El gobierno ecuatoriano, presidido por Rafael Correa, lanzó al mundo hace dos años una idea inédita que se había gestado tiempo atrás: recibir compensaciones económicas internacionales para no explotar los 926 millones de barriles de reservas probadas de crudo ubicadas en la zona intangible del Parque Nacional Yasuní.
¿El costo y el beneficio para el mundo? Los países donantes deberán aportar 3.600 millones de dólares en el plazo de 13 años a Ecuador para que la Reserva Mundial de Biosfera -uno de los lugares con mayor diversidad del planeta- permanezca intacta e inalterada por la explotación petrolera.
El proyecto se llama ITT, por la denominación de los bloques petroleros Ishpingo-Tambococha-Tiputini, y a su alrededor se han generado problemas de autoría entre el ex ministro de Energía, Alberto Acosta, y el presidente Rafael Correa.
Acosta, alejado del gobierno, ha criticado a Correa por supuestas intenciones de explotar el ITT, por desestimar criterios de las organizaciones ecologistas y por causar el fracaso de la primera comisión negociadora.
Esa comisión la dirigía el ex alcalde de Quito y reconocido ecologista Roque Sevilla, quien había reunido compromisos de países europeos para el ITT, entre ellos de Alemania, por 1.700 millones de dólares.
Pero la formación de un fideicomiso para contener ese dinero con condiciones que Correa calificó de atentatorias contra la soberanía y "vergonzosas" provocó la renuncia de Sevilla, del ex canciller Fander Falconí y de la presidenta del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) Yolanda Kakabadze, calificados -entre otros epítetos- de "ecologistas infantiles" por el mandatario.
Sevilla advierte que en la comunidad internacional esa actitud "crea desconfianza (en los potenciales donantes) por los cambios de posición de una semana a otra".
Hoy están a cargo de la negociación Correa directamente, algunos ministros y la ex ministra de Comercio, Ivonne Bahki, quien desconoce el área ambiental pero tiene reconocidos contactos internacionales.
Su origen libanés hizo que la iniciativa se dirigiera también a los países árabes y ha conseguido el compromiso de Irán para apoyar el proyecto. No obstante, críticos al gobierno califican la coyuntura de inadecuada debido a los cuestionamientos internacionales que genera el programa nuclear de esa nación.
Bahki ve el ITT como "el proyecto estrella de Ecuador" y señala que sus "retos siempre han sido difíciles y siempre por una gran causa", así que espera tener éxito.
Dentro de la zona intangible del Yasuní, dirigentes comunitarios como Walter Baquero se quejan de que nunca han sido consultados y, aunque admiten los beneficios de la propuesta, critican la "falta de socialización".
La Reserva Mundial de Biosfera Yasuní, reconocida así por la Unesco, está compuesta por el Parque Nacional Yasuní, declarado así en 1979, y la reserva de la comunidad Huaorani.
Yasuní se considera una de las áreas con mayor biodiversidad del planeta. En ella habitan además a 300 indígenas Tagaeri y Taromenane en aislamiento voluntario de la civilización, 6.000 aborígenes Naporuna y 3.000 colonos.
El Parque Nacional se ubica en la cuenca alta del caudaloso río Napo y en la Reserva hay lo que los científicos denominan Refugio del Pleistoceno: durante cambios climáticos drásticos, cuando se alteraron climas secos y húmedos en las selvas amazónicas, se formaron islas de vegetación que acogieron especies de flora y fauna y fueron centros de formación de nuevas especies.
Según un informe de la organización internacional "Oilwatch", entre árboles y arbustos el Parque Nacional de 9.820 kilómetros cuadrados posee 1.762 especies, más de 300 no están clasificadas aún y son nuevas para la ciencia.
Entre otros valores, es uno de los lugares más diversos de aves: hay 596 clases y están registradas 204 especies de mamíferos y 100 de murciélagos.
Hay 10 especies de primates y es uno de los pocos lugares del mundo que albergan simultáneamente a los más grandes y más cazados del planeta: los monos aulladores, los lanudos y los arañas.
Además, la reserva alberga 105 variedades de anfibios y 83 de reptiles debidamente documentadas y 382 especies de peces de agua dulce. En cuanto a insectos, los estudios son escasos pero en la actualidad están contabilizadas 94 especies de hormigas.
La parte sur del Parque fue declarada como zona intangible y el censo de especies no ha registrado aún las nuevas. Sobre la zona se aplica el proyecto ITT, sea para explotar el crudo, sea para mantenerlo bajo tierra.
Pero tras tanta estadística maravillosa, hay una realidad adversa: Ecuador es un país dependiente en 40% de sus ingresos fiscales de la venta de petróleo y el gobierno actual se caracteriza por mantener un alto gasto social que requiere la inyección de recursos importantes.
Los 3.600 millones de dólares que aspira a obtener Ecuador calculan el crudo del ITT a 3,78 dólares por barril, precio bajo si se estima el costo actual del petróleo en el mercado internacional.
La voluntad política ha sido expresada: "La no explotación del yacimiento (ITT) es el plan A", asegura el mandatario ecuatoriano. Pero si de explotar el crudo depende el éxito de su gobierno, empiezan a surgir las dudas.
SILVINA LARREA
DPA