| BUENOS AIRES.- Antes de que A Grade Trading Argentina consiguiera del gobierno de Río Negro, el 26 de febrero de 2005, el control, manejo y explotación del complejo minero de Hierro Patagónico Rionegrino SA (Hiparsa), con reservas estimadas entre 250 millones y 300 millones de toneladas, se informó oficialmente que era una subsidiaria de AGT USA. Con domicilio legal en Miami (Estados Unidos), estaba conformada por capitales chinos, como los de Ling Cheng Steel, y obtuvo la adjudicación al depositar una garantía de 6,4 millones de dólares y comprometer una inversión de 21 millones en 4 años para reiniciar operaciones, encarar reparaciones, comprar equipos, realizar nuevas instalaciones y reestructurar el puerto. De Ling Cheng Steel, se difundió que producía y vendía mineral de hierro a firmas chinas y que su sede estaba cerca de la ciudad de Shangai, aunque circuló también que se encontraba en Wuhan, provincia de Hubel. Desde la gobernación rionegrina publicitaron que su solvencia financiera y experiencia minera habían sido confirmadas por la embajada argentina en China. Sin embargo, pese a la solicitud formulada en ese momento por el redactor de este informe especial al entonces canciller Rafael Bielsa, y que este trasladó al jefe de la representación diplomática, no fue factible obtener mayores precisiones. Luego del cierre de Hipasam (Hierro Patagónico de Sierra Grande), en 1992, aprobado por Carlos Saúl Menem durante su primer mandato presidencial, en 1993 pasó a manos de la provincia con el nombre de Hierro Patagónico Rionegrino SA (Hiparsa), sin que se cumplieran los proyectos y promesas de reactivación, ni siquiera la explotación de piedra caliza. Con la adjudicación del 26 de febrero del año pasado, las autoridades provinciales se comprometieron a invertir en una nueva dársena pesquera en Punta Colorada, ya que la existente quedaba en manos de la nueva compañía; abastecer de agua potable, algo que se hacía a través del ferroducto que deberá llevar el mineral hasta el puerto; refaccionar viviendas; indemnizar a 33 trabajadores de Hiparsa, y revisar la adjudicación de la zona franca. Nunca se comprendió por qué al acto formal del traspaso no asistieron funcionarios del gobierno nacional, ni siquiera de la Secretaría de Minería (SecMin), pero se anunció que Néstor Carlos Kirchner, presidente de la Nación, envió una carta de felicitaciones a Miguel Saiz, mandatario provincial. Zhan Tuo, embajador chino en el país, al ser consultado posteriormente sobre dicho emprendimiento de una firma de su país, en el 2005 apenas respondió: “China está aplicando una economía de mercado, por lo que cada empresa se responsabiliza de sus ganancias y pérdidas, sin que el gobierno intervenga en esos asuntos”. Una comunicación de la SecMin reveló, en marzo pasado, reuniones de Jorge Mayoral, titular de la dependencia, con representantes de la misma área estatal china para analizar la participación de ese origen en el complejo ferrífero y directivos de Sinosteel Corporation, de la misma nación asiática, dispuestos a encarar “posibles inversiones” en Sierra Grande, donde ya habrían estado por ese motivo el 20 de febrero. Con la reinauguración del puerto de Punta Colorada, el 21 de abril último, se efectuó el primer embarque a China –entre 56.300 y 62.500 toneladas, según las fuentes–, que no provenía de la reanudación de la explotación, sino que permanecía en la terminal desde el cierre de Hipasam. Aduaneros asignados proclamaron que estaban previstos otros despachos para este mes y, a partir de 2007, tres mensuales de 67.000 toneladas cada uno. En las postrimerías de julio de 2006 arreciaron las versiones de la posible “alianza estratégica comercial” entre la ahora Minera Sierra Grande SA (MSG) y una empresa china –inicialmente, se aludió a “Sinuh Steel”–, que tendría la mayor participación accionaria (¿62%?). Se comentó que pese a cumplirse con la inversión pactada, no se resolvieron problemas de instalaciones inactivas durante más de una década, ni los planteados para conseguir repuestos y ciertos insumos, por lo que no se reiniciaron la explotación y la extracción. Esto desencadenó dudas respecto de las inspecciones y previsiones adoptadas antes del acuerdo y que sería preciso invertir más de los 21 millones determinados. Tampoco se precisó demasiado cómo se aplicó el fondo fiduciario para los trabajos destinados a la operatividad del emprendimiento. Hubo –hay– opiniones encontradas sobre la posible fusión de MSG con Sinosteel. La embajada argentina en China comunicó, el 2 de agosto pasado, que se trata de “una empresa sólida con trayectoria mundial”, una estatal especializada en metales y