DAMASCO.- El ataque estadounidenses contra un pueblo sirio cercano a la frontera que dejó varios muertos el domingo, desencadenó ayer duras críticas del mundo árabe y de otros países.
El ministro de Exteriores sirio, Walid al Muallim, condenó el ataque y lo calificó de "agresión criminal y terrorista" contra su país, según dijo tras reunirse en Londres con su homólogo británico, David Miliband, durante una comparecencia ante la prensa a la que éste no asistió, según analistas, por lo problemático que sería aparecer en este momento junto al jefe de la diplomacia siria.
Al Muallim añadió que Siria se reserva su derecho a defenderse en el caso de sufrir una nueva agresión y exigió al gobierno estadounidense que investigue y explique lo sucedido.
El hecho de que el ataque ocurriera a la luz del día muestra que fue deliberado, añadió. El embajador sirio en la Liga Árabe en El Cairo, Yussif al Ahmed, comentó, irónico, que quizá se trató "del saludo de despedida del gobierno estadounidense, primero con la crisis financiera y después con este crimen".
El ataque, añadió, viola el derecho internacional y muestra que sería mejor para Irak no firmar el acuerdo para que las tropas estadounidense sigan estacionadas en el país. Un portavoz del gobierno de Damasco acusó hoy al gobierno iraquí de ser también corresponsable de la muerte de ocho civiles sirios.
Un portavoz del gobierno iraquí, Ali al Dabbagh, dijo a la agencia de noticias Aswat al Irak que el ataque se dirigió contra un grupo de milicianos que solían perpetrar ataques mortales en Irak y refugiarse en territorio sirio, y que fue responsable por ejemplo del asesinato de 13 iraquíes que trabajaban en el Ministerio del Interior en un pueblo fronterizo entre ambos países. (DPA)