| El lic. Orlando Ferreres, ex viceministro de Economía y consultor económico, visitó Neuquén invitado por el Banco Columbia para disertar sobre “Perspectivas económicas 2007”. En diálogo con “Río Negro” expresó su visión sobre las fortalezas y debilidades del esquema económico de la administración Kirchner. –¿Hasta cuándo se puede sostener este esquema de control de precios? –Se va a sostener hasta después de las elecciones seguro. La inflación no es aceptable para la población que la ve con temor. Por ello los gobiernos tratan de que no haya aumento de precios. Pero a veces se dan los aumentos de costos y determinadas condiciones macroeconómicas hacen que tengamos algunos ajustes. Tendremos un aflojamiento en algunos precios, pero en un ritmo que no supere el 10% anual. Hasta ahí la población tolera esta inflación. –¿Y cuál es el panorama para después de las elecciones? –Después de las elecciones creo que el gobierno comprenderá que estar controlando los precios es algo falsificado. No creo que produzca un efecto deseable en la inversión y por lo tanto provoca un menor crecimiento económico que el posible. Por lo tanto es recomendable no tener control o acuerdos de precios como los que tenemos ahora. –¿Cómo ve la salida al control de precios? –No sabemos cómo la van a hacer pero no tiene por qué ser traumática. Siempre hay una solución ordenada. Tampoco es tanto lo que se controló. Lo que puede registrarse es cierto aumento progresivo en unos meses. Pero pensemos que el precio del petróleo pasó de u$s 20 a u$s 70. Será de un 5 a un 8% distribuido en tres años, no es nada traumático. No sólo los precios congelados son los de alimentos y bebidas, también tenemos el precio de la energía controlada desde el 2001. Hay que combinar estas variables para ir combinando los precios. Un país que no tiene los precios que corresponden a su estructura productiva empieza a tener dificultades. –Moreno ha vuelto a afirmar que va a llover gasoil. ¿Cómo evalúa las perspectivas de una solución a la escasez de este insumo? –Es evidente que en un sistema como el chino, el argentino o el estadounidense las señales de precios son las que incentivan y orientan la inversión. Pero si uno pretende tener precios bajos y apagar esa señal, el inversor no la ve y no se dirige ahí para invertir. Hay que dejar que los precios relativos den la señal para las inversiones, y nosotros no lo hemos permitido en materia de combustibles. De todas maneras, yo creo que el gasoil no es un problema de este gobierno porque, como aquí la nafta tiene más impuestos que el gasoil, en la Argentina se consume más gasoil que nafta y esto no ocurre en otros países. Creo que la nafta y el gasoil tendrían que tener el mismo impuesto, como en todos lados y eso ayudaría mucho a balancear el mercado. –La inversión extranjera directa aumentó un 29% a nivel mundial en tanto que en Latinoamérica se incrementó un 3%. ¿Cómo ve las posibilidades de Argentina de captar más IED? –En materia de inversión, Argentina está teniendo un éxito mayor al esperado. En setiembre pasado la inversión bruta interna fija fue de casi u$s 4.500 millones, que es un número muy alto y equivale más o menos a los de la década del 90 para un promedio mensual, pero con una diferencia: sólo en lo que es inversión interna, porque la inversión externa está aproximadamente en la mitad de la década pasada. Falta un convencimiento del inversor internacional. –¿Qué habría que hacer? –El gobierno está pensando en hacer algo y por eso designó a Beatriz Noffal al frente de la nueva oficina de promoción de inversiones, pero recién va a empezar y esto no es una cosa que se arregla de un día para el otro. –¿Considera que crear una oficina para promover inversiones es una solución? –Es obvio que hay una preocupación por captar inversiones. Hacen pocos días Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, dijo en la reunión de Buenos Aires del “Council of America” que iban a tratar de “enamorar” a los inversores extranjeros. Volvemos a las relaciones carnales, pensé (risas). Aclaró que iban a nombrar a un conjunto de personas para tratar de explicar los proyectos y oportunidades de negocios y todo lo que fuere favorable al inversor extranjero, como ayudarlo a que tenga una ventanilla única para hacer los trámites. Creo que eso ayuda, pero lo que más ayudaría es que tuviéramos todos los precios relativos ordenados, un sistema institucional que no tuviera que tener opiniones de los funcionarios sino que cada uno supiera bien a qué atenerse. Pronósticos para el 2007 –¿Cuál es su pronóstico de crecimiento y de inflación para el 2007? –Para el año próximo el crecimiento económico ya está más reducido, porque invertimos el 23% del PBI. Se puede decir que es mucho pero China invierte el 42% del producto y crece al 9% anual promedio desde hace 30 años. Con 23%, que es la mitad, podemos crecer a la mitad de lo que crece China, a un ritmo de 4,5 a 5,5%. Como tenemos un arrastre de 8% vamos a crecer al 5,5%. En cuanto a la inflación, creo que el gobierno va a flexibilizar algunos precios de los que venía regulando y eso lo va a llevar a un cierto incremento de la inflación con un valor del 10% que es el máximo valor que puede tolerar la población sin enojarse. Es un año de elecciones y ya se consumió bastante el margen de utilidad que tenía el empresario. Hay sectores como lácteos, los hospitales, clínicas que están al borde del colapso y no han podido pagar el aumento salarial que se dio en abril. En consecuencia la cosa entró en un terreno que no permite postergaciones para estos aumentos, como el de las prepagas, que reflejan este problema. Pronósticos para el 2007 –¿Cuál es su pronóstico de crecimiento y de inflación para el 2007? –Para el año próximo el crecimiento económico ya está más reducido, porque invertimos el 23% del PBI. Se puede decir que es mucho pero China invierte el 42% del producto y crece al 9% anual promedio desde hace 30 años. Con 23%, que es la mitad, podemos crecer a la mitad de lo que crece China, a un ritmo de 4,5 a 5,5%. Como tenemos un arrastre de 8% vamos a crecer al 5,5%. En cuanto a la inflación, creo que el gobierno va a flexibilizar algunos precios de los que venía regulando y eso lo va a llevar a un cierto incremento de la inflación con un valor del 10% que es el máximo valor que puede tolerar la población sin enojarse. Es un año de elecciones y ya se consumió bastante el margen de utilidad que tenía el empresario. Hay sectores como lácteos, los hospitales, clínicas que están al borde del colapso y no han podido pagar el aumento salarial que se dio en abril. En consecuencia la cosa entró en un terreno que no permite postergaciones para estos aumentos, como el de las prepagas, que reflejan este problema. |