"El lunes 29 (mayo del 2006) por la tarde, Kirchner convocó a la Casa de Gobierno a Garré (ministra de Defensa) y a Bendini (general, jefe del Estado Mayor del Ejército). Estaba enfurecido. Creía que había habido connivencia en el Colegio Militar para dejar ingresar a la mujer.
"-¡Cómo puede ser que dejen pasar a la Pando! -le espetó Kirchner a Bendini-. No quiero que los provocadores puedan circular más por donde quieran.
"Kirchner buscaba un castigo ejemplar, y apuntó bien arriba.
"-A ese general Gallardo, que no pudo parar a nadie, hay que echarlo.
"-Gallardo es un buen general -lo defendió Bendini, que consideraba al director del Colegio Militar como uno de sus hombres más leales-.
"-¿Un buen general? ¡Ése es el que no quiso bajar los cuadros! -arremetió Kirchner recordando el 24 de marzo anterior (2005), cuando Bendini bajó los retratos de los ex dictadores Videla y Bignone de la galería de cuadros de ex directores del Colegio Militar.
"-Los cuadros los tenía que bajar el jefe, por eso los bajé yo -resistió Bendini la andanada-. El general Gallardo...
"-A ver si es tan bueno como usted dice -lo cortó Kirchner-. El presidente revolvió en su escritorio y extrajo unas hojas impresas y prolijamente anilladas. Era una especie de ´lista blanca´ de los militares en actividad. Los potables para el gobierno. Con una foto y una breve reseña. Con un gesto ostensible, Kirchner recorrió las páginas rápidamente.
"-¡Acá no está, y los que acá no están son una mierda! ¡Cómo puede ser que dejen pasar a la Pando! -repetía Kirchner culpando a Gallardo- ¡Hay que ir a fondo, ser duros y enérgicos y demostrar que no vamos a tolerar provocaciones!
"Quedaron en que Gallardo sería relevado. Pero Bendini dejó correr los días para que a Kirchner se le pasara el enojo y éste no volvió a reclamárselo. Esa tarde, como parte del plan de rescate del general (Gallardo) y para que no quedaran dudas de que estaba del lado bueno de las cosas, el Ejército se apresuró a informar que las sanciones a los encargados de la seguridad habían sido aplicadas por Gallardo. Los nombres de los oficiales no fueron difundidos, una muestra de que lo importante era el gesto disciplinante y no sus malogrados destinatarios".
N. de la R.: ¿qué había desencadenado la irritación del entonces presidente Kirchner? Que en la mañana de ese día, al presidir Kirchner en el Colegio Militar ante 5.000 efectivos el Día del Ejército, Cecilia Pando, esposa de un oficial pasado a retiro por la militancia de su mujer en la Comisión Permanente de Homenaje a los Muertos por la Subversión, había interrumpido el discurso del mandatario, una dura filípica a los militares por el pasado de las Fuerzas Armadas en materia de derechos humanos. El hecho es contado por Guido Braslavsky en las páginas 36 y 37 de su libro.