| BUENOS AIRES (ABA).- La cancelación de la deuda que Argentina tenía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no produjo ningún efecto en la estructura económica de nuestro país, según el ex director de dicho organismo de crédito, Claudio Loser. La idea fue que dicho pago le permitía al gobierno incurrir en ciertos “desvíos que ahora va a costar mucho revertir, como el control de precios, el gasto de las provincias (algunas de las cuales ya no tienen superávit) y excesivos subsidios”, afirmó Loser en diálogo con “Río Negro”. El argentino que más alto rango ocupó en el FMI enumeró como rasgos positivos de la situación local que el crecimiento fue en los últimos dos años superior al promedio de América Latina (aunque cree que en el 2007 va a “converger” con el resto), así como que está inmerso en un continente con el menor gasto militar del mundo y uno de los mayores en Educación y Salud (sin juzgar sobre la calidad de dichas erogaciones). Pero, como aspectos negativos de la economía argentina, Loser apuntó a que es uno de los de mayor inflación en la región y destacó como peligro futuro la baja de las materias primas (excepto el petróleo). “Argentina se ha caracterizado por no estar atenta al mandato bíblico que a siete años de vacas gordas le sigue el mismo tiempo de vacas flacas”, fustigó el experto internacional. Sin embargo, el economista Mario Blejer discrepó acerca de que se vaya a registrar una caída en los precios de los commodities. “En mi criterio la situación actual es sostenible en el tiempo”, opinó el funcionario del Banco Central de Inglaterra, pues “al factor anterior se suma un contexto mundial con baja inflación, tasa de crecimiento alta y abundante oferta de capital a bajo costo”. Blejer advirtió que el mayor problema en un contexto general es el que se deriva de la redistribución del ingreso y el “resentimiento” que ello genera ya que el 1% de la población mundial controla el 40% de la riqueza financiera. “China, India y Rusia han más que duplicado la fuerza laboral, lo que no tiene parangón desde los tiempos del Descubrimiento de América, pero el fenómeno repercute en una reducción del salario real del 15% en los países desarrollados”, puntualizó el asesor del presidente del Banco de Londres, quien como ejemplo de ese desbalance citó que Rusia e India, sumado a Brasil, son los lugares donde más aumenta el número de millonarios. “Es necesario rebalancear, globalizar también las responsabilidades”, apuntó Blejer. Estas consideraciones fueron parte del simposio sobre Argentina y la economía internacional organizado por la Universidad de Tel Aviv y realizado el martes pasado en Buenos Aires. En el mismo, el consultor Miguel Kiguel estimó que la inflación argentina se mantendrá en un 10% anual (aunque la percepción es bastante mayor) con una posible alza en la tasa de interés (actualmente negativa, es decir menor a la inflación). El ex presidente del Banco Hipotecario consideró que no existe en la población argentina un lobby antiinflación, o sea una presión para pagar los costos que implica reducirla. Kiguel alertó sobre ciertos datos críticos en miras al 2007: atrasos de precios controlados desde el 2001, gasto público superior al 25% anual y una economía cercana al pleno empleo. Además, –agregó– el país no logró el salto exportador, continuando con un sistema de sustitución de importaciones sin reglas claras. “Un día se prohíbe la exportación de carnes, después se habla de hacerlo con el trigo y nunca se sabe a quién le puede tocar”. Al mismo tiempo subrayó que “las inversiones se están destinando a sectores más previsibles como la minería, la industria y el rubro inmobiliario”. CLAUDIO RABINOVITCH La guerra: cero impacto financiero El principal asesor del israelí Bank Hapoalim, Leonardo Leiderman, sostuvo que para su país el principal costo de la guerra en el Líbano fueron sus 158 muertos, pero que “en los mercados financieros el impacto fue cercano a cero”. Leiderman explicó que Israel venía atravesando un momento de esplendor económico y, tras el conflicto bélico, a lo sumo perderá un 1% del PBI, o sea que de un crecimiento del 5,2% bajaría a 4,2%, mientras los bonos siguen teniendo una ventaja incluso en relación a los norteamericanos (siendo el turismo la franja más perjudicada con una caída del 40%). Según Leiderman la mejor enseñanza que puede dejar la experiencia israelí –incluso para Argentina– es que si los fundamentals (bases de sustentación) son buenos, los momentos negativos se pueden amortiguar. El investigador de la Universidad de Tel Aviv expresó que el esquema actual es un superpower en manos de los Estados Unidos y un notable crecimiento de Rusia, China, India y Brasil (conocido como el BRIC) que representan un tercio del crecimiento global de los últimos cuatro años. El politólogo Rosendo Fraga señaló que, en materia internacional, para Argentina el “hilo conductor” pasó a ser Hugo Chávez, el presidente venezolano cuyo país compró 3.000 millones de dólares en bonos argentinos. Asimismo, Fraga consideró llamativo que el presidente Kirchner haya anunciado la decisión de producir uranio enriquecido cuando la comunidad internacional advirtió a Irán para que no lo haga. “Aun cuando sea para fines pacíficos hay toda una historia desde la década del 40 que nos pone bajo la lupa”, destacó el titular de Nueva Mayoría. Por último, Fraga destacó que “Chávez no es serio, pero es un fenómeno político serio”. (C.R.) |