| BUENOS AIRES.- Las ventas de los súper e hipermercados llevaban ya 38 meses consecutivos de ascenso, hasta agosto pasado inclusive, último dato disponible en el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Era, indudablemente, un dato clave si se tiene en cuenta que el consumo representa dos tercios del Producto Bruto Interno (PBI). Las operaciones de las 73 empresas relevadas, con 1.460 bocas de expendio en todo el país, tuvieron una evolución interanual del 12,8%, a precios constantes, en el octavo mes de este año. Sumaron 2.040,2 millones, o sea que subieron 19,1% con relación al mismo período de 2005 y disminuyeron 2,7 frente a julio de 2006. Durante el último quinquenio, según ACNielsen abrieron 19.500 comercios tradicionales (almacenes, verdulerías y carnicerías), por lo que se incrementó 20% la cantidad de puntos de venta. A su vez, los 4.700 autoservicios inaugurados representaron una suba del 38%. A la treintena de aperturas de sucursales de súper e hipermercados, se contrapusieron cierres, motivo por el cual finalmente tuvieron un alza de 2% respecto de los existentes en 2001. La misma consultora calculó que las grandes cadenas, con 33% de participación en las ventas minoristas, perdieron casi 12.000 millones de pesos de facturación anual por los avances de almacenes y autoservicios, que concentraron 67%. En parte de idéntico lustro, además, cayeron las rentabilidades de determinadas cadenas, pero no por cuestiones de competencia sino por factores exógenos, como las subas de impuestos, sueldos, comisiones de tarjetas de crédito y precios. Con la devaluación de 2002, se redujo el consumo y cambiaron hábitos de compras, que se orientaron más hacia almacenes, verdulerías y carnicerías barriales. La consultora Economía & Regiones destacó que la recuperación se inició a mediados de 2003, coincidentemente con el primer aumento de remuneraciones a la actividad privada dispuesto por Néstor Carlos Kirchner, presidente de la Nación. Dicha recuperación fue gradual, pero firme, y reafirmó el mayor dinamismo de los supermercados patagónicos, más allá de que, en valores absolutos, la ciudad y la provincia de Buenos Aires captaron el 60% de las transacciones de sectoriales de todo el país. No obstante, por la falta de oportunidades de expansión en el área metropolitana, las principales cadenas asignaron prioridad al interior. Para atraer más compradores, las grandes cadenas continuaron incorporando servicios. Aparte de los conocidos, como revelado de fotos express, ópticas, farmacias, tintorerías, correo postal y cobranza de facturas de servicios públicos, concretaron nuevos acuerdos, como los de recarga de créditos a teléfonos celulares; creación de espacios de belleza, entre góndolas de perfumería, y venta de pasajes de ómnibus a destinos nacionales y de América Latina. Después de que Kirchner advirtió a los empresarios, el 30 de noviembre último, que no debían aumentar los precios ni vaciar las góndolas, reaparecieron los controles. El gobierno nacional procuró convencer que eran acuerdos sobre la base de las estructuras de costos, que resguardaban “una tasa razonable de ganancias”. Los presionados empresarios prácticamente no tuvieron otra alternativa que comprometerse a mantener vigentes, al 30 de noviembre de 2005, los de una lista de productos. Eso se aprobó desde el 1º de febrero pasado, por hasta un año, con revisiones bimensuales. El cumplimiento dependía de que se l mantuvieran las condiciones de comercialización de los productos (como descuentos, bonificaciones, promociones y condiciones de pago), así como los costos operativos de las empresas firmantes, al 31 de enero de 2006. Hubo quienes se animaron a aseverar que los “acuerdos” primero eran por tres meses; después, por seis, y ahora hasta diciembre próximo, pero en el reciente viaje presidencial a los Estados Unidos trascendió que intentarían prolongarlos hasta fines de 2007. Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior, aventuró que la tasa de inflación del 7% al 11%, prevista en el presupuesto nacional 2007, sería “ordenadora” y destinada a “coordinar las decisiones empresarias”. Como era previsible, machacó sobre la inexistencia de controles y desestimó las posibilidades de una inflación más severa, sin responder a los cada vez más frecuentes pedidos de aumentos de precios. La flexibilización del sistema, con el argumento de que “hay inflación de costos e insumos”, fue reclamada en las recientes Jornadas del Supermercadismo Argentino, organizadas por la Asociación de Supermercados (ASU). Diego Solá Prats, gerente general de Cencosud, sostuvo allí que “los controles de precios son como las salchichas: a nadie convence cómo las hicieron, pero a todos les gustan”.... De cualquier manera, las ventas por rubros a precios corrientes, desde enero hasta julio de 2006 respecto de igual período del año anterior, demostraron alzas