CANCÚN, México.- Intensas negociaciones se realizaban anoche para arribar algunos acuerdos básicos en la XVI cumbre mundial de cambio climático que concluye hoy en esta ciudad y los 193 países reunidos aquí ya miran hacia el próximo encuentro que se realizará en el 2011 en Durban, Sudáfrica. A un año de la cumbre realizada en Copenhague, donde el fracaso de las negociaciones hizo eco por todo el planeta, ahora la estrategia es ir "paso por paso" en un proceso de ritmo lento que exaspera a muchos observadores de este encuentro.
Según dijo en reiteradas oportunidades la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (Unfccc, por sus siglas en inglés), la costarricense Christiana Figueres, el objetivo es ahora encontrar al menos puntos mínimos de consenso. Y, de ese modo, acordar medidas globales de mitigación y adaptación. Si bien hasta el cierre de esta edición no había resultados concretos, entre hoy o quizás mañana, si la reunión se extiende fuera del cierre anunciado, podría haber algún tipo de anuncios.
Esta cumbre comenzó hace ya dos semanas, el 29 de noviembre pasado, y tiene lugar en un gigantesco hotel llamado Moon Palace, con orilla al mar Caribe. Durante la semana pasada las delegaciones de cada país intentaron avanzar en varios documentos borradores. Por ejemplo, una de las áreas donde se busca consenso es la transferencia de tecnología para impulsar el bajo consumo de gases de efecto invernadero. Sin embargo, existe tensión entre los diferentes grupos que intentan dialogar sobre el rol del ser humano en el futuro del planeta.
Asimismo, se busca concretar un "fondo verde" de 100.000 millones de dólares, que había sido propuesto en Copenhague hace un año, para asistir a los países más vulnerables al aumento de la frecuencia y la intensidad de sequías, inundaciones, el aumento del nivel del mar y diversos fenómenos meteorológicos extremos.
En una de sus declaraciones, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, recordó la reunión de Bali, en el 2007, cuando se planteó dividir las negociaciones en dos caminos: uno, sobre la posible continuación del Protocolo de Kyoto, que tiene el eje puesto en mitigación (reducción de emisiones), y otro, basado en un potencial acuerdo a largo plazo, que abarcaría también medidas de adaptación. Entre los resultados, podría acordarse seguir sólo un camino, invertir en ambas opciones o incluso en ninguno.
"Desde aquellos días en Bali, a la búsqueda de progreso en Poznan y las expectativas no encontradas en Copenhague el año pasado, esto ha sido un largo viaje. Y todos sabemos que nuestro viaje no terminará aquí en México -dijo Ban Ki-moon-. Pero si trabajamos juntos, podemos forjar una respuesta a largo plazo al cambio climático. Cada país debe ser parte de la solución", agregó.
Uno de los puntos fuertes del debate es la posible continuación del Protocolo de Kyoto. Sucede que el país que hospedó esa reunión clave de 1997, Japón, ahora reafirmó en esta reunión su posición de evitar una segunda fase de ese instrumento internacional. El mismo establece objetivos legalmente vinculantes de reducción de emisiones para sólo los países industrializados (llamados "países del Anexo I" en ese documento internacional). Y se basa en el principio de "responsabilidades comunes pero diferenciadas" de la Unfccc, que destaca la responsabilidad histórica de los países en la contaminación de la atmósfera a partir de la Revolución Industrial.
Japón, que participa del primer período del Protocolo (2008-2012), unió en Cancún fuerzas con otros países, entre ellos Canadá, Rusia y Australia, para decir "no" a otro período bajo las condiciones actuales. El obstáculo principal es que los dos países más contaminantes de la actualidad, Estados Unidos, China, y otros emergentes como India y Brasil, no forman parte de ese esfuerzo para reducir las emisiones.
"Salir de acá sin nada concreto no es una opción política. Cuanto mejores avances logremos en Cancún, mejores perspectivas de un resultado tendremos para la cumbre en Durban", dijo ayer en conferencia de prensa Connie Hedegaard, la presidenta de la cumbre previa, realizada en Dinamarca.
El martes comenzó el segmento de alto nivel de esta cumbre, donde tomaron la posta las autoridades enviadas por cada país. Y el miércoles ya comenzaron a desfilar ante el escenario del salón plenario de la COP16 los 18 jefes de Estado, vicepresidentes, ministros de Ambiente y autoridades gubernamentales de sectores vinculados con el cambio climático.
Hay pocos presidentes en comparación con la cumbre anterior. De América Latina están, por ejemplo, Evo Morales y Rafael Correa. No asistieron Lula da Silva ni Hugo Chávez, que sí había estado en Dinamarca.
Ayer, en conferencia de prensa, Morales afirmó que el "debate mundial sobre los derechos de la madre tierra ya está instalado" e insistió en la idea de generar un tribunal internacional de justicia climática.
Para Homero Bibiloni, secretario de Ambiente de Argentina y que encabeza la delegación nacional en esta COP16, aún falta mucho para llegar a grandes consensos. "Sería bueno que las peticiones y declaraciones, tanto de Ban Ki-moon como también de autoridades nacionales, puedan trasuntarse en aplicaciones concretas. Pero cuando uno va a los grupos donde se negocia cada punto se ve que cuesta mucho avanzar porque no se salda la diferencia central que es la cuantía económica, la formas de asignar esos fondos. Hay visiones distintas de los países desarrollados hacia las realidades de nuestros países", dijo Bibiloni a "Río Negro".
Mientras tanto, diversas ONG realizan actos en diferentes áreas de Cancún. Fue el caso de activistas de Greenpeace, que ayer arrojaron al mar reproducciones de la Torre Eiffel, el Big Ben y la Estatua de la Libertad, entre otros monumentos paradigmáticos. Su mensaje fue: "Todo el mundo es vulnerable al cambio climático".
LAURA GARCÍA OVIEDO
Especial para "Río Negro"