Por EVA KRAFCZYK
Margaret Acipo ha hecho las paces. Paz con el hombre que la mutiló, con los hombres que mataron a sus amigas. Esta mujer de 29 años de Gulu, en el norte de Uganda, no esperó a un acuerdo oficial con los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, por sus siglas en inglés), que quizás nunca llegue.
Margaret se reúne de forma regular con ex niños soldados que el LRA secuestró y luego obligó a matar, torturar y violar. Las conversaciones buscan ayudar a los jóvenes, hombres y mujeres, que son tanto víctimas como victimarios, a reintegrarse en la sociedad.
"Yo he perdonado", afirma Margaret. Pero nunca podrá olvidar, porque cada mirada al espejo le recuerda ese día, hace cuatro años, que cambió para siempre la vida de su familia. Ese día fue a la fuente de agua junto con otras cuatro mujeres. Margaret estaba embarazada de ocho meses. Pero cuando las mujeres sacaban agua, los hombres del LRA salieron de entre los arbustos. Mataron a las otras pero perdonaron la vida a Margaret, porque temían la venganza de los espíritus si el niño no nacido moría.
En vez de ello le cortaron con machetes a su víctima, de tan sólo 24 años, la nariz, orejas y labios, como advertencia al resto de los pobladores para que no colaboraran con el Ejército.
Decenas de miles de personas han sido mutiladas de esta forma en el norte de Uganda en los casi 20 años de guerra civil. Unos 30.000 niños y jóvenes fueron secuestrados y obligados a combatir con los rebeldes. Miles de niñas fueron repartidas como "esposas" entre los oficiales o sorteadas entre los soldados del LRA. Las jóvenes siguen estando estigmatizadas en muchos pueblos y son rechazadas por sus propias familias por sus "bastardos rebeldes".
A los habitantes del norte de Uganda, de los que miles viven aún en campamentos de refugiados, les quedan terribles recuerdos y amargura por los años perdidos. Y el régimen del terror del LRA no ha desaparecido, sólo se ha trasladado. Porque ahora los milicianos de Kony secuestran niños en Congo, el sur de Sudán o en la República Centroafricana. (DPA)