| | Según un informe de la consultora Orlando Ferreres, en julio la inversión habría alcanzado un equivalente cercano a los 4.100 millones de dólares, 22,2% más que en igual mes del año anterior, en aceleración con respecto a junio en el que creció a una tasa de 11,8%. Con el nivel alcanzado en julio y, si se mantuviera la intensidad, la inversión anual del 2006 se ubicaría muy cerca del 23% del PIB (22,9% según el cálculo de Ferreres). La inversión total incluye la pública y la privada.
En el primer año en que se manifiesta la crisis mundial con la prevista desaceleración o recesión en Estados Unidos, que tendrá por propósito eliminar la inflación, insostenible para ese país, es de suponer que su economía crecerá con menos potencia. Por lo menos, habrá un retroceso acumulativo de la producción y del empleo. El desempleo tenderá a aumentar en un punto porcentual, equivalente a 1,5 millones de empleados durante 4 años y tres trimestres, para reducir la inflación también en un punto porcentual. El crecimiento argentino será puesto a prueba, pero, por lo que se ve, hasta ahora sigue gozando de buena salud.
Al incremento de la participación de la inversión, conseguido fundamentalmente a través de la obra pública, se agrega un PBI que según los cálculos disponibles crecerá por lo menos 8%. Los resultados del 2006 serán especialmente importantes para cubrir el retroceso estadounidense del 2007.
El escenario internacional se presenta contradictorio. Por un lado, Japón está recuperándose y Europa se verá más dinámica, lo que podría compensar en parte la retracción norteamericana, que tendría mucho más efecto en México y en Brasil, con exportaciones más comprometidas con ese país.
En cambio, al principio Asia podrá seguir con su crecimiento elevado, aunque todavía no hay ningún indicio de retroceso. Los únicos son los relacionados con el cuidado por la inflación, que se traducirán en una pequeña desaceleración de la tasa de crecimiento y en una no menos pequeña reevaluación del yuan.
Si la Argentina sigue aumentando sus exportaciones a Asia, que cada vez tiene más importancia en su comercio exterior, podrá eludir el impacto de la desaceleración o recesión norteamericana prevista para el próximo año.
Otra cuestión importante para eludir ese impacto es la alta tasa de inversión que prologa la llegada del 2007, año crítico para la economía mundial.
El consumo en alza, que volvió a crecer fuerte en julio (9,3% de aumento anual) acumula 37 meses de expansión. Las ventas a precios corrientes sumaron 2.102 millones, un 6,6% más que en junio y de esa manera hay un aumento del 11,2% respecto de ese mes. Los supermercados avanzan, mientras que los shoppings mostraron cierta desaceleración.
Al parecer, según los especialistas, los aumentos recibidos en los salarios van a apuntalar la demanda en lo que resta del año, con lo que el 2006 cerrará con un alto crecimiento que, por lo menos, estará en 8%.
A eso se agrega el ciclo largo que está mostrando la construcción y que en parte se explica porque algunas franjas de la plaza argentina, las de mayor valor, se están expandiendo como parte de la decisión de invertir en refugiarse en las viviendas de lujo. Con la globalización ese fenómeno se intro- dujo en la Argentina a través del desarrollo de Puerto Madero, que a su vez estimuló el resto de la construcción.
Por el nivel de los precios, la evolución de Puerto Madero no tiene nada que ver con una burbuja, porque los valores en alza, que juegan como componentes del precio internacional, todavía están muy bajos con respecto a los precios de las construcciones de lujo en Estados y en Europa, donde sí se sobrepasó el extremo de burbuja, según se ocupó de demostrarlo desde hace un tiempo Paul Krugman (su última advertencia figura en el suplemento económico de “Clarín” del 27/8/06, página 10).
Las importaciones avanzan con más rapidez que las exportaciones, pero dada la diferencia subsistente a favor de las ventas al exterior, es una muestra de la mayor integración de los componentes argentinos con el mercado mundial, lo que a la larga terminará reforzando la capacidad competitiva de la industria, que es uno de los grandes propósitos pendientes.
La industria no sólo se ha recuperado sino que ha mejorado su performance exportadora en calidad y competitividad. Con las retenciones no hay vuelta atrás porque siguen siendo un componente esencial del equilibrio fiscal y de la diferencia de precios entre el mercado interno y el nacional y garantía de no alineación con los precios del petróleo internacional.
La ministra de Economía, Felisa Miceli, viajará el jueves a Brasil en una contribución decisiva para consensuar una propuesta del Mercosur ante la Asamblea del FMI para que la entidad habilite líneas de crédito para casos de crisis, sin requisitos previos.
Es una manera de abrir el paraguas ante las presiones desestabilizadoras de la economía mundial que se avecinan para el 2007 y que podrán ser atenuadas o corregidas con la particular política que llevan a cabo estos países, principalmente la Argentina, una realidad que se le escapa a la mayor parte de la oposición. CARLOS ABALO |
