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Domingo 17 de Septiembre de 2006
 
 
 
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Una primavera mejor que la esperada

La siembra directa, que es una de las grandes transformaciones de la llanura pampeana, lograda implantando semillas para distintos cultivos sin necesidad de remover el suelo, ya ocupa cerca del 70% de la superficie agrícola nacional. Como la mayoría de las modernas transformaciones agrícolas tuvo su primer origen en la década de los años 70 y la superficie que abarca este sistema ya es de 19,5 millones de hectáreas. En los treinta y cinco años que transcurrieron crecieron 50% las tierras dedicadas a cultivos.

Entre las empresas grandes locales y extranjeras corporativas aumentó la inversión en tecnología con destino a internet y comercio electrónico. Las cifras corresponden a datos posteriores a la recuperación económica relevados en 2004 y elaborados en 2005. Sobre un 43,3% de gastos en tecnología para el conjunto de empresas, 70,6% correspondió a la de capital extranjero y fueron menores las de origen local.

Las ventas al exterior también están avanzando, pese a que el comercio internacional daba la impresión de endurecerse. No sería extraño que este año se alcanzaran los 50.000 millones de dólares. El canciller Taiana fue quien efectuó el adelanto y aseguró que el PBI de este año sería de 200.000 millones de dólares, 40% más que en 2002, por supuesto sin tener en cuenta la sobrevaluación de la moneda de antes de la devaluación, iniciada por lo menos en 1995. De esta manera habría crecido primero (primera parte de los noventa), descendido después (segunda aparte y hasta 2002) y crecido con posterioridad por los menos en un 35%, aunque la desigualdad social no ha vuelto a principios de los noventa por el mecanismo del capitalismo global y por las resistencias empresarias a retener ganancias de precios. En conjunto, fue la coyuntura más dramática que tuvo la Argentina desde fines del siglo XIX.

El frente externo sigue siendo sólido, lo que se trasunta en sus costos. La productividad industrial aumentó porque las empresas han tenido que absorber el mayor costo de la electricidad, lo que acerca los precios a los nuevos parámetros y mejora la competitividad al margen del tipo de cambio, que es una muleta transitoria.Y no es una carrera lenta: desde noviembre volverán a aumentar los precios de la electricidad que las firmas consuman sobre los niveles de 2005. El apriete es triple: bajar los costos eléctricos, incrementar la producción exportable y transferir el excedente eléctrico, en caso de existir, a otras empresas, como manera no definitiva de llegar al momento en que la generación energética trabaje con precios más acordes a los internacionales. Hay augures que presentan estas soluciones provisorias como cuadros definitivos, pero, después de la guerra, en Alemania y en Francia eran comunes los traspasos de energía sobrantes hasta que se elevó la capacidad general de generación. Pese a que muchos analistas auguran una catástrofe energética, es más probable que en tres años la extensión de redes de gas a todo el país mejore sorpresivamente la calidad y la competitividad de los productos.

Del otro lado del comercio exterior aparece la menor elasticidad de las exportaciones, que si bien tiende a achicar lentamente el excedente comercial, es una buena señal en el sentido de que hay una firme corriente de importaciones de innovaciones, aunque hay también una parte de importación chatarra que viene acompañada con la apertura del comercio e impacta sobre textiles y juguetes. El caso de la línea de blancos es más discutible porque la productividad brasileña avanza más rápido por el estado maduro al que llegó su economía, que le permite soportar la sobrevaluación del real, que es una bendición para la industria local.

Si bien los pagos de divisas decayeron con el canje de la deuda, los tenencias disminuyeron por el pago al Fondo Monetario Internacional, que dio al país una de las principales herramientas para fijar su propia política económica, pero en sólo ocho meses la operación de captación de divisas reincorporó 9.000 millones de dólares gracias a la habilidad impuesta en esa área por la conducción de Martín Redrado y se calcula que a fin de año volverían a los 30.000 millones de dólares, más que suficientes para asegurar una paridad relativamente estable que podría situarse en 3,10 a 3,15, límite que se fijará, en esa zona para seguir manteniendo el apoyo cambiario a la industria que, como se vio, estuvo afectada por el alza de los combustibles.

Casi de una manera homeopática se corrigen los enormes desequilibrios que llevaron a la catástrofe de 2001. Consolidadas las reservas, seguramente aumentarán las importaciones e indirectamente se fortalecerá la industria de exportación. En esto será esencial la política de ciencia y tecnología y la innovación, que destaca a la Argentina en América Latina.

El agro sufrió menos que con el 1 a 1. Con 3 pesos de paridad reducidos por las retenciones queda un margen suficiente para la competitividad. No hay otra tierra tan barata como la Argentina que pueda admitir las transformaciones y los cambios de tecnología continuos que se han llevado a cabo en el último tiempo, que la han colocado ahora en la primera fila de la competencia mundial. La Argentina no es un país desarrollado, así que, si la renta agraria que excede la ganancia media es absorbida por las retenciones, esto cumple un papel similar a las retenciones petroleras, que sirven para capitalizar infraestructura e industrias para constituir un país diversificado y más parecido a los industrializados. En todos lados la construcción económica de conjunto pagó por los sectores menos desarrollados, con la condición de que éstos lleguen a constituir un todo homogéneo y no sirvan simplemente para sostener un consumo subsidiado que no signifique un avance productivo. El difícil equilibrio que realiza el Banco Central para acumular reservas y amortiguar cualquier golpe financiero externo, propio de esta época, ayudará a reducir la tasa de interés nacional, evitando el ajuste desestabilizador. Por otra parte, el hasta ahora suave aterrizaje norteamericano con tasas todavía aceptables y la actividad productiva del resto del mundo ayudan a que este equilibrio pueda persistir.

PERSPECTIVAS

El agro pampeano, una de las patas sobre la que se apoya fuertemente la recuperación de la economía argentina.

La agricultura argentina se ha tecnificado y la industria incorpora tecnología, saliendo de la penumbra.

No sería extraño que este año se alcance un nivel exportador del orden de los u$s 50.000 millones.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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