| Las primeras estadísticas dadas a conocer por el sistema financiero muestran que el 2006 cerrará con un importante margen positivo para los bancos. En primer lugar, se mejoró la estructura patrimonial de las entidades, reduciéndose la exposición sobre el sector público y aumentado la misma con el sector privado. La otra señal de alivio es que se achicó el pasivo que los bancos tenían con la entidad que rige el sistema, el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Con la salida de la Convertibilidad muchas fueron las entidades que quedaron ‘descalzadas’ en el sistema por tener colocaciones en pesos y compromisos de pagos en dólares. La pesificación de los depósitos solucionó parcialmente este problema. Por otra parte, los resultados positivos que comenzaron a observarse a partir del segundo trimestre del 2005 continúan aumentando en el promedio mensual. El año pasado el promedio de utilidades del sistema era de 200 millones y en el corriente ascendió a 314 millones. Gran parte de este escenario, confía un reciente informe elaborado por la consultora Centro de Estudios Bonaerense (CEB) es posible gracias al aumento de la intermediación financiera, es decir, a la diferencia existente que genera el negocio entre los depósitos y los préstamos. En lo que respecta a los primeros, las estadísticas oficiales muestran que en diciembre de 2002 los depósitos en el sistema financiero se ubicaban en los 62.162 millones de pesos (que en ese momento eran ese mismo monto en dólares) mientras que las proyecciones para este fin de año consolidan depósitos por un valor del orden de los 141.000 millones (ver infograma adjunto). Teniendo en cuenta estos valores, en pesos la masa ingresada al sistema creció cerca del 130%. En dólares, se observa una caída del 25% entre los períodos mencionados. En los últimos dos años, el crecimiento de los depósitos del sector privado aumentó a tasas del 20%, de manera tal que en el 2005 el stock creció 17.000 millones de pesos y se estima que el 2006 finalice en 118.800 millones, lo que representa un aumento de 20.000 millones de pesos. Como se puede observar en el gráfico adjunto, los plazos fijos fueron los que mayor responsabilidad tuvieron en el crecimiento, con un aumento de 11.554 millones de pesos; esto se explica a partir del aumento en la tasa de interés que presenta el mercado que, cuando se compara el promedio de los primeros nueve meses del 2005 contra el mismo período del corriente año, fue de 280 puntos básicos. Como contrapartida, la disminución del CER (relacionado con los índices de inflación) ha generado una salida de fondos de 36% en los plazos fijos ajustables por este coeficiente. Por último, el informe de la CEB remarca que los depósitos en dólares son los de mayor tasa de crecimiento relativo, explicado en parte por las expectativas de que el gobierno mantenga una tendencia devaluatoria en el tiempo sobre el tipo de cambio. Para el 2007, el estudio destaca que se espera que el ritmo de crecimiento de los depósitos del sector privado se mantenga, proyectando una tasa de aumento del 18,7%, con lo cual a diciembre del próximo año habrá 22.000 millones de pesos más de colocaciones en los bancos. Los depósitos a plazo fijo continuarán siendo los que lideren el crecimiento, dado que, a pesar de que la tasa de interés real es negativa, al menos permite cubrir parte del impacto de la inflación. Cabe destacar en este sentido que existen algunas alternativas financieras que tienen un pequeño o mediano inversor para defender hoy sus ahorros (ver recuadro adjunto). SUBEN LAS TASAS Desde el comienzo de la recuperación del crédito al sector privado, las tasas han ido creciendo en forma paulatina. En el 2005 el stock de colocaciones de los bancos creció 35,9% (13.800 millones de pesos) mientras que para el 2006, la CEB estima que finalice diciembre con un crecimiento del 41%, lo que representa 21.500 millones de pesos de nuevas colocaciones. Las tasas de interés y la falta de alternativas impulsan este crecimiento. En 2002, con el crédito y los depósitos casi paralizados, las tasas activas y pasivas finalizaron el año en niveles promedios superiores al 100% para el primer caso y en el orden del 30% para el segundo. Pasado el escenario de crisis, en el período 2004-2005 éstas se ubicaron en el 35% y 7% respectivamente. Este año, por más de 100.000 pesos depositados el banco está ofreciendo una tasa por encima del 8% mientras que las tasas activas encontraron su techo, en promedio, por debajo del 25% anual. Si bien el sistema tiende a acomodarse, la diferencia entre las tasas activas y pasivas siguen siendo muy altas y esto permite sostener gran parte de las ganancias del sistema bancario. El aumento mencionado sobre el otorgamiento de créditos se explica principalmente por aquellos calificados ‘de corto plazo’, que son aquellos que tienen un período de pago no mayor a los 12 meses. Por un lado, los préstamos al consumo (tarjetas y personales) finalizarán el año con un incremento de 7.600 millones de pesos explicando el 35% del aumento total. En segundo lugar, el crédito comercial (descuento de documentos y adelantos transitorios) aumentó su movimiento en 7.000 millones, con lo que pasó a representar el 32% del total. Más allá de que no es un dato positivo que el 67% del crecimiento de la financiación al sector privado esté explicado por el crédito de corto plazo, es positivo lo que se observa con el crédito prendario e hipotecario en el 2006 donde ambos aumentaron 59,5% y 15% respectivamente (ver infograma adjunto). Dada la tendencia observada, el informe elaborado por la CEB proyecta para el 2007 un aumento del 23% del piso en el stock de crédito, lo que implica 17.000 millones de pesos adicionales de financiación. Gran parte del incremento, destaca el informe, continuará explicado por los préstamos al consumo que aumentarán más de 8.000 millones de pesos. El aumento en los niveles de intermediación financiera es un hecho particularmente positivo, si se tiene en cuenta la crisis que experimentó el sistema en el 2002 y la pérdida de confianza que derivo de la misma. No obstante, si se realiza la medición de los depósitos y los préstamos en términos del PBI o en términos de moneda extranjera, el escenario no se muestra del todo auspicioso. Por dar un ejemplo sobre el primer punto, durante 2004 el stock de depósitos en términos del PBI era de 18,2%, inferior al promedio de la década del ’90 (en 1999 la ratio depósitos sobre PBI ascendió a 24,8%). A fines del 2006 se estima que la ratio se mantendrá en un nivel similar con 18,4% y para el 2007 se estima sólo un aumento de 3 décimas. Por el lado del financiamiento, el trabajo mencionado destaca que la situación mejora respecto al 2004 cuando la ratio fue de 8,6%. Según estadísticas del sector privado se proyecta, una vez finalizado el 2006, que este índice se ubique en 11,5%. Para el 2007 el apalancamiento privado respecto al producto será de 12,1%. A pesar del incremento de la ratio, aún es muy bajo si se compara con el guarismo promedio observado en la década del ’90 (en 1999 la ratio fue de 23,4%). Esto sin duda se debe a la falta de confianza que todavía existe en el país. Si bien la economía Argentina está creciendo a tasas importante, las mismas no se reflejan en el sistema financiero. En la medida en que no cambie la ecuación actual que presentan los préstamos, donde el corto plazo lidera ampliamente la preferencia del sistema, la economía no tendrá el apalancamiento necesario para poder seguir creciendo. Y para que esto cambie, el país debe dar señales de confianza. |