| | NEUQUEN (AN/RC) - En poco tiempo la televisión digital comenzará a ser un hecho en Argentina transformando lo que hasta ahora se conoce en una verdadera antigüedad. Gran definición, mayor capacidad de transmisión e interacción son las características de esta nueva tecnología que espera una señal del gobierno para comenzar a desarrollarse en nuestro país.
Para los que ya lo están pensando: no será preciso, aunque es recomendable, cambiar el televisor porque los análogos que existen en los hogares argentinos pueden adaptarse con un conversor que, de todos modos, no entrega la misma calidad.
El presidente Néstor Kirchner posterga la definición sobre la norma (hay tres) que adoptará nuestro país para entrar en la era de la televisión digital.
Brasil ya optó, en solitario respecto de los otros socios del Mercosur, por el estándar japonés, pero en Buenos Aires no parecen estar demasiado inclinados a imitar a Lula Da Silva.
De hecho, esta semana estuvo en Buenos Aires la comisaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Benita Ferrero Waldmer, para, entre otras cosas, intentar convencer a Kirchner de que adopte la norma europea (la tercera es la estadounidense).
Sea cual fuere la decisión final, la digitalización llegará a Argentina para transformar lo que hasta ahora conocemos como televisión en algo completamente diferente. Y todo este proceso de cambio determinará inversiones superiores a los 2.000 millones de dólares durante los primeros cinco años de la puesta en marcha del proceso y negocios en el país por encima de los 20.000 millones de dólares para los próximos diez años. Todo un tema.
Para entender cuál será el gran cambio quizás sea elocuente decir que la calidad de la transmisión será similar a la del cine pero mejorada, lo mismo que el sonido.
La televisión digital es una tecnología más flexible y eficiente que el sistema analógico que conocemos ahora. Por eso en el mismo ancho de banda (algo así como el diámetro de un caño) en el que se puede emitir un canal analógico es posible transmitir un programa de “súper alta definición” (HDTV son las siglas en inglés) o varios programas de “definición estándar”.
El número de programas que una emisora puede enviar en un solo canal digital depende del nivel de resolución de la imagen.
La televisión digital tiene la posibilidad de ofrecer otros servicios, pero en Argentina ni siquiera existe regulación para implementar, en el sistema analógico, el “triple play” (video, voz y datos en un mismo ‘caño’); ni hablar del “cuádruple play” (se añade el teléfono celular).
Es como el cine, pero para ser más preciso habría que decir que se parece al DVD porque, por ejemplo, las películas se pueden ver en versión original, con subtítulos o dobladas a otros idiomas y en formato panorámico. Hay quienes sostienen que el televisor termina convirtiéndose en una terminal multimedia que puede suministrar servicios como correo electrónico o videoteléfono.
Lo ideal para disfrutar de la televisión digital es tener un aparato acorde con la tecnología, pero es posible adaptar los aparatos analógicos que hay en los hogares argentinos.
Un televisor de plasma preparado para recibir la señal de la “televisión digital terrestre”, de 40 pulgadas, cuesta ahora en España unos 2.000 euros (unos 7.700 pesos).
En Argentina un plasma analógico de esas dimensiones cuesta alrededor de 10.000 pesos, un precio que va en bajada desde el Mundial de Fútbol de Alemania.
¿Los que, precisamente, compraron televisores este invierno tienen que estar maldiciéndose por no haber previsto la llegada de la era digital? Tranquilos que la transformación creó un parche para la transición: es un denominado, en España al menos, “receptor digital terrestre”. Cuesta en la península entre 55 y 70 euros (hasta 280 pesos).
El decodificador tiene el tamaño de una videocasetera. Lo que hace es recoger la señal digital y traducirla en analógica para que sea entendida por el televisor.
Hay dos clases de decodificadores: los más sencillos, llamados “zappers”, permiten ver los canales; con los más sofisticados se puede ver la tele y usar ciertas funciones interactivas, como descargar música ya que lleva un “software” que permite otras posibilidades. Aun con conversor, el televisor analógico no tendrá la calidad de imagen de uno digital. Otra cuestión a tener en cuenta es que, para recibir por aire la señal de una emisora digital, será preciso adaptar la antena, que puede ser comunitaria. En España ello cuesta 1.000 euros (casi 4.000 pesos).
Claro que hay otros medios para recibir la señal, como el cable, que tiene una tarifa, pero en el caso de los emisores de aire, tras la inversión inicial, el precio es igual a cero.