significativas en electrónicos y artículos del hogar (34,0%), seguidas por otros (30,6); indumentaria, calzado y textiles (30,4%), y lácteos (19,5%). Aquellos que menos subieron entonces, fueron: productos de almacén (8,4%) y de panadería (11,7%); bebidas (13,2%), y alimentos preparados y rotisería (14,4%). El nivel de faltante en góndolas alcanzó este año 7,5%, en tanto el de 2005 fue 6,1%. La consultora GS1 Argentina lo atribuyó en el 61,9% de los casos a que los súper e hipermercados no repusieron mercaderías (45,4%) y no ajustaron inventarios (16,4%), y en el 38,1% a los proveedores. El Centro de Educación al Consumidor (CEC) detectó, en la primera semana de setiembre, que faltaba el 20% de los 250 productos con precios acordados, por ejemplo azúcar y lácteos. Otra intromisión, originada en la Legislatura bonaerense, derogó allí el decreto 9.168/78 de la última dictadura militar, que permitió a los propietarios o encargados de emprendimientos comerciales citados fijar de manera unilateral los días y horarios de actividades, apertura, cierre y duración de la jornada, sin la obligación de compensar al personal. Ahora deberán negociarse en paritarias cómo serán retribuidos quienes trabajan domingos y feriados. Para la ASU, esto mete “un poco de presión sobre el escaso margen de ganancias” y puede hacer “peligrar los acuerdos de precios pactados”. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) insistió en que se prohíba ocupar personal los domingos y feriados y la Confederación General Económica de la Provincia de Buenos Aires sostuvo que “la reglamentación anterior afectaba a los empleados, pero también a los pequeños comerciantes o los dueños de locales”. El supermercadismo en el país ocupaba en julio a 87.901 personas, 1,2% más que en igual mes del año anterior cuando eran 86.878. El formato “hard discount” (tipo Eki o Día%) está vinculado generalmente a grandes cadenas de distribución e irrumpió en la Argentina hace una década, como respuesta a una tendencia de los consumidores, que siguió acentuándose, de volver a los comercios de barrio. Lo conforman locales pequeños, que ofrecen entre 500 y 1.000 productos a bajos precios, y cuentan con escaso personal e infraestructura relativamente modesta. A las necesidades de que el sector actúe en conjunto con los proveedores para brindar mayor valor agregado al consumidor final y bregue por el trabajo formal y responsable en todo el canal distribuidor, aludió Federico Braun, presidente de SA Exportadora e Importadora de la Patagonia, en las jornadas antes mencionadas. Los denominados de origen chino ganan participación BUENOS AIRES.- Con un crecimiento del 20% anual, los autoservicios denominados de origen chino ganan cada vez mayor participación en el mercado local. Ya son 4.200, de los cuales 2.400 están en el área metropolitana y 1.800 en provincias. La consultora ACNielsen comprobó que durante 2001 y 2002, en plena crisis, captaban el 23% del comercio minorista y este año el 31%, con una facturación estimada en 3.000 millones de pesos anuales. En tanto, los súper e hipermercados pasaron del 49% al 33%, en uno y otro lapso, respectivamente, y los almacenes tradicionales ostentan el liderazgo, con el 36%. En la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos (Casrech), señalaron que sus afiliados –aproximadamente la mitad del total–obtienen un margen bruto de ganancias del 16% al 18%, frente al promedio de 25% de las grandes cadenas. Mensualmente, se abren 21 locales y en el transcurso de 2006 se inauguraron 250. El gobierno reconoció la rápida respuesta de estos negocios a su “sugerencia” del año pasado para que vendieran una canasta de productos a precios especiales y después mantuvieran sin cambios los de casi 250 (alimentos, productos de limpieza y de higiene personal). Elaboraron esta lista sobre la base de las ventajas que parecería ser tenían con pequeños y medianos productores que buscaban posicionar sus segundas marcas. Unos 200 establecimientos del Gran Buenos Aires se asociaron –esperan sumar otros 300 en 2007–, a fin de crear “Red Economía” para actuar con una imagen unificada, mejorando los locales y trabajando en forma conjunta en materia de promociones y acciones con los proveedores. En una primera etapa, comercializarán más de 60 productos de primeras marcas y hasta venderán mediante una línea telefónica 0810 y por internet, con servicios que estarán a cargo de un “call center” tercerizado. Contemplan lanzar marcas propias de alimentos enlatados y no perecederos y producir y vender otras que estuvieron bien posicionadas en el pasado, para lo cual negocian alianzas estratégicas con cooperativas y proveedores de lácteos, quesos, fiambres y bebidas. A fines de julio pasado, en la Casrech comenzaron a analizar la presentación de un recurso de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, por la posibilidad de que en varios municipios bonaerenses no les aprobaran aperturas. Consideraron que se trataba de una discriminación encubierta, promovida a veces por grandes cadenas o comerciantes de esos lugares que, ante la perspectiva de perder mercados, formularon acusaciones de “competencia desleal”. La embajada de China desmintió que efectuara aportes a la comunidad local de ese origen y descartó que influyera en la instalación de comercios y las ventas de mercaderías a precios más bajos de los habituales. Proyectos de inversión BUENOS AIRES.