1. Viatri.
Se parece a Riquelme, pero juega como Palermo. Lucas Viatri es el futuro del gol en Boca. Pero es también algo más valioso que eso: es el resultado de la continuidad de un estilo. "Hago varios goles de cabeza, pero gran parte del mérito es de los técnicos que tuve en inferiores, que por tener a Palermo como modelo de centrodelantero trabajan mucho en ese aspecto", explicaba el juvenil delantero.
Viatri es Viatri por su condiciones naturales para jugar de "9", pero también porque en la Primera de Boca está Palermo. Ambos llegaron al club hace once años. Martín con 24, y planes de hacer historia, y Lucas con diez y el sueño de algún día jugar en Primera. Los dos cumplieron. Viatri creció viendo al delantero vestido de azul y oro, hasta que le tocó a él ser su sucesor. Para entonces ya sabía exactamente lo que tenía que hacer. Todos estos años de Martín en el club "xeneize" dieron como resultado "optimistas del gol" hechos en casa.
2. Román.
Decía Jorge Valdano: "Riquelme es un jugador chapado a la antigua". Lejos de ser una crítica se trata de un elogio. De un tiempo a esta parte, el ensañamiento para con Riquelme creció excesivamente. Un cliché es acusarlo antiguo, cultor de un fútbol que ya nadie juega. En parte es cierto, ya nadie juega con la pelota, prefieren que la tenga el otro. Ahí aparece la mayor virtud de Román: su capacidad para hacer que la pelota siempre la tenga su equipo.
Riquelme es de otra época no por lo que hace dentro de la cancha, sino por lo que hace afuera: no va a los medios, no se "loockea" ni es adicto a la PlayStation y cuando da notas ¡habla de fútbol! En definitiva, no hay jugadores antiguos y jugadores modernos, hay buenos y malos jugadores. Y Román está del lado de los buenos.
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JUAN MOCCIARO
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