El coste de las tazas de baño y los urinarios instalados en la sede de la presidencia del gobierno español, que la oposición considera excesivo, causó el miércoles un singular enfrentamiento verbal en el Congreso de los Diputados en Madrid.
La diputada del opositor Partido Popular (PP) Dolors Nadal acusó al Ejecutivo del socialista José Luis Rodríguez Zapatero de despilfarro al criticar que, en plena crisis económica, se gasten 45.000 euros (casi 33.000 dólares) anuales en el alquiler de unos modernos inodoros instalados en el complejo de La Moncloa.
"¿Tan mal huelen las políticas socialistas que tienen que utilizar dispensadores de fragancia? ¿Tanto germen desatado corre por La Moncloa?", se preguntó con ironía esta diputada en la habitual sesión de control al gobierno en el Parlamento. Acto seguido Nadal opinó que la presidencia del gobierno se ha convertido en una "corte del faraón" y afirmó que los recursos públicos no se pueden usar para "satisfacer las excentricidades del presidente", ya que "no es ético" y contradice la política de austeridad decretada por el Ejecutivo a raíz de la crisis.
La ministra de Administraciones Públicas, Elena Salgado, fue la encargada de defender al gobierno en este asunto un tanto escatológico.
"Para satisfacer su curiosidad le diré que el contrato de equipos de protección y desinfección en las tazas WC y los urinarios en zonas de gran confluencia de personas se encuadra en la política de higiene y de prevención en el trabajo", dijo la ministra dirigiéndose a Nadal. Salgado no fue menos irónica que su rival política al agregar que se alegraba de que "por fin" los españoles vieran hacia dónde conduce el PP su política: "a fijar la atención en los urinarios de presidencia". "Sabemos que a algunos de sus dirigentes no les gustan los urinarios ni digitales ni de los otros y que prefieren utilizar, como así lo han dicho, la sede de algún partido político", espetó la ministra.
Asimismo, hizo hincapié en que el actual contrato de alquiler es la continuación de uno anterior suscrito en 1999 por el entonces gobierno del PP, del que era vicepresidente el ahora líder de la oposición, Mariano Rajoy, el mismo que en el Congreso acusó a Zapatero, en un asunto ya más serio, de una "descomunal bajada de pantalones" para que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) apoyara los presupuestos generales del Estado.
La referencia a ese contrato en un primer momento dejó algo descolocada a Nadal, quien sin embargo volvió a la carga: "Las familias españolas lo están pasando muy mal, el 20% de los hogares vive por debajo del umbral de la pobreza y Zapatero se dedica a derrochar el dinero de los españoles", criticó. "No es ético, no puede ser que Zapatero dedique dinero público a ´tunear´ los rincones más íntimos de su palacio", insistió ante un pleno en el que no faltaron las risas.