SANTIAGO DE CHILE (DPA).- Perú y Chile iniciaron una silenciosa "guerra comercial" por el dominio global del mercado del cobre que atraviesa su mejor ciclo de precios en cuatro décadas.
Las inversiones cupríferas por miles de millones de dólares permitirán a estos países producir entre un 45 y un 55% del cobre mundial en el 2020, según sus gobiernos y empresas privadas.
El auge, interrumpido en parte por la crisis del 2008 y el 2009, seguirá hasta el 2011, cuando el valor de la libra de cobre promedie los 3,30 dólares, según la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
La mayor actividad, que en Chile generará fuertes ingresos al fisco y las fuerzas armadas a través de la minera estatal Codelco, está ligada al alza del consumo chino y la baja de los inventarios.
El promedio de la cotización del cobre durante el primer semestre alcanzó los 3,23 dólares la libra en la Bolsa de Metales de Londres, un 76,2% más que la media del 2009, según Cochilco.
Clave en esa alza fue la evolución de la demanda china, que superó en 650.000 toneladas las proyecciones iniciales, presionando los inventarios a la baja para el 2011 y los años próximos, según Cochilco.
En este escenario, con días anotando máximos en el precio nominal del cobre, el primer semestre del 2010 Codelco tributó 1.800 millones de dólares al fisco chileno, de los cuales 540 millones fueron para la compra de armas.
En el Perú, que a principios de año desplazó a Estados Unidos como segundo productor mundial de cobre, los 16.000 millones de dólares en inversiones hasta el 2013 auguran una expansión fuerte.
El director de Promoción Minera del Ministerio de Energía y Minas del Perú, Henry Luna, cree que la clave para la expansión de su país en este mercado es la baja explotación y exploración, lo que abre grandes oportunidades.
Los proyectos más importantes, más allá de la reapertura de minas medianas y pequeñas, son el yacimiento Las Bambas y su par de Toromocho.
Las Bambas, que iniciará faenas en el 2014 bajo la propiedad de la empresa suizo-australiana Xstrata Copper, demandará una inversión de 4.200 millones de dólares y subirá un tercio la producción peruana.
Toromocho, desarrollada con capitales chinos, será con sus reservas de 7,3 millones de toneladas uno de los tres mayores del mundo.
La volatilidad de precios, cada vez mayor en los últimos meses, es sin embargo un factor que nubla el análisis, debido a que su origen es ajeno a las evoluciones de oferta y demanda.
La crisis de la zona euro y la debilidad en la recuperación de Estados Unidos, con retrocesos inesperados algunos meses en las cifras de empleo, han establecido dudas sobre el futuro económico.
El auge cuprífero, en una perspectiva más amplia, obligará a ambos países a pensar su estructura tributaria sectorial y mejorar su infraestructura y costos energéticos.
Pero también puede abrir un espacio de cooperación con China y todo el sudeste asiático, teniendo como telón de fondo los esfuerzos de ambos países por crear un área de libre comercio en APEC.
Los lazos de la estatal chilena Codelco con la china Minmetals, que garantizan el suministro de cobre a China por décadas, y las inversiones de esta empresa asiática en el Perú son un primer paso. Pero por ahora los esfuerzos sólo apuntan a rentabilizar para las empresas el mayor boom del cobre en 40 años.
MAURICIO WEIBEL
DPA