-En este primer tomo de "Marcados a fuego" usted explora la violencia política hasta 1945.
-En el segundo tomo arranco con el advenimiento del peronismo al poder?
-En algún punto de todo lo que le queda por escribir en esta materia, no sé si en el segundo o en un tercer tomo se va a encontrar con el caso Aramburu.
-Sí, claro.
-Para muchos... Beatriz Sarlo por caso, en su formidable "La pasión y la excepción. Eva, Borges y el asesinato de Aramburu", dice incluso que festejó, admiró y aprobó ese asesi-nato?
-Sí, es cierto.
-Bueno, ella está entre quienes sostienen que ese asesinato tiene una inmensa singularidad en la vida argentina, en la retroalimentación de la violencia política. Hoy, por primera vez en lo que va de ese hecho, hay varias investigaciones sobre ese asesinato e incluso hay ficción, como la novela de Juan Pablo Feinmann, por caso. Toda una tarea que tiene una única motivación: lo explicado hasta ahora no alcanza, en todo caso es parte de la verdad, pero no la verdad total. ¿Usted cree que lo asesinaron los montoneros?
-Estoy trabajando en el tema y por ahora sólo tengo presunciones. A priori me parece que en el marco del proceso que llevó al asesinato reunieron algún tipo de información adicional sobre Aramburu a la que ellos, como organización político-militar en sus primeros pasos, pudieran o querían conseguir?
-¿Qué quiere decir?
-Siempre en el campo de la presunción, es posible que desde algunos planos militares y de otro orden también se les proveyera de información de inteligencia sobre el caso.
-¿Cree que hubo intereses convergentes provenientes de distintos planos pero destinados todos a sacar a Aramburu del juego?
-Creo eso. Pero reitero, en relación con todo lo que hace al caso Aramburu, también hay cuestiones sobre las que sólo tengo presunciones, aunque también tengo certidumbres en otras cuestiones...
-¿Qué certidumbres, por ejemplo?
-No creo en la versión oficial, que incluso es de Montoneros, de que los comandos "montos" controlaban la cotidianidad de Aramburu desde la biblioteca del Colegio Champagnat. En su momento se conocerá qué opino sobre eso.
-En el marco de las investigaciones que están en marcha sobre este caso, se renueva la tesis de que Aramburu murió en el Hospital Militar Central, aquí, en la avenida Luis María Campos. ¿Sabe algo al respeto?
-Sí, tengo un importante testimonio anónimo de un coronel que así me lo transmitió.
(C. T.)