minerales, con 63 subsidiarias -varias fuera de China-, al parecer decidida a invertir 100 millones de dólares en tres etapas. Después, el 8 de este mes, representantes de Sinosteel estuvieron en Viedma para interiorizarse del contrato de MSG con la provincia. En el Ministerio de Producción provincial consideraron que su incorporación constituía una “muy buena alternativa para potenciar el proyecto”. No faltaron los recuerdos de quienes intuyeron que MSG, desde el primer momento, tuvo intenciones vendedoras y los pedidos de informes de legisladores no oficialistas y propuestas para que el contrato sea rescindido de comprobarse incumplimientos. Mientras tanto se aguardan estudios de la recientemente conformada Comisión de Seguimiento del Contrato de Concesión. Curiosamente, cuando el grupo Techint abría oficinas en Beijing, en setiembre último, ejecutivos de su controlada Siderar recorrieron Sierra Grande. Desde allí trascendió que hablaron de la posible adquisición de sus concentrados para mezclarlos con los importados desde Brasil. Es la misma Siderar que firmó, en diciembre de 2003, un memorándum de cooperación con la china Trajin Pipe para radicar una planta de roscado de tuberías y otra de accesorios para la producción petrolera. Movimientos y evolución de la siderurgia en el mundo BUENOS AIRES.- El agotamiento de las reservas de numerosos yacimientos; los cambios tecnológicos; la privatización de empresas, y la gradual liberalización de los mercados, influyeron para que aumentara la cotización internacional del hierro, al igual que la evolución de la siderurgia asociada con recurrentes crisis de sobreproducción y cambios en los flujos comerciales. Los movimientos se acentuaron. Mittal, de la India, la mayor productora mundial de acero, el 26 de julio pasado ofreció 33.700 millones de dólares por Arcelor, constituida en Luxemburgo, la segunda. El bautizado como un “matrimonio de la razón”, se adelantó a la posibilidad de que Arcelor se vinculara con la rusa Severstal. Respecto de la alianza Mittal-Arcelor, daría lugar a una siderúrgica con capacidad para elaborar 120 millones de toneladas de acero al año, tres veces más que sus competidores más cercanos, como Nippon Steel, de Japón. La situación probablemente, promoverá nuevas fusiones por adquisiciones y la construcción de nuevas plantas y tendría repercusiones en la Argentina, ya que Arcelor controla en Brasil a Belgo Mineira, que a su vez posee el 73% del paquete accionario de Acindar. Esto viene sucediendo cuando China exhibe una demanda ascendente y una producción que lo hace a un ritmo mayor, impulsada por las fabricaciones locales de lavarropas, heladeras y autos y la construcción de instalaciones para los Juegos Olímpicos de 2008, en Beijing. De un consumo de acero mundial de poco más de 1.000 millones de toneladas anuales, China ya elabora para cubrir sus necesidades 350 millones y este año tendría un excedente de 19 millones. Cualquier dificultad con semejante expansión –financiera, estacional o de paridad cambiaria–, provocaría una diferencia entre la demanda y la oferta, que ante magnitudes tan relevantes colocarían a la siderurgia internacional en una situación delicada. Una baja del crecimiento de China provocaría una sobreoferta, con los inconvenientes imaginables, pero si se acelerara la expansión, quizás también habría sobreoferta. China se está convirtiendo en el primer referente de la economía internacional –crecería este año el 10,4% por la fortaleza de sus inversiones y las exportaciones, según el Banco Mundial– y pasó a ser el principal problema de la siderurgia mundial por las causas consignadas. Desde abril de 2005, las acerías redujeron sus producciones para mantener los precios luego de que la demanda comenzó a debilitarse. La Asociación del Hierro y del Acero de China (CISA) y el Consejo Metalúrgico del Consejo de China para la Promoción del Comercio Internacional reconocieron que su siderurgia experimentó cambios históricos por la política macroeconómica, las condiciones comerciales y de los mercados, la estructura de organización de las empresas y el plan de desarrollo sectorial para el período 2006/2010, impulsado desde el año pasado por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China. Simultáneamente con los cambios inciertos de la actividad mundial, tanto la CISA como el mencionado consejo vaticinaron reformas estructurales profundas no sólo en el sector sino también en las fuentes de materia primas. El citado programa fue encarado para consolidar y aumentar el nivel tecnológico de la siderurgia y estableció, además, cómo se absorberán las inversiones externas. Las compañías de ultramar