al gobierno se le achican los márgenes de acción para poder sostener el actual nivel de crecimiento sin ingresar en una crisis en la espiral de precios.
La intervención del INDEC y los “acuerdos” parciales con sectores sólo para aquellos alimentos que están dentro de la nómina del IPC muestran que el plan de control de inflación puesto en marcha por la administración Kirchner a partir del 2005 está haciendo agua por muchos frentes.
Analistas económicos coinciden en señalar que el gobierno redoblará su apuesta sobre los controles de precios y logrará así “dibujar” una inflación de un dígito para el cierre del 2007. Entramos en un año electoral y hay fondos para poder corregir “los desvíos” del mercado.
Las dudas de los analistas están centradas en los dos primeros años de la próxima administración, es decir, en el 2008 y el 2009. Aquí las cosas no están tan claras. Sostener el actual esquema de crecimiento en el tiempo indemne de la erosión inflacionaria es una ilusión que poco tiene que ver con la tendencia ‘macro’ que están mostrando los números en el país.
CUATRO RAZONES
Para el economista Carlos Melconian, director de la Consultora M&S, hay al menos cuatro razones que se mezclan entre sí y que están determinado los actuales “cuellos de botella” del programa económico.
• Una está ligada a la propia esencia del modelo de dólar alto: éste promueve la exportación de alimentos que se consumen en el mercado interno y genera presión sobre precios y el salario real. Es un dilema histórico de la Argentina. Sólo se salva la soja, que se exporta y no se consume localmente. Pero carne, frutas, pescado, lácteos y hortalizas se exportan. Entonces, muy parcial e imperfectamente se intenta parar la exportación con retenciones y cupos y con precios máximos en el mercado interno.
• La otra es la recuperación de la masa salarial. Mayor empleo y mayores salarios generan más plata en el bolsillo, que se gasta. Esta parte, genuina, no está mal. Pero con el consumo en alza la política macroeconómica incentivó innecesariamente la demanda, con costo en materia de inflación.
• La tercera explicación es la suba de precios en el exterior. En un año la tonelada de maíz creció en dólares el 110%; la de trigo, el 60% y la de carne, el 35%. Es muy buena noticia para la exportación pero choca con la política antiinflacionaria, que trata de amortiguar en parte las subas con mecanismos específicos pero que, como muestra la realidad, no terminan siendo efectivos.
• La cuarta razón, en algunos casos, ha sido la falta de respuesta de la producción a esos niveles de demanda por un conjunto de factores. No es que no haya subido: en los casos de la soja, la leche o la faena de pollo, la oferta está respondiendo. No alcanza para evitar que suban los precios pero le da más fluidez al mercado. En el caso del maíz, la cosecha sube pero la demanda lo hace más. En los casos del trigo, la carne y muchas frutas (manzana, naranja, limón) y hortalizas (cebolla, papa, acelga, morrón), la producción lo hace hasta donde le da o con volatilidad.
La conclusión para Melconian es que, bajo el actual modelo económico, resulta muy difícil eludir el dilema de la suba de precios y los alimentos caros; es decir, eludir el dilema de la inflación con crecimiento sostenido.
Puede haber atajos, paliativos, con mecanismos de intervención en los que el Estado y los consumidores se apropien de las rentas de los productores y las empresas. Pero en el tiempo, para solucionar este dilema histórico es peor el remedio que la enfermedad.
A la larga habrá que tomar la decisión política sobre si se va a transitar o no por un período de precios más altos y reglas menos discrecionales para que la oferta de alimentos dé un salto en serio y a futuro esto deje de ser un problema.
Está claro que para este año no habrá que esperar ninguna solución de fondo sobre el tema. Pero los márgenes de acción se achicarán sensiblemente a partir del 2008. Corregir los desvíos con una economía en pleno crecimiento sería lo más saludable que le podría pasar al país. Pero los tiempos políticos en la Argentina no siempre son los mismos que los económicos. Una pena.
(Redacción Central)
Espert: “Todo esto es un
disparate”
El economista José Luis Espert fustigó al gobierno por hacer una grave manipulación de las cifras sobre la evolución de los precios y no dudó en calificar de “disparate” lo que está ocurriendo con las estadísticas en el país. En diálogo con “Río Negro Económico”, Espert apuntó que esto ya está generando una enorme desconfianza en la economía argentina y consideró que tendrá consecuencias graves.
–¿Qué evaluación hace acerca de lo que está pasando con el INDEC?
–A esta altura, algún juez o el mismo Congreso deberían tomar cartas en el asunto. Lo que está ocurriendo en la Argentina es una tragedia. Que el gobierno esté anulando las estadísticas como lo está haciendo es un disparate. Más vale que los contribuyentes nos ahorremos lo que significa mantener al INDEC y que pongan el número que quieran ellos.
–En otras oportunidades también hubo intentos de tener injerencia y cambiar los números, ¿no? Este no es el único caso...
–Sí, es verdad, pero todos fueron menos groseros que el actual. Hoy lo que está ocurriendo es muy grosero, es poner a un amigote de (Guillermo) Moreno para establecer el número que ellos quieren. Todos los gobiernos han hecho sus chanchullos, pero esto ya me parece que es exagerado, es una grosería.
–¿Qué puede pasar con la economía si hay desconfianza en los números oficiales?
–Bueno, el primer efecto ya se está viendo: los bonos indexados en pesos han caído notablemente y creo que esto demuestra que es un camino elegido por el gobierno. Lo vinculo con lo que pasó con Transener. El gobierno se las ingenia para tener un dictamen de la Comisión de Defensa de la Competencia, que depende del Ejecutivo, un dictamen del ENRE desaconsejando la venta de esa empresa a un fondo de inversión estadounidense para dárselo a Enarsa, que no existe, y así transferirla a una empresa de amigotes del gobierno. Lo que pasa con el INDEC es jugar en contra de la inversión extranjera o de capital extranjero.
