| El gobierno nacional acertó con su pronóstico sobre las exportaciones. Este año cerrarán en torno a los 45.000 millones de dólares y, para el 2007, se espera que las mismas trepen hasta los 50.000 millones. Todo un record para el país. Las estadísticas oficiales muestran que en los últimos cinco años (2002-2006) las ventas externas del país crecieron algo más del 70% y el superávit fiscal lleva acumulado en el período mencionado la cifra nada despreciable de 65.000 millones de dólares. Parte de este monto fue para cancelar deuda, otra parte para alimentar reservas y el resto para sostener la creciente estructura de costos que presenta el Estado. Pero si bien todos los estudios marcan un cambio positivo sobre la tendencia que viene presentando el comercio exterior a partir del período 1999-2001, el caso argentino no es un fenómeno aislado. Datos oficiales muestran que, teniendo en cuenta las economías de los siete países latinoamericanos más relevantes, la Argentina estuvo entre las naciones con menor dinamismo en sus ventas externas. Perú y Chile mostraron los mejores desempeños. Por tal caso sólo cabe mencionar a Brasil, que presentó un crecimiento en sus exportaciones desde la crisis de 2001 superior al 90%, Chile que lo hizo a una tasa del 120% y tanto Perú como Venezuela con índices en torno al 150%. Es decir que el ‘gran crecimiento’ sobre las exportaciones registrado por la Argentina está apuntalado, sin dudas, en gran parte por la coyuntura internacional más que por la política económica implementada por el gobierno nacional. Si se analizan períodos mayores en el tiempo, claramente se observa que nuestro país viene cediendo participación en el comercio mundial desde mediados de la década del ’40. Y esta tendencia se mantiene inclusive si se toman como referencia los últimos años de expansión de las exportaciones (ver infogramas adjuntos). CRECIMIENTO ’07 Las causas de este importante incremento en el registro de las exportaciones son varias. Pero dos son la que más impactaron para alcanzar estos nuevos records en el país: * La consistente demanda externa de commodities sobre los últimos años, producto de una economía mundial que crece a tasas importantes. * La favorable situación en términos de los precios internacionales de los principales commodities ofertados por los países productores de los mismos. Es por ello que otros estados de la región también se encuentran gozando de una coyuntura similar, en muchos casos con expansiones superiores a las de Argentina, con lo cual hay que relativizar el continuo exitismo presente en el gobierno en cada uno de sus discursos cuando se toca este tema. Para el 2007 se espera que la tendencia se mantenga. Un reciente estudio elaborado por la Consultora Centro de Estudios Bonaerense (CEB) destaca que la mayor parte de las variables del comercio interna- cional están hoy a favor de la continuidad en el avance de las exportaciones argentinas. En primer lugar, el estudio remarca que se mantienen las condiciones de fondo que generan un ambiente favorable para exportar, ya que el gobierno seguirá sosteniendo alto el tipo de cambio nominal, convalidando sólo una leve apreciación del tipo de cambio real. Este esquema, si bien es positivo para sostener las tasas de crecimiento de la oferta exportable local, conspira con otro pilar clave del plan económico: la inflación (ver recuadro adjunto “Dólar e inflación”). En lo que se refiere al sector agropecuario, actividad fundamental de la actual estructura exportadora, se espera que el 2007 sea un gran año si acompañan, como hasta el momento lo han hecho, las condiciones climáticas para las cosechas. En particular se espera que los precios, tanto de los cereales como de la soja, se muevan significativamente hacia arriba, dado que China e India continúan expandiéndose a altas tasas y traccionando la demanda internacional de commodities y alimentos en general. También es importante el hecho de que la leve desaceleración experimentada por la economía norteamericana, considerada la locomotora del creci- miento mundial, parece haber quedado atrás, por lo que todo indica que los factores exógenos serán favorables y continuarán empujando las ventas externas. Por otro lado, el proceso inversor por el cual se viene expandiendo la capacidad de procesamiento de la soja, sumado a la tendencia alcista de los precios de la oleaginosa, permitirá seguramente consolidar uno de los principales complejos exportadores del país y potenciar aún más este importante recurso. El estudio remarca asimismo que se espera que sea muy positivo el aporte de la industria, que viene ganando lugar paulatinamente en la estructura exportadora y tiene claros elementos a favor, tales como el aumento de las inversiones, un tipo de cambio competitivo, la creciente demanda de Brasil y una economía mundial altamente dinámica que genera las condiciones ideales para colocar los saldos exportables con los