ROMA (DPA).- Larvas delicatessen, grillos a las brasas o barbacoa de termitas... ¿será éste el menú del mañana? Para muchos habitantes de África, Asia y América Latina los insectos ya forman parte de la dieta diaria, especialmente allí donde escasean la carne y el pescado.
Debido a que casi mil millones de personas pasan hambre en todo el mundo, además de otros buenos motivos, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) pretende promover el consumo de las aproximadamente mil clases de insectos comestibles que pueblan la Tierra.
Y para ello ha empezado una campaña tendiente a poner sobre la mesa estos alimentos ricos en proteínas. Pero ¿conseguirán las chinches fritas sustituir el filete en Occidente?
La FAO subraya las nada despreciables ventajas de esa vieja tradición que consiste en tomar insectos del campo, llenos de valores nutritivos indispensables tanto para personas como para animales.
"Hace milenios que los hombres comen insectos, pero hoy en día hay quien se ríe de esta práctica o la considera anticuada y poco sana", dice Hiroyuki Konuma -miembro de la FAO en Asia- al tiempo que promueve un nuevo plan de alimentación.
"Insectos forestales comestibles: las personas también pican", rezaba el lema de un congreso internacional de la FAO en la ciudad tailandesa de Chiang Mai. Antes de que comience el próximo año deberá estar listo un plan de acción con una apetitosa campaña que despierte el interés de países, organizaciones e iniciativas privadas.
Las lecciones de Asia
No es casualidad que gran parte de estos planes tenga lugar en Tailandia: allí, unos 15.000 agricultores crían o cazan insectos y también en el vecino Laos esta práctica es más que un pasatiempo.
En China, entre tanto, hay criaderos especiales para escorpiones comestibles, mientras que en el sur de África la reina es la mariposa emperador.
Pero ¿por qué se pretende que nos gusten los insectos?
La respuesta está en que cada vez más bocas deberán ser alimentadas y la pasión de miles de millones de personas por los sabrosos filetes no sólo no es buena para el medio ambiente sino que mina los recursos.
En cambio, "los insectos comestibles nos proporcionan un buen porcentaje de grasas insaturadas, mucho hierro, minerales y vitaminas", señala un documento de la FAO que incluye una lista con los principales insectos comestibles en la región Asia-Pacífico.
Ésta incluye desde hormigas hasta termitas, cigarras e insectos acuáticos. "Una de sus ventajas radica en que estos insectos se pueden adquirir o criar en lugares donde no se utilizan pesticidas", añade la FAO. Y hace hincapié en que insectos como las abejas, los escarabajos peloteros y las hormigas contribuyen a mantener el ecosistema mediante la distribución del polen, la "gestión" de la basura orgánica y el exterminio de parásitos.
Pero para que los habitantes de Occidente también aprendan a apreciar los suculentos insectos como un alimento aceptable sobre el plato es necesario desarrollar "tecnologías para su cocina", apunta un informe del experto de la FAO en Bangkok Patrick B. Durst.
Y, aunque toda la campaña esté aún empezando a andar, los conocedores ya sienten que aumenta el interés. Por tanto, habrá que ver qué insectos llegan a las mesas europeas en el futuro, señalan los especialistas.
HANNS-JOCHEN KAFFSACK
DPA