Una retroexcavadora blindada traída especialmente para desminar la frontera con Perú al norte de Chile avanza lentamente en medio de la noche extrayendo uno a uno los explosivos sembrados por miles durante la dictadura del general Augusto Pinochet.
Cada tres metros la pala de la máquina -donada por el Departamento de Defensa de Estados Unidos- se entierra en la arena del desierto para extraer algunas de las 12.000 minas antipersonales y 10.900 antitanques sembradas en la Quebrada Escritos, a casi 800 metros del paso fronterizo de Chacalluta, que conecta Chile con Perú.
La tarea es lenta y arriesgada: la tierra sacada por la retroexcavadora es luego tamizada y separada por 16 efectivos del Ejército chileno que participan del proceso de desminado, entre ellos la cabo Carolina Escobar, de 23 años, la única mujer que realiza estas labores en Chile.
Protegidos por trajes especiales -que añaden 28 kilos de peso a sus cuerpos- los militares luchan contra el calor del norte chileno y el temor ante la posibilidad de que un paso en falso pueda ocasionarles la muerte.
"El miedo siempre es grande, por eso nunca tienes que olvidar dónde te encuentras y estar siempre alerta -relató la cabo Escobar-. A pesar de todo, me enorgullece mi trabajo. Sé que le estoy dando algo más a mi país", agregó momentos antes de entrar al terreno minado durante la primera noche de las faenas de desminados que se extenderán por seis meses.
Escobar comienza su trabajo al anochecer vistiendo su menudo cuerpo con un pesado traje protector que podría salvarle la vida.
Hace dos años, y luego de salir de la Escuela de Ingenieros del Ejército chileno, Escobar fue destinada a cumplir labores en la ciudad de Arica, sin saber que formaría parte de uno de los procesos de desminado más peligrosos y extensos del país.
La militar fue designada como la única mujer entre el equipo de 16 efectivos que se ocupará dentro de los próximos seis meses de buscar y destruir 23.000 minas antipersonales y antitanques sembradas en la Quebrada de Los Escritos.
"Estuve un año y medio entrenando para esto con artefactos de salva. Pero saber que estaré caminando por primera vez entre minas que realmente pueden matarte es un desafío enorme", agregó.
En total se sembraron unas 126.000 minas en 198 campos, convirtiendo a Chile en el tercer país de América Latina entre aquellos con mayor cantidad de estos explosivos, detrás de Colombia y Nicaragua.
Desde el 2004 Chile ha intensificado sus labores de desminado y logrado extraer unos 14.000 artefactos, en concordancia con el Pacto de Ottawa, al que adhirió en el 2002. El país se ha comprometido a erradicar para el 2012 todas las minas antipersonales de su territorio.
Leonardo Troncoso
AFP