Jueves 11 de Diciembre de 2008 Edicion impresa pag. 32 > Policiales y Judiciales
Presuntos carteristas deberán pagar para quedar en libertad
El juez Gaimaro Pozzi fijó una caución de 3.000 pesos para cinco acusados. Otros tres no tendrán esa chance.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El juez Miguel Angel Gaimaro Pozzi le impuso a cinco presuntos carteristas y mecheras una caución real de 3 mil pesos para otorgarle la libertad, y a los otros tres detenidos por la misma causa no les brindó esa posibilidad, en dos casos debido a sus antecedentes, y el restante por estar vinculado a dos causas.

Todos apelaron la medida ante la instancia superior, y al mismo tiempo, los primeros cinco se encuentran gestionando, por medio del defensor oficial, la realización de una instrucción abreviado que les permita acceder al beneficio de la excarcelación antes de la realización del juicio oral.

Los sospechosos fueron detenidos hace dos semanas en diversos procedimientos que realizaron agentes de la comisaría Segunda y de la Brigada de Investigaciones en la zona céntrica, a raiz de denuncias presentadas por varios comerciantes.

Los sospechosos detenidos, cinco hombres y tres mujeres, todos de nacionalidad chilena, que en su mayoría procederían de Neuquén y se dedicarían a operar como punguistas y mecheras, habrían realizado gestiones ante el consulado general de su país para recuperar la libertad, pero desde la sede diplomática local sólo se habrían interesado por su estado general al saber que ya gozaban de asistencia legal.

Tres de ellos fueron encerrados en un comercio luego de que una empleada advirtiera que le estaban hurtando diversos objetos, otro tenía pedido de captura, y a una mujer del mismo grupo le secuestraron 15 gramos de marihuana.

Los punguistas o carteristas suelen actuar acompañados en los medios de transporte o en lugares de gran concurrencia pública, y aprovechan un roce o el empujón de un cómplice para introducir sus manos en el bolsillo o la cartera de los damnificados.

Las mecheras también acostumbran a actuar en grupo e ingresan a los comercios donde advierten mayor aglomeración de gente. Mientras unas distraen al propietario o empleados consultando precios o probándose prendas, otras aprovechan para colocar ropas u objetos en su ropa interior o en bolsos y carteras.

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