| | El mercado de trabajo regional presenta algunas particularidades: mientras en algunas ciudades el desempleo se ubica en niveles menores al 7%, mantienen al mismo tiempo una reducida tasa de actividad y empleo, lo que se traduce en un mercado de trabajo limitado donde no existe la desocupación porque la gente directamente no busca empleo, y eso deriva en que más del 50% de la población de esas zonas viva en la pobreza.
Es el caso fundamentalmente de las provincias que componen el Noreste Argentino, Corrientes, Formosa, Chaco y Misiones, con tasas de desocupación muy bajas pero un mercado laboral altamente reducido. Una situación similar ocurre en el NOA, donde solo el 36% de su población está ocupada. En cambio, coincide que las mayores tasas de desocupación se presentan en aquellas ciudades con mayor tasa de actividad, es el caso del Gran Buenos Aires principalmente, donde la oferta laboral es relativamente alta (mayor al 48% de su población total).
Teniendo en cuenta conjuntamente la tasa de desocupación, empleo, actividad, informalidad y pobreza, los mejores indicadores laborales se presentan en tres zonas: Patagonia, Cuyo y, un paso más atrás, la región pampeana. El NEA mantiene el cuadro más dramático, seguida por el NOA. En el Gran Buenos Aires y el NOA se encuentran las mayores tasas de desempleo, aunque en el Gran Buenos Aires, a diferencia del NOA, la informalidad es menor y la tasa de actividad es sustancialmente más elevada que en el resto, lo que explica al mismo tiempo que el desempleo sea más alto, ya que una tasa de actividad alta significa que la oferta laboral es mayor y el riesgo a estar desempleado crece.
A pesar que su tasa de desempleo es la más baja del país, en la región NEA las cosas no están bien. Los datos del INDEC al primer trimestre de 2006 indican que apenas el 7,1% de la población económicamente activa (PEA) de esta zona está desempleada, lo que la convierte en la zona de menor desocupación.
Sin embargo, la tasa de empleo es la menor entre todas las jurisdicciones: apenas 33,4% de la población de esta región trabaja, cuando en el resto del país la tasa de empleo supera el 40% y llega a ubicarse incluso en torno al 43% (como es el caso del GBA). Básicamente, lo que explica el bajo desempleo en el NEA es que la oferta laboral (medida por la PEA) es muy baja: en relación al resto del país, muy poca gente busca trabajo o trabaja en esa zona (la tasa de actividad es sólo 36%). Eso explica que la pobreza sea tan alta. Efectivamente, en el NEA se encuentra la mayor tasa de pobreza e indigencia (54% y 22,7% respectivamente), ya que buena parte de la reducida tasa de desocupación esconde una elevada tasa de inactividad donde mucha gente no es desempleada porque directamente no busca empleo.
La mejor combinación entre los principales indicadores laborales se encuentra en la región patagónica. Con una tasa de desocupación de apenas 8,4%, por debajo del promedio país que al primer trimestre del año se ubicó en 11,4%, en la Patagonia coincide el bajo desempleo con una elevada tasa de actividad y empleo (43,5% y 49,9% respectivamente). Asimismo, la informalidad laboral es de apenas 24,1% (cantidad de asalariados que no recibe descuento jubilatorio), 20 puntos porcentuales por debajo del promedio país y muy lejos del resto de las jurisdicciones. Claro que esto ocurre porque el porcentaje de empleo público en esta región es muy alto. De todos modos, la pobreza en la Patagonia es 12 puntos porcentuales menor al promedio país, en tanto la indigencia afecta a sólo 6,5% de su población.
En el ranking de performance laboral, el segundo lugar se lo lleva la región Cuyo: es la segunda zona con menor desocupación (7,4% de la PEA), que se combina con altas tasas de actividad y empleo (44,1% y 40,8% en cada caso). A diferencia de la Patagonia, en esta zona tanto la informalidad laboral como la pobreza y la indigencia se encuentra en niveles similares al promedio país: el 43,8% de sus asalariados trabajan en la informalidad, la pobreza se ubica en 35,9% (por encima del promedio país que fue 33,8%) y la indigencia es de 12,3% (el promedio país es 12,2%).
El tercer puesto es para la región pampeana. Con un desempleo del 11%, su tasa de actividad es la segunda más elevada del país (44,4%), detrás del Gran Buenos Aires, y la tasa de empleo se encuentra en 39,5%, detrás del GBA, la Patagonia y Cuyo. La informalidad y la indigencia se ubica en niveles similares a los de la región cuyana, aunque la tasa de pobreza es 5 puntos inferior a esa zona (30,7%). Detrás de la región pampeana está el Gran Buenos Aires, donde se presenta la mayor tasa de desempleo (12,5%), aunque al mismo tiempo la tasa de actividad en esa región alcanza valores históricos (48,8%) que se explican por una oferta laboral muy por encima del resto del país. En cambio, un escenario más desfavorable se combina en el NOA: el desempleo es de 11,4% (igual que el promedio país) pero con una tasa de actividad de 41,2%, un nivel históricamente elevado para esta región. Claro que la tasa de empleo es baja: 36% y eso explica que sea, detrás del NEA, la zona de mayor pobreza e indigencia del país. |
