Por Gonzalo Ruiz Tovar
"Viva el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, para la revolución proletaria socialista mundial. Viva la guerra popular democrática prolongada", gritaban cual letanía miembros del grupo peruano Sendero Luminoso .
Las imágenes transmitidas en mayo por un programa de televisión causaron estupor, pues los senderistas en cuestión eran 20 niños no mayores de 11 años, a los que Víctor Quispe Palomino, "José", preparaba para la "guerra popular" en que él está metido desde hace 30 años.
Sendero, grupo fundado por el filósofo Abimael Guzmán que inició acciones armadas en 1980, ya no es el que por poco asfixia al Estado peruano. Sus mayores líderes están presos, Guzmán incluido, y su presencia se limita a dos frentes en zonas cocaleras.
Pero sólo uno de esos frentes, en que lidera "José" en el valle de los ríos Apurímac y Ene (VRAE), se las ha ingeniado para lanzar desde el 2003 unos 21 ataques con 26 militares y 23 policías muertos. Sendero ya no amenaza tomar el poder, pero daña. Sobre las posibilidades de repotenciación hay discrepancias. Unos dicen que el grupo está condenado a ser sólo un ejército de los narcotraficantes. Otros creen que el problema puede recrudecer en medio de la alianza con los mafiosos y un clima social agitado.
"Tienen muchísimo dinero ", advirtió el comandante en jefe del Ejército, general Otto Guibovich.
Sendero quiso imponer las ideas con una brutalidad sin precedentes: se lo culpa de al menos un 54% de las casi 70.000 muertes entre 1980 y el 2000, según la Comisión para la Verdad .
Sendero cayó en picado desde 1992, cuando la Policía capturó a Guzmán. Golpes y deserciones lo llevaron a la casi total extinción, pero "José", "Artemio" y un puñado más se empeñan en mantenerlo vivo. (DPA)