que hoy cuenta la Argentina en todo este rubro. Pero también los analistas prevén algunas dificultades que hay que tener en cuenta a la hora de proyectar el debe y el haber de las exportaciones. Las de mayor cuantía tendrán que ver con la fuerte retracción que se produciría en las exportaciones de combustibles y energía. Según la CEB, las expectativas de sostenimiento de los precios del petróleo, en torno a los verificados este año, dejarán al desnudo la significativa reducción de las cantidades exportables de crudo, gas y sus derivados, que tienen su origen en el extraordinario crecimiento de la demanda interna y las dificultades para expandir la producción a partir de la paralización de las inversiones en el sector. En la medida en que el gobierno no dé señales claras y continúe ‘chantajeando’ al empresariado local cada vez que una variable de precios se desboca en el mercado, las inversiones para recomponer la ya maltrecha oferta de hidrocarburos no llegarán al país. Y éste es un dato clave para poder seguir creciendo con índices superiores al 7% anual y tasas positivas en el comercio internacional. Hay que destacar, en este escenario, que los acuerdos con Bolivia poco tienen de real para la economía argentina. Como mucho de la administración Kirchner, éstos por ahora han sido sólo anuncios de buena voluntad. La fuerte apuesta del gobierno nacional de tomar como socio estratégico a Bolivia en el abastecimiento de gas está haciendo agua por todos sus frentes, consecuencia de la crisis institucional que vive el vecino país. La mayor parte de los analistas consultados coincide en señalar que Bolivia no tiene la capacidad para compensar el faltante de energético que necesita el país en los próximos años. A la administración Kirchner se le acota el margen de maniobra en este sentido. Y esto es grave. A TENER EN CUENTA Puntos claves Los siguientes son los pros y los contras que se deben tener en cuenta a la hora de proyectar las exportaciones para el próximos años. * Factores favorables - La demanda mundial, producto del crecimiento económico, continuará traccionando las exportaciones de alimentos y productos industriales en general. - China y la India proyectan un crecimiento del PBI superior al 7% para el año que viene. Esto significa que la demanda de commodities continuará. - Datos de la Reserva Federal de los EE.UU. destacan que la desaceleración económica de ese país ha finalizado. Este factor repercutirá positivamente sobre la economía mundial. - La Argentina mantendrá el tipo de cambio alto lo que generará competitividad sobre la oferta exportable del país. Según fuentes del BCRA la paridad se ubicará en 2007 en torno a los 3,15 pesos por dólar, en un escenario internacional donde la moneda norteamericana continuará devaluándose. - La cosecha de la próxima temporada en la Argentina podría ser record. Esto generará un adicional importante sobre los excedentes exportables para el 2007. - Las importaciones de capital continúan creciendo y, para el año que viene, se espera que los sectores industriales consoliden sus ventas externas en valores históricos para la Argentina. * Factores desfavorables - La base de la oferta exportable argentina continúan siendo los commodities. Esto sin duda impone cierta fragilidad en la actual estructura de las exportaciones ante las oscilaciones de precios que presentan este tipo de productos en los mercados internacionales. - Las presiones inflacionarias podrían activar la aplicación de mayores o nuevas retenciones, provocando mayor incertidumbre sobre la estructura exportadora. - La falta de energía para sostener el crecimiento económico repercutirá en forma directa sobre los niveles de exportaciones. Hay que esperar menores saldos exportables sobre los hidrocarburos y sus derivados. Dólar e inflación Uno de los pilares del plan económico actual es la paridad cambiaria competitiva. Este ha permitido, en parte, mejorar los niveles de las exportaciones generando importantes superávits comerciales. Las estadísticas extraoficiales determinan que para el próximo año el superávit de la balanza comercial se ubicará en torno a los 14.000 millones de dólares, es decir algo más de 2.500 millones de dólares que los proyectados para el cierre de este año. En teoría, este oferta de dólares en el mercado local presionará a la baja sobre la paridad cambiaria. Sin embargo, el gobierno tiene previsto volver a intervenir la plaza, comprando los dólares excedentes con la emisión de títulos, bonos y un mayor circulante. El Banco Central ya está advirtiendo al Ejecutivo de que existe poco margen para seguir calentando el mercado cambiario sin que los efectos del mismo se trasladen a la inflación. Pero el gobierno va a jugar a fondo. Se ingresa en un año electoral y Kirchner no quiere tener escenarios conflictivos en este tema. Mucho tiene que ver con esto la llegada de Guillermo Moreno a la Secretaría de Comercio Interior. (J.L.) |