? "En 1937, la Dirección Nacional del Trabajo publicó un estudio sobre las condiciones de vida de la familia obrera. Señalaba que un alto porcentaje del presupuesto familiar estaba destinado a la alimentación y al alojamiento. Si el gasto destinado a esto último no era demasiado alto ello se debía, en gran medida, a que el 59% de las familias obreras de Buenos Aires vivía en una sola pieza, habitualmente de un conventillo. Por lo general, era una habitación de 16 a 20 metros cuadrados sin otra abertura que la destinada a la puerta y una banderola ubicada sobre la misma. El 64% de las familias que ocupaban una sola pieza estaba integrado por más de cuatro personas, el 77% no tenía baño exclusivo, el 46% carecía de agua corriente, el 24% no tenía cocina independiente y el 8% compartía el retrete. Solamente un 30% de las familias obreras disponía de dos piezas y un 11%, de más de dos. Aun teniendo en cuenta a estas familias más desahogadas, seguían siendo muchas las que carecían de las comodidades más elementales. De hecho, en los intersticios urbanos, como en los albores del siglo, hospedajes baratos, fondas, conventillos, talleres y comercios cobijaban precariamente a numerosas familias".
? "Otra consecuencia de las penurias económicas de los primeros años de la década del ´30 fue la preocupación de los matrimonios de sectores medios por el control de la natalidad. En su reciente autobiografía, Juan José Sebreli señaló que la generación de sus padres ´fue la primera que practicó masivamente el control de la natalidad´. A su juicio, en los años treinta hubo una revolución cultural silenciosa, una liberación sexual secreta. En el caso de mis padres, la decisión del hijo único se debió a los cambios de mentalidad de la época; incidieron también el recuerdo de sus dificultades durante la crisis económica del año veintinueve y la ocupación fuera del hogar de mi madre. Tengo la impresión, por algunos detalles ocurridos cierto día, cuando yo tenía alrededor de nueve años, de que mi madre abortó".
? "En este marco, Juan Lazarte, un médico rosarino de ideas anarquistas, publicó hacia 1934 la obra ´Limitación de los nacimientos´, como respuesta a las preocupaciones de la época. Este trabajo de avanzada abordaba el tema de la anticoncepción y, seguramente, recogía una prédica que el médico cotidianamente hacía llegar a sus pacientes, mayoritariamente trabajadores del sector rural. En ese ámbito, las familias prolíficas entre los pobres aún predominaban y, por ende, resultaban más expuestas a las consecuencias económicas y sociales de la crisis".
(Tramos de "La ´mishiadura´ y la ´mala vida´, artículo de Ricardo Vicente editado en ´Ciclos´, publicación de la Fundación de Investigaciones Históricas, Económicas y Sociales Nº 31 y 32, 2007)