Una sociedad muy distinta de la que en 1988 le dijo "no" a Pinochet podría consagrar por primera vez un gobierno de derecha. Pero aunque el oficialismo revierta la tendencia, los cambios serán inevitables.
Al contrario del plebiscito de 1988, el voto joven no tendrá el peso decisivo en los comicios: menos del 10% de incriptos. Las razones de un desinterés creciente.