Nelia, Oscar (Pichón) e Hilda (Bucha)Vaccari pasaron su infancia en El Campamento y en Barda del Medio. Tres generaciones ligadas a una obra que no sólo llevó el riego a las chacras, también fue cuna de amistades.

Nelia trae un álbum de fotos de su familia.Amorosamente encuadernado sirve de soporte a tantos recuerdos guardados. La primera foto es de El Campamento situado en Stefenelli. "Allí está el ingeniero Rodolfo y los obreros. Era un pequeña comunidad muy unida. Allí nací yo en 1925 y mi hermano Oscar (Pichón) un año después."

Los primeros en llegar al lugar fueron sus abuelos Bernarda y Primitivo Miranda. Se establecieron en las obras situadas a pocos kilómetros de Roca."Mi papá, Luis Vaccari, era carpintero. Los Vaccari eran carpinteros ebanistas de muchas generaciones. Mi padre era italiano, vino a la Argentina con 18 años; mamá, Laura Miranda, llegó con 14 de España. Mis padres se conocieron en El Campamento y se casaron en 1923. Sus padrinos de boda fueron el ingeniero Ballester y su esposa, que fue también mi madrina", relata Nelia.

"La relación de mi familia con los Ballester nació en Stefenelli. Doña Lelia de Ballester vino con sus hijos: habían hecho una casa para ellos. Fijáte que por primera vez vivía en campaña; entonces mis abuelos hicieron una linda relación con ella. Mis abuelos se quedaban con los chicos de los Ballester cuando salían a visitar a sus amigos de Roca. Mi abuela iba todas las mañanas a ver a doña Lelia y ella se fue encariñando", relata Nelia.

"Ese cariño tan grande que tuvieron, siendo mis abuelos modestísimos trabajadores, se forjó en la soledad de este lugar a principios de siglo. Un cariño que después tuvo su hija Meneca por mamá, también Meneco, Gurí y Grullo Ballester. En 1928 ellos se volvieron a Buenos Aires, pero volvieron y compraron una chacra".

Hasta 1931 los Vaccari estuvieron en Stefenelli. "Estábamos cerca de doña Ginesa, la mamá de Pedro Alonso Flores; también éramos vecinos de Romera, Sorrochi, Herrero, que tenían un tambo. En ese tiempo Benito Arias ya tenía la confitería El Molino; todavía me parece ver llegar a Miguelito, su hijo, que venía a vender helados. Mi abuela nos compraba un heladito de cinco de crema y chocolate ".

Como casi todo el personal afectado a las obras de riego, que tuvieron una o varias mudanzas, los Vaccari cambiaron de domicilio. "Mi papá no se quería ir de Stefenelli, discutió con Ballester, pero la obra se terminó y nos trasladaron a Barda del Medio", recuerda Nelia. Fue en 1931. "En un coche íbamos con mis padres, mi abuela, mi tía, Pichón y yo chiquitos y mamá muy embarazada de Bucha. Me acuerdo la partida: fue un domingo a la tardecita, íbamos bañados en lágrimas. Tomamos por el boulevard -así llamaban a la actual Ruta 22- que era de tierra y llegamos a la avenida Decio Severino de Barda del Medio.

"Estuvimos cerca de 20 años en Barda. Hice amigos entrañables que mantuve durante toda la vida como el padre Jaime Belli, Elsita y Olga Passalacqua", cuenta Bucha.

Las hermanas Vaccari recuerdan que cerca del dique estaba el "comedor oficial para solteros" al que a veces concurrían las familias de los empleados del dique. El comedor era un chalet con una baranda de madera alrededor que terminaba en un muellecito. "Había funcionarios que eran palistas y salían en sus botes para navegar por el canal. Pichón, nuestro hermano, nadaba con sus amigos en ese mismo lugar", cuenta Bucha. Recuerdan otros apellidos de entonces: Dalla Villa, Rosatti, Mora, Bunzili, Cuello, Viozzi, Bordi, Guarnieri, Jacobo, González, Vega, Pesci; y otras personas que después se desperdigaron por el Valle.

Los Vaccari terminaron la escuela primaria (escuela 37) en Barda del Medio. "Cuando estábamos por terminar, Doña Lelia de Ballester nos buscó una escuela para hacer la secundaria como pupilos". Durante estos años continuaron su relación con los Ballester. "Cuando estábamos pupilos en La Plata fuimos al casamiento de Meneca Ballester con Lacaze", cuenta Nelia.

Luis y Laura Vaccari, durante los años que estuvieron en Barda del Medio, continuaron "armando" su chacra en Stefenelli. Viajaban todos los fines de semana a trabajar en ella. "Una vez vinimos con un chanchito y un montón de plantas que habíamos comprado de paso por lo de Rosauer (risas)", comenta Bucha.

Entonces los Ballester venían de visita."En una de esas visitas Lelia le comentó a papá que quería comprar un terrenito. Encontró unas hectáreas en Centenario y las compró. Papá fue el encargado de esa chacra, "La Chifladura". Venían todos los veranos, Meneca venía siempre, aún casada. Los muebles de la Chifladura los hizo papá".

Ya recibida de maestra, Nelia regresó al Valle y su hermano Pichón se quedó en La Plata para hacer su carrera. "En ese momento papá se jubiló y se vinieron a vivir con Bucha y mamá a la chacra de Stefenelli. Yo fuí contratada como administrativa en la proveeduría del dique y con el tiempo conseguí un cargo en la escuela 56 de Stefenelli".

La vida de los hermanos Vaccari transcurrió, desde entonces, en Roca. Nelia se casó con Italo Laría, tuvieron dos hijas: Patricia y Marcela. Pichón también se radicó aquí después de recibirse de ingeniero agrónomo. "Estaba a cargo de la oficina de Sanidad Vegetal, que funcionaba en la municipalidad, yo trabajaba allí y nos empezamos a ver", cuenta su esposa María Pastawsky. "Nos casamos en 1958. Cuando Gurí (Oscar Mario Ballester) se vino a vivir a Cipolletti nos volvimos a ver, estaba muy cerca de Pichón porque eran ambos ingenieros agrónomos", cuanta Mari, madre de Oscar, Gustavo y Jorge Vaccari. Por su parte, Bucha se casó con José Affalo y también vivió con sus hijas Gabriela y Cecilia en Roca.

Luis Vaccari y Laura Miranda terminaron sus días en Roca, entre nietos y frutales.