| | La puerta está abierta pero el escalón es todavía muy alto. Cinco años después de su entrada en la Organización Mundial de Comercio (OMC), China se dispone a cumplir su promesa de abrir a partir del mes que viene su sector financiero a los bancos extranjeros.
Pero las condiciones para entrar en el prometedor mercado chino son tan duras, que muy pocos planean un inmediato aterrizaje en el país asiático. “Estos son auténticos obstáculos”, dijo un banquero europeo sobre la exigencia de que sólo empresas con activos superiores a los 10.000 millones de dólares (a fines de 2005) podrán fundar bancos. Además, los inversores deberán disponer de 1.000 millones de renminbi/yuan (125 millones de dólares) y10% adicional por cada sucursal. “Es 20 veces la cantidad que se necesita en Europa” para abrir un banco, señaló. No serán muchos los bancos que se embarquen hacia China con estas condiciones, pronosticó. “Por supuesto que no son obstáculos arancelarios”, dijo el banquero, que conoce estas barreras residuales para la inversión extranjera en socios de la OMC más antiguos que China.
“Quieren limitar nuestros negocios, y es lógico”, admitió. Por eso el interés es también limitado. Una cosa ya está clara: para participar seriamente en el mercado bancario chino, un banco debe estar presente en entre 25 y 30 ciudades del país. “Muy pocos tienen esa cantidad de dinero, y no sé si al final (la inversión) valdría la pena”, según el banquero. Hay que destacar en este sentido que los cuatro grandes bancos estatales chinos cuentan con 70.000 filiales en todo el país |
