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Domingo 09 de Julio de 2006
 
 
 
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  GRANDES MANIOBRAS FINANCIERAS
  Dinero versus “patriotismo”
La OPA de Mittal Steel sobre el grupo europeo Arcelor disparó la discusión en terreno francés. Sindicatos, partidos políticos y el propio gobierno se opusieron a la operación, pero nada pudieron hacer.
 
 

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La profusión de grandes maniobras financieras –megafusiones, alianzas, compras– suscitan a menudo duras acusa- ciones de sindicatos y partidos de izquierda, que ven en ellas la prueba de la primacía del capitalismo salvaje sobre intereses sociales, laborales o “nacionales”. Un ejemplo claro fue la reciente OPA del líder mundial del acero Mittal Steel sobre el europeo Arcelor, anunciada para crear el indiscutible número uno de la siderurgia. En esta operación sólo “ganó el dinero” y supuso una “total capitulación” del gobierno francés, acusó el portavoz del Partido Socialista (PS, oposición), Julien Dray.
Los sindicatos, por su lado, lamentaron que se antepusieran los intereses del mercado y expresaron su temor a drásticas reducciones de empleo en el futuro grupo Arcelor-Mittal. “Es la Bolsa (de valores) la que gana”, sentenció el sindicato CGT.
Esta fusión supone la victoria de “la dictadura del dinero” y demuestra “el desprecio por los intereses de Francia”, se quejó el ex ministro de izquierda, Jean-Pierre Chevènement.
Durante cinco meses, los sindicatos, la mayoría de los partidos políticos y los propios gobiernos de Francia y Luxem- burgo (Arcelor es franco-hispano-luxemburgués) se opusieron a la ofensiva de Mittal contra el grupo europeo. Estaban unidos fundamentalmente por el “patriotismo económico”, una forma más noble de llamar al “nacionalismo económico”.
La defensa de los puestos de trabajo, casi siempre amenazados tras estas grandes operaciones financieras, era otro de los argumentos esenciales. Pero bastó que, entre enero y junio, Mittal Steel aumentara su oferta por acción en un 40% para que Arcelor y sus accionistas aceptaran la propuesta, con la bendición –aunque tibia– de los poderes públicos. “El gobierno había hecho de esta batalla industrial un ejemplo de su patriotismo económico. Estamos obligados a comprobar que el patrio- tismo económico ha durado muy poco. Se ha impuesto el dinero, acabó con todas las resistencias, y quienes pagarán los platos rotos serán sobre todo los trabajadores de Arcelor”, se lamentó el socialista Dray.
En efecto, el “patriotismo económico”, sea francés o de cualquier otro país para proteger las joyas de la industria nacional, parece hoy impotente ante la lógica de los mercados. El concepto de “patriotismo económico” fue lanzado en julio de 2005 por el gobierno francés tras los rumores (no confirmados hasta hoy) de una OPA hostil del grupo agro-alimentario norteamericano PepsiCo sobre Danone, orgullo y emblema de la industria agroalimentaria francesa. También, inspirándose en esta idea, el primer ministro Dominique de Villepin impulsó a principios de año un proyecto de unión entre los grupos energéticos franceses Suez y Gaz de France, para impedir una eventual compra de Suez por el italiano Enel.
En España, escudándose en un supuesto “interés general”, el gobierno socialista intervino recientemente para intentar evitar que la primera eléctrica del país, Endesa, cayera en manos del gigante alemán EON. Pero en un mercado cada vez más abierto, e implacable, esos intentos suelen estar abocados al fracaso. Prueba de ello es que el importe de fusiones y adquisiciones en el mundo sumó, en el primer semestre de 2006, la cifra record de 1,73 billones de dólares, un 35% más que en el mismo período de 2005, según la agencia financiera canadiense Thomson Financial.
Para todo 2006, estas grandes maniobras financieras deben sumar 3,5 billones de dólares, augura Thomson financial. Ello equivale a más de cuatro veces el PIB total de Brasil. El capital sin fronteras arrasa y tiene buena salud.

Impulso manufacturero

La Eurocámara aprobó el miércoles un paquete de medidas propuestas por la Comisión para propulsar hacia el éxito a la industria manufacturera de la Unión Europea, que emplea a unos 34 millones de personas y cuyos productos innovadores representan el 75% de las exportaciones.
“Pese a que la mayoría de sus sectores consiguen resultados satisfactorios, la industria manufacturera de la UE en su conjunto ocupa un lugar menos que ideal dentro del contexto global”, señala el eurodiputado español Joan Calabuig (PSOE), ponente del informe adoptado por el pleno del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
En España este sector atraviesa una crisis con contadas excepciones por su escasa inversión en investigación y desarrollo, explicó a la AFP Calabuig.
Pero el factor que realmente frena la economía española y asfixia su tejido industrial, haciéndole perder oportunidades únicas, es el engranaje de la exportación.
Resulta muy llamativo el hecho de que España exportase en 2005 el 70% de sus bienes a la UE-15 y colocase en Asia el 6%, tan sólo dos puntos más que en Africa (4%), y en América del Norte el 5%, lo mismo que en América Latina, cuando en realidad el coloso asiático contribuyó en un 40% al crecimiento mundial y América del Norte en un 29%, según cifras de la presidencia española.
“Donde está el boom y podríamos hacer subir los índices de ventas, allí no estamos. Esto es una realidad aplicable a Europa en general, pero en el caso de España es una exageración”, declaró Calabuig.

 

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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