Obama podría llegar a convertirse en el primer presidente afroamericano de Estados Unidos si derrota a su rival republicano, John McCain, en las elecciones del 4 de noviembre.
Las preocupaciones por la seguridad de Obama han llevado al servicio secreto estadounidense a proteger al candidato las 24 horas del día desde el comienzo de su campaña.
Ya el pasado mes de agosto, durante la celebración de la Convención Demócrata en Denver, la policía detuvo a cuatro miembros de un grupo de supremacistas blancos que, supuestamente, planeaban un atentado durante el acto final del acto de proclamación de Barack Obama en el estadio de la ciudad.
La policía primero detuvo a un individuo que conducía de forma errática, presuntamente bajo los efectos de las drogas o el alcohol, y en el interior de su camioneta se encontró armas, drogas, radios, un chaleco antibalas, matrículas y carnés de conducir falsos. Esta detención condujo al arresto de otras tres personas, una de ellas en su domicilio, y otras dos en un motel de carretera.
A los detenidos se les confiscaron dos rifles de alto calibre con mirillas telescópicas, ropa de camuflaje y drogas.
Uno de los sospechosos declaró luego a la policía que "iban a matar a Obama desde un punto elevado utilizando un rifle" a una distancia de 685 metros.