que deseen hacerlo tendrán que haber producido el año anterior más de 10 millones de toneladas en total, o un millón de aceros especiales. Incluso se hizo hincapié en la dirección, objetivos y política para el desarrollo sectorial y la promoción de las fusiones y la reestructuración de sus fundiciones. El hecho de que las 5 mayores siderúrgicas chinas alcanzaran el 45% de la producción, se consideró inapropiado para un adecuada y sostenible evolución. Las incursiones de esa nación en el exterior para conseguir las materias primas que necesita, impulsaron los precios del hierro y el níquel (utilizado para el acero inoxidable). Por eso busca asociarse o convertirse en propietaria de las fuentes de aprovisionamiento, al igual que otros países que carecen de las mismas o no les resultan suficientes. Cuatro de sus siderúrgicas promovieron un acuerdo de 9.000 millones de dólares anuales con la australiana BHP Billiton, para asegurarse 12 millones de toneladas anuales de mineral de hierro durante 25 años, desde 2004. No fue casual ya que BHP Billiton, la brasileña Companhia Vale do Río Doce (CVRD) y la angloaustraliana Río Tinto controlan alrededor del 75% de las exportaciones mundiales de dicho mineral. Estrategias de expansión BUENOS AIRES.- Sinosteel Corporation se constituyó en China, en 1993, con firmas dedicadas al hierro y el acero, el procesamiento de productos metalúrgicos y las importaciones y exportaciones sectoriales. Con la aprobación de la Administración Estatal de la Industria Metalúrgica, cinco años después agregó otras, dedicadas a los desarrollos tecnológico y económico y el equipamiento metalúrgico. Separada de la citada administración en 1999, quedó bajo la dependencia del gobierno central chino. En junio del mismo año, este aprobó las incorporaciones de seis institutos dedicados a la geología; minería; refractarios; energía térmica; alambre de acero y subproductos, y seguridad y protección ambiental. En junio de 2002, sumó un instituto de diseño y desarrollo. Sus obligaciones inversoras son interpretadas por la Comisión Supervisora y Administradora de Activos de Empresas Estatales, de acuerdo con la autorización conferida por el Consejo de Estado de China, en abril de 2003. Cuenta con 54 subsidiarias, de las cuales 35 se encuentran en China y 19 en el exterior, dedicadas al desarrollo y procesamiento de minerales metalúrgicos; comercio y logística de materias primas y productos, y servicios de ingeniería técnica y equipamiento. Es una de las corporaciones estatales chinas que primero se lanzaron al mundo para proveer abundantes recursos para el desarrollo sustentable del país. Obtuvo minerales de hierro y cromo en Australia y Sudáfrica e invirtió para obtener hierro en Corea del Norte. Avanza en su cooperación comercial y económica con la India, en la que la minería desempeña un papel importante. Una de sus estrategias es expandirse, mediante exportaciones de materias primas a prácticamente todo el mundo. Luego de una relación de una década, sobre la base principalmente del comercio del coque, consolidó sociedades estratégicas con Marubeni Japón; Thyssen Krupp, de Alemania, y Elkem ASA, de Noruega. Huang Tianwen, presidente de Sinosteel, consideró que facilitarán, por un lado, su llegada a los mercados de Europa y Japón y, por el otro, al interno chino de esos socios. Espera ampliar ese intercambio con mineral de hierro, carbón, acero y transporte. La información de la corporación a la que accedió “Río Negro” destaca que es el abastecedor principal de materias primas para las fábricas de acero chinas, en algunas de las cuales ingresó como socio estratégico, y que mediante una red mundial de ventas y servicios logísticos se ocupa de las transacciones de minerales de hierro, cromo y manganeso, magnesita, coque, productos siderúrgicos y chatarra. Las compañías científicas y tecnológicas de Sinosteel incursionan en la exploración geológica, ingeniería del calor, refractarios, productos metálicos y protección del medio ambiente. En la reforma y apertura hacia la modernización, Sinosteel aplicó una filosofía operativa que le permitió convertirse en un grupo empresario multinacional decidido a insistir en el desarrollo continuo, yendo con la marea de la economía de mercado y que no deja de enfocar los beneficios económicos. Aprovechó recursos básicos externos y dedicó la mayor parte de sus esfuerzos a centralizar compras y suministros de materias primas metalúrgicas y combustibles, extendiendo servicios de ingeniería y tecnología y distribuyendo y transportando. Todo parece indicar que continuará con esa conducta renovadora, extendiéndose hacia las áreas más diversificadas. |