No es novedoso hablar de divorcio entre el gobierno y un sector social que, paradójicamente, fue de los más beneficiados por sus políticas. Pero sí que no tiene retorno la resistencia a un estilo sin visos de cambiar.
Una reciente encuesta de Ibarómetro sobre la clase media porteña refleja algunos cambios en el paradigma de pensamiento tradicionalmente atribuido a este sector.