BUENOS AIRES (ABA) . - La doble faceta del Eduardo Duhalde político quedó expuesta en el acto de esta semana, que fue presentado como el lanzamiento de su candidatura presidencial.
Para evitar rodeos: separados por unos pocos metros de distancia, convivieron en el evento de Costa Salguero Martín Redrado y el rabino Sergio Bergman, con los sindicalistas Luis Barrionuevo y el ortodoxo "Momo" Venegas.
Mientras el candidato aparecía en el escenario bajo un juego de luces rodeado de jóvenes, en los pasillos corpulentos empleados de los gremios gastronómico y hotelero se encargaban de la organización.
"Tenemos todos los economistas", dijo eufórica una mujer aludiendo a la presencia de Redrado, Eduardo Amadeo y Jorge Sarghini. El ausente inesperado fue Roberto Lavagna, quien adhiere en líneas generales al proyecto, pero quiere ver "cómo sigue".
La asistencia de Ramón Puerta y de Bergman (integra la fundación conducida por Mauricio Macri) insinúa el avance hacia una coalición con PRO, mientras las de Hilda Chiche Duhalde y Graciela Camaño perfilan el armado en la provincia de Buenos Aires ante un indefinido Francisco De Narváez.
Del otro lado de la moneda desfilaban el lunes pasado por el pasillo caras que retrotraen a la era menemista: Miguel Ángel Toma, Moisés Ikonikoff, "Tula" con su bombo, el nacionalista Horacio Frega o Dante Camaño.
Aquéllos y éstos acompañaron con una ovación partes del discurso del postulante a volver a la Rosada. Como cuando afirmó: "La paz se funda en el orden y el estricto apego a la ley", o calificó a los presidentes de Chile, Brasil y Uruguay de "revolucionarios en serio". El tema seguridad como central, y el rechazo a un gobierno que ven corrido "a la izquierda" son factores que aglutinan a este sector heterogéneo.
La pregunta latente entre los observadores que se dieron una vuelta por el predio de la Costanera fue que Duhalde terminará predominando. ¿El gobernador que decía prohijar a la "mejor policía" del mundo como denominaba a "la Bonaerense", o el presidente que manejó de un modo racional la crisis del 2001?, ¿el piloto de tormentas o el acusado de desestabilizaciones? Para aventar especulaciones, Carlos Brown salió al cruce del gobierno que acusó a su líder de estar detrás de la toma de tierras. "Es un disparate, Duhalde es un hombre de la democracia", respondió el dirigente duhaldista.
Como síntesis de los polos que se vislumbran, Amadeo enfatizaba en el perfil de "estadista" de Duhalde y en su tono conciliador, mientras el incontrolable Barrionuevo apuntaba al ex presidente Néstor Kirchner por haber "dividido" al radicalismo, al socialismo, al peronismo, a las Fuerzas Armadas y a la Iglesia. "No dejó nada en pie. Lástima que murió y no fue preso", espetó el catamarqueño antes de pronosticar el final del kirchnerismo tras la desaparición del conductor, y terminó apuntando contra Solá: "Felipe tendría que haberle pegado más de una trompada a Kunkel en lugar de hacerlo mi señora (Graciela Camaño), pero no se animó", dijo.
Al lado un manifestante lo felicitaba. "Esa piña se la quisimos pegar todos los peronistas". Minutos antes, Duhalde había evocado como a una de las principales figuras de la historia a Mahatma Gandhi.
CLAUDIO RABINOVITCH