–¿Crecerá la incertidumbre?
–No lo dudo. El dato de inflación de enero es un absurdo. Los controles de precios también lo son. La recaudación en enero creció un 30% nominal, no puede ser que la inflación de enero a enero sea del 10%. Si se publica un nivel de actividad de diciembre del 9% también es mentira, porque en diciembre la construcción, que tiene una alta incidencia en el PBI, cayó un 4% en forma anualizada. La inflación de enero fue el doble de lo que publicaron oficialmente y febrero viene también a nivel del doble de lo que fue este mismo mes del 2006. (ABA)
Indicadores en medio de una puja política
Según fuentes del propio Palacio de Hacienda, la inquietud por la situación del INDEC continúa, aunque se admitió que se ha buscado bajar el perfil de la pelea. “Todo el mundo sabe que la situación sigue complicada pero lo mejor es no darle más trascendencia de la que ya tuvo”, aseguró la misma fuente.
El problema es que ahora se están planificando “algunas movidas” que podrían agravar la interna.
En los últimos días se mencionó la posibilidad de que la Dirección de Precios del INDEC se transforme en dirección nacional, con lo cual reportaría directamente a Economía y no a las autoridades del organismo oficial.
De por sí, éste es otro punto conflictivo entre el Palacio de Hacienda y el polémico secretario de Comercio Guillermo Moreno. Según comentan algunos asesores, esa decisión aún no fue adoptada pero admitieron que se está analizando.
A esto se le agrega la sorpresiva marcha atrás que se resolvió con el aumento en la medicina prepaga. Aparentemente, el objetivo central de esa retracción fue evitar el impacto que podría tener en los próximos meses el rubro salud en el Indice de Precios al Consumidor. De allí que todos estos elementos polémicos acerca de la inflación y de la evolución de los precios sea motivo de crecientes quejas por parte de entidades internacionales como la Organización Mundial del Comercio y del Banco Mundial.
Entre los funcionarios del Ministerio de Economía hay coincidencia en que este punto le sirvió a la ministra Miceli para mostrarse nuevamente firme.
La ministra aprovechó las críticas de la OMC y del Banco Mundial sobre la política de precios para contraatacar. Ese tipo de actitudes es visto, en la interna de Economía, como un lanzamiento de imagen de Miceli de cara a su carrera política. Si bien nadie quiere asegurar cuáles serán los pasos concretos, se menciona que por el momento la ministra estaría evaluando la alternativa de postularse para legisladora nacional.
Según algunos de sus asesores, la imagen de Miceli en Capital Federal es muy buena. Incluso hablan de que más adelante la actual ministra podría ser una buena candidata a jefa de Gobierno de la ciudad, un cargo que el oficialismo, en este momento, ya tiene cubierto con el lanzamiento del ministro de Educación Daniel Filmus.
Todas especulaciones políticas en medio de la incertidumbre que generan los indicadores económicos oficiales.
(ABA)
Lascano: “La economía crece y está muy firme”
El economista del Grupo Fénix Marcelo Lascano consideró que es un pésimo antecedente lo que ha ocurrido en el conflicto del gobierno con el INDEC, aunque puntualizó que este hecho no va a tener mayor incidencia en la evolución de los precios y de la economía, a la que consideró sumamente sólida.
En diálogo con “Río Negro, Económico” Lascano también descartó que la inflación pueda dispararse, como lo predicen algunos analistas.
–¿Cuál es su análisis sobre lo que está pasando con el INDEC?
–Es un mal antecedente, un antecedente ingrato. Es un traspié, una tentación que tienen todos los gobiernos del mundo: querer influir en los índices. Me da la sensación de que el gobierno va a poder soportar la tormenta pero va a generar algunas dudas que pueden ser amenazantes para algunos sectores, ya que el manejo de las estadísticas oficiales es muy importante para resolver su curso de acción. Creo que ha sido un error, si es que ha habido alguna manipulación, error que no debería repetirse.
–¿Cree que esto ha generado incertidumbre sobre las cifras que difunde el INDEC, no sólo sobre los precios?
–Sí, pero a las empresas les va bien, los planes en ejecución e inversiones van a seguir porque no los pueden cortar. Al que tiene un negocio armado y lo tiene claro, acostumbrado a como estamos, con estadísticas relativamente confiables, con un mercado promisorio y con un tipo de cambio como el actual, no lo van a disuadir de seguir adelante.
–¿Necesita el INDEC que se hagan cambios metodológicos?
–No, el INDEC está trabajando en un cambio de matriz, porque la actual tiene diez años y el perfil del consumo y sus componentes cambiaron. Pero ya está en ejecución. El gobierno debería decir que está trabajando con la matriz de la encuesta desde hace tiempo y con eso aclararía que no se piense que se está haciendo un dibujo.
–Le pregunto esto porque se habla de que se cambiaría la Dirección de Precios que tiene el INDEC por una dirección nacional que reportaría directamente a Economía.
–No, eso no creo que se realice así. El cambio de nombre no tiene mucha injerencia. Aquí el problema es que la Encuesta de Hogares debe ser actualizada, porque tiene un base del año ’96.
–¿Qué puede pasar con la inflación?
–Creo que va a estar controlada. El plan económico está sumamente sólido como para que tenga problemas con el índice de precios.
–¿Funcionan los controles de precios?
–Para ciertos productos. Lo que no hay que hacer es abusar de su aplicación.
(ABA)