- La francesa Carrefour inauguró recientemente su sucursal 29 en Ituzaingó (Buenos Aires) y una Norte en Paraná (Entre Ríos), tras disponer el cierre de 20 de esta última marca en los últimos años. Tiene 150 locales y calculó facturar en el 2006 unos 4.500 millones de pesos, 13% más que en el 2005. Confesó una rentabilidad operativa del 1% sobre ventas, que consideró bajo, y se planteó como objetivo llegar al 3%, sin controles de precios, que supuso no se mantendrán más allá del mediano plazo. Reflotó planes por 150 millones de dólares para instalar 30 locales en el próximo bienio, 15 hipermercados Carrefour y otros tantos supermercados Norte. Posee, además, la cadena Día de “hard discount”. La chilena Cencosud invertirá más de 500 millones de dólares hasta el 2009 para abrir 182 nuevos locales y generar 15.000 puestos laborales. Ampliará así las cadenas Jumbo, Disco y Plaza Vea y la de “homecenters” Easy; construirá nuevos shoppings en el interior, y abrirá las tiendas departamentales Almacenes París. Actualmente, posee 400 locales entre todas sus marcas, donde trabajan 26.000 empleados. No frenó sus proyectos, pese a que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia aún no aprobó su compra de Disco a la holandesa Royal Ahold, por intermedio de Jumbo, en 315 millones de dólares, anunciada en 2004 y que estaría supeditada a la venta de activos reclamada por la justicia de Mendoza. Corresponde señalar que Osvaldo Guglielmino, procurador del Tesoro de la Nación, dispuso en julio pasado que la Secretaría de Comercio Interior sea la única autoridad competente en el país para controlar las operaciones de fusiones y adquisiciones de empresas. De cualquier manera, un par de meses antes Cencosud comenzó a renovar los locales Disco que compró, que incluyen los Hiper Vea, Súper Vea y Despensas Vea, un total de 244 de diferentes tamaños. La cadena nacional Coto se ampliará con tiendas de cercanía, a las que llamará “Almacén”, y continuará con otras, como el hipermercado que inaugurará casi en el límite entre Pinamar y Cariló (Buenos Aires), a fin de año. Para el próximo, hará 6 aperturas en el área metropolitana y la ciudad de Santa Fe. El grupo sigue diversificándose con la construcción de edificios, una cadena de restaurantes, la exportación de software y la operación de cines ubicados en sus hipermercados de Lanús y Olivos (Buenos Aires). “Siempre nos proponemos cambiar, para que a la hora de hacer tus compras te encuentres con más espacio, mejor atención y mucho más aprecio”, aseguraron en La Anónima. Con 89 sucursales, mantiene su estrategia de abrir locales con esa marca y Best, así como de encarar adquisiciones, como ya hizo con Supermercados Quijote, con sucursales sobre todo en la provincia de Santa Fe. En sus minimercados, “discount stores” y súper e hipermercados, también vende artículos con su marca propia (comestibles, bebidas, artículos de limpieza y perfumería, entre otros). Es la única cadena que cotiza en la Bolsa de Valores porteña y proyectó nuevas bocas en General Villegas y Colón (Buenos Aires), Firmat y Venado Tuerto (Santa Fe) y General Pico (La Pampa). Manifestó interés por construir una en Villa La Angostura (Neuquén), que le exigiría 8 millones de dólares, para lo cual necesita que el Concejo Deliberante local sancione excepciones al Código de Planeamiento urbano. El grupo constructor español San José, propietario de las tres sucursales que la francesa Auchán tiene en la Argentina, mantuvo tratativas para desprenderse de esos activos. Entre sus interlocutores, estuvo Casino, que controla la cadena de supermercados Libertad, con base fuerte en el interior, y Leader Price, un formato de “hard discount”. La norteamericana Wal-Mart, con 15 hipermercados y 4.900 empleados, invertirá 150 millones de dólares para abrir 12 locales, ubicados principalmente en el interior y que generarán 5.000 puestos más. Tendrán un formato más pequeño que sus hipermercados. Además, intentará replicar su modelo “Sam’s Club”, implementado en los Estados Unidos, México, Brasil y Canadá. Wal-Mart intentó comprar los activos de la marplatense Toledo, con 30 locales con esa marca y 20 tiendas de descuento Ahorro Fácil, pero las conversaciones se suspendieron después de casi dos años de iniciadas y Toledo encaró su reestructuración sin venderle a nadie y presentándose en concurso de acreedores. |