La mayoría de los televisores digitales tienen pantallas más anchas y más rectangulares que las de aparatos analógicos, lo que permite emular aún más el efecto cine. De todos modos, como es de prever, el tamaño y disposición de las imágenes puede modificarse con el control remoto, al igual que otras opciones de sonido. En Europa, donde esperan que la televisión analógica desaparezca en unos cinco años, los precios de los equipos digitales son cada vez más bajos.
Hay analistas que sostienen que el presidente Kirchner terminará eligiendo el estándar europeo, por más que Brasil haya elegido el japonés. De hecho, tras años de conflictos iniciales entre el PAL-N y el NTSC como norma de la televisión analógica, los receptores son ahora multinorma.
La selección de una norma no es poco para un país. Detrás de esa elección hay miles de millones de dólares de inversiones necesarias para entrar al mundo digital.
Hay quienes dicen que el presidente Kirchner ya tiene decidido darles ese negocio de la tevé digital a los europeos; jamás a los estadounidenses. Por otra parte, con los japoneses nuestro país aún no tiene gran relación. Habrá que esperar en la región NEUQUEN (AN).- Por ahora todo parece indicar que los viejos televisores analógicos, esos que se vendieron a granel durante el último Mundial, tendrán muchos años de vida útil en el norte de la Patagonia. A lo que la televisión digital tarde en llegar a nuestro país, habría que añadirle otro tanto para que se haga realidad en Neuquén y Río Negro.
Teledigital, la empresa que maneja la televisión por cable en una vasta zona de las dos provincias, “está planificando la inversión” mientras adapta su red a las exigencias de lo digital, dijo a “Río Negro” el gerente general de la empresa, Leandro Gerber.
La empresa, que para muchos sigue llamándose Cable Visión del Comahue, tendrá hacia principios del año que viene el 60% de la red de la ciudad de Neuquén preparada para brindar el servicio de televisión digital por cable.
Gerber observa que uno de los principales beneficios de esta revolución televisiva es la modalidad del “pay per view”, que permitirá a cualquier cliente pagar por ver una película y decidirlo en el momento.
Si la televisión digital será el gran negocio de las empresas de cable, el decodificador aparece como un aliado de oro. Tanto es así que es posible que los clientes los reciban en comodato.
El gerente de Teledigital no pudo precisar cómo será la figura para la entrega de los aparatos. “Lo que se va a intentar es que el usuario no asuma ese costo”, dijo.
Gerber dijo que es difícil anunciar cuándo llegará la televisión digital a la zona. Sí calculó que la transición entre una modalidad y otra no durará menos de cinco años. Contó que los distribuidores de señales que operan en Argentina (comercializan paquetes de varios canales) ya están emitiendo en las dos modalidades: la digital y la analógica.
La inversión inicial que deben hacer las empresas es considerable porque es preciso montar un equipo receptor, además de incorporar nueva tecnología en otras etapas.
Teledigital, según sus propias mediciones, llega al 50% de los hogares de las ciudades de la línea de la ruta nacional 22, desde Zapala hasta Villa Regina, y a otras localidades, como Chos Malal.
Hace seis meses otra empresa, Davitel, lanzó Neuquén Televisión, un servicio que iba a integrar televisión, internet y telefonía (“triple play”) en la capital provincial.
Este diario trató en varias ocasiones de hablar con Mario Carranza, el ejecutivo de Davitel que hizo el anuncio en mayo de este año, pero fue infructuoso porque no respondió las llamadas. ESCENARIO: Ante un nuevo negocio El proceso de digitalización de la televisión es, sin duda, el mayor desafío al que se enfrentan los agentes de los sectores audiovisual y de las telecomunicaciones del país.
El fenómeno permitirá la convergencia entre las distintas infraestructuras y operadores de telecomunicaciones, fijas y móviles, servicios audiovisuales e internet.
Los expertos destacan el papel que va a jugar el televisor como impulsor de la información a partir de la digitalización. Existen cuatro aspectos decisivos para el futuro de la televisión digital: la transición a la Televisión Digital Terrestre (TDT), la evolución del negocio de los operadores de televisión por cable y satélite en el nuevo escenario digital, la irrupción de la televisión sobre ADSL y redes IP, y las perspectivas de nuevos servicios y formatos como la televisión en el móvil y la televisión de alta definición. Tanto en la Unión Europea como en los EE.UU., la era de la televisión analógica está llegando a su fin. Este año el país del norte proyecta vender 20 millones de televisores digitales por una facturación superior a los 25.000 millones de dólares. En Europa las ventas llegarán a los 40.000 millones.
Argentina incorporará terminales de recepción que incluyen televisión digital, internet y telefonía entre otros items. Todo esto deparará un negocio superior a los 20.000 millones antes de los próximos diez años. |
