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Domingo 03 de Diciembre de 2006
 
 
 
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  ESTADISTICAS QUE PREOCUPAN
  Planta de personal en Bariloche se duplicó en cuatro años
En 2002 la comuna contaba con 804 empleados. Hoy ya toca los 1.500. Existen importantes desvíos respecto de otros municipios de la provincia.
 
 

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SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- En los últimos cuatro años el municipio local prácticamente duplicó su planta de personal.
Las estadísticas oficiales muestran que en mayo de 2002, en un contexto totalmente desfavorable para el país por la crisis económica que atravesaba, la administración municipal contaba, entre el personal permanente, contratado y planta política, con 802 empleados públicos. Cuatro años después, la planta de personal pasó a manejar 1.496 empleados.
Los cerca de 700 nuevos trabajadores fueron incorporados durante las gestiones del intendente Alberto Icare.
Teniendo en cuenta los cuatro municipios más importantes de la provincia de Río Negro, Bariloche muestra las distorsiones más significativas al analizar la variable ‘personal municipal’.
La evolución del nivel de empleo en el Estado constituye uno de los indicadores relevantes en la medición de la eficiencia del gasto público y, a menudo, también proporciona indicios acerca de la utilización de las contrataciones con propósitos políticos.
De ahí que el empleo en el Estado sea una de las variables más observadas por los analistas. Y en Bariloche estas estadísticas están enviando señales preocupantes.
Según cifras de finales de 2005, de los 38 municipios rionegrinos sólo 4 reunían 56% de la totalidad de los empleados municipales. En una palabra, son los mayores empleadores comunales. Bariloche, Cipolletti, Viedma y Roca sumaban hacia el cierre del año pasado 3.557 empleados, frente a un total de 6.346 trabajadores municipales en toda la provincia.
Pero de estas cuatro municipalidades, dos de ellas –Bariloche y Cipolletti– exhibían en ese momento una característica común: estaban entre los 10 primeros puestos de un ranking de crecimiento en la contratación de personal entre noviembre de 2005 y noviembre de 2000. La primera con un aumento de nada menos que 69% y la segunda con poco más de 38%.
Las otras dos, Viedma y Roca, se ubicaban lejos, cerca del final de esa tabla. La capital provincial con un incremento de apenas 0,58% en cinco años y Roca con un descenso del orden de 2 %.

MAYORES DESVIOS

De acuerdo a las estadísticas oficiales, el caso de Bariloche resulta ser el más notable en lo que se refiere a los desvíos en el personal. Cuando se realiza la comparación entre noviembre de 2005 y el mismo mes de 2002, se observa que el aumento de personal trepa a casi 80%, porcentaje que avanza otros 10 puntos más si se toman los datos de octubre de este año. Hoy existen 554 empleados de planta permanente, 922 contratados y 62 de planta política, totalizando 1.538 trabajadores.
En los últimos años de la década del ’90 el empleo municipal barilochense se mantuvo relativamente estable (ver infograma adjunto). A partir de 2002 esta variable se disparó. Hubo un aumento moderado en 2003, pero luego existió un ascenso vertiginoso: 25,6% en 2004 y 36,9% en 2005. En 2006 el incremento de personal se aplacó, orillando el 7%. Por supuesto, esa evolución tuvo su correlato en la magnitud de la masa salarial (ver infogramas adjuntos). En 2006, los gastos en personal se llevaron según el presupuesto de la ciudad la mitad de los ingresos totales, exhibiendo una diferencia apreciable respecto del resto de los municipios.
La cifra resultaría alarmante si hubiera dificultades para los pagos o crisis en la estructura de los ingresos. Pero lo que ha sucedido, básicamente a partir de 2002, es que las comunas no han enfrentado problemas para abonar los sueldos porque los recursos han estado creciendo por el aumento de actividad económica y los montos de coparticipación.
Con un agregado. En Bariloche se ha producido un aumento en la eficiencia en el cobro de tasas, sobre todo en el rubro seguridad e higiene que abonan comercios e industrias.
De hecho, hace apenas unos días el Concejo aprobó una ampliación presupuestaria solicitada por el Ejecutivo del orden de los 4 millones de pesos sobre la pauta de 2006, justificada en un incremento no solamente de la coparticipación, sino también de esa tasa.
De manera que los mayores ingresos disimulan la presencia de potenciales problemas presupuestarios, ante los eventuales cambios de tendencia en la economía global. Por ahora los ingresos compensan el aumentos de la masa salarial. Pero el equilibrio en el que hoy se encuentran las cuentas municipales barilochenses es muy precario.
Cualquier indicador que se quiera tomar al respecto muestra preocupantes desvíos.
Por ejemplo, al considerar en un análisis la cantidad de empleados por cada 1.000 habitantes, claramente se observa que, entre los cuatro municipios más importante, Bariloche cuenta con el mayor de los índices (ver infograma adjunto).
Desde la municipalidad de Bariloche se asegura que los datos no son comparables entre unos y otros municipios (ver nota aparte).
Pero independientemente de los argumentos oficiales, las frías estadísticas muestran que el presupuesto de Bariloche está exhibiendo preocupantes distorsiones de la mano del fuerte incremento en el gasto de personal.
Se avecina un año electoral, período donde la demagogia de los funcionarios está a flor de piel. Otro dato a tener en cuenta.

