Fue un período muy difícil. Es como si desde que empezó su gestión todas las tendencias positivas que había, tanto de la economía nacional como de la internacional, hubieran comenzado a complicarse.
Es de recordar que la crisis financiera internacional comenzó en el último trimestre del año pasado y después vino el conflicto con el campo. En ese contexto, hubo que empezar a hacer los ajustes que no se habían hecho durante el período de mejor actividad, como el aumento de tarifas, en un marco de conflictividad social y productiva.
Por otro lado, el conflicto con el campo crispó la sociedad y el clima social. Por ello, creo que no sólo hubo un problema desde lo económico sino que fue más abarcativo.
LO QUE QUEDA
En ese marco, considero que el gobierno siguió manteniendo un discurso en la línea de la reindustrialización, pero hubo asignaturas pendientes. No se pudo concretar la nueva ley de riesgos del trabajo y, por el contrario, acaba de salir una ley que profundiza el principio de "in dubio pro operario". Quedaron cosas pendientes para el sector.
En relación con el dólar, el Banco Central dejó demostrado que puede manejar el tema, pero creo que fue innecesario llevarlo a 3,05 porque ésa no fue una buena señal, no generó beneficios y ni siquiera logró parar la inflación.
El ajuste que se está haciendo ahora es razonable.
Por último, pienso que la crisis internacional va a influir en lo que resta del gobierno. Por eso es importante mantener la solvencia fiscal, el nivel de reservas aunque, antes que nada, es clave mantener el nivel de actividad.
José Ignacio de mendiguren (*)
(*) Vicepresidente de la Unión Industrial Argentina