Reducto de favores

 

En la historia económica argentina, el empleo público fue tradicionalmente un reducto de los favores políticos. El equilibrio presupuestario apenas era considerado como un requisito de las proclamas, pero pocas veces como una exigencia de la salud de la economía. Hoy, por el contrario, parece consagrado en la acción de los gobiernos. Claro que, en particular, desde que el país emergió de la crisis de 2001, el aumento de actividad económica generó excedentes en los recursos  que facilitan la atención de los gastos.
La coparticipación recibida por la provincia al compás de los mayores recursos tributarios obtenidos por Nación, prácticamente se duplicó entre 2005 y 2003, en una evolución ascendente constante. Mientras en 2003 fue de 318 millones de pesos, en 2005 ascendió a casi 617 millones y apunta a 2006 a marcar otro record, al ubicarse posiblemente en el orden de los 750 y 800.
No es de extrañar que este proceso virtuoso entonces abra el espacio para algún tipo de dispendio y, en alguna medida, explique el casi explosivo incremento de personal en algunos municipios.

“El gasto está bajo control”

El secretario de Gobierno del municipio barilochense, Adolfo Fourés, justificó el incremento de la masa salarial en la prestación directa de servicios que antes estaban tercerizados y también en el blanqueo de numerosos empleados que cumplían tareas como beneficiarios de planes laborales.
Fourés dijo además que los sueldos recibieron importantes incrementos en el último trienio “porque hacía diez años que no se tocaban y hubo una presión gremial en ese sentido que es entendible”. Explicó en diálogo con este medio que en Bariloche los haberes son algo más altos que en otros municipios de la región “en función del costo de vida” vigente en esta ciudad.
Según el funcionario, el cotejo lineal con los datos de otros municipios no es del todo válido, porque Bariloche se diferencia en que “ya no tiene más empleo oculto en los planes”, que están excluidos del recuento porque no aportan cargas sociales. Sin embargo, toda la estadística tomada en esta nota periodística contempla esta situación.
Consideró también que cualquier comparación debería tomar en cuenta cuáles son los servicios que presta cada municipio con personal y estructura propios. En ese sentido indicó que en Bariloche la recolección de basura fue estatizada hace más de cuatro años, lo mismo que la distribución domiciliaria de boletas, que antes estaba contratada con un correo privado. Ahora el municipio también está a punto de tomar a su cargo la operación del basural.
De esta forma, los argumentos del Ejecutivo barilochense para explicar su abultado gasto en personal se fundan en la singularidad del caso local. Según Fourés, el análisis tampoco puede obviar el tamaño de los ejidos. “Cipolletti y Roca tienen una trama mucho más concentrada, donde es más barato prestar cualquier servicio. Pero en Bariloche el ejido tiene más de cuarenta kilómetros de largo y con la población muy repartida. No es poca cosa ir a buscar la basura a Costa del Sol, a Llao Llao, al Balcón del Gutiérrez y a barrio El Pilar. Son cientos de kilómetros por día. Y lo mismo pasa con el mantenimiento de calles”, refirió Fourés.
Aseguró, por otro lado, que la relación del 50% entre masa salarial y presupuesto “no es desproporcionada y se mantiene dentro de lo que está recomendado a nivel internacional para un municipio de estas características”.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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