La Revolución Rusa asoma en muchas de tus ficciones como telón de fondo. Más allá de tu historia militante, nos interesaba saber qué representa para vos y para tu generación esa historia, por qué dejó una huella tan profunda.
-Fue la primera revolución obrera, campesina, de soldados, triunfante. En segundo lugar, hay que tomar en cuenta que se dio en un momento excepcional: Lenin estaba en Ginebra; la Rusia zarista había participado en la Primera Guerra Mundial del lado de Occidente y había tenido millones de muertos. Es el instante en que estalla, yo diría "casi" espontáneamente, el levantamiento de los soldados de Petrogrado, es el momento en que Lenin, desde Ginebra, lanza la consigna "Pan, paz y tierra" con la que abarcaba todo ese inmenso continente que era Rusia: "paz" para que no siguiera la matanza de soldados, "pan" para las poblaciones que padecían hambre y "tierra" para los campesinos, esa tierra que estaba en manos de príncipes latifundistas. Esa consigna prendió en la Rusia zarista y la revolución se convirtió en un hecho.
-¿Hubo concesiones?
-Hay que reflexionar que Lenin llegó, cuando volvió a Rusia, hasta el punto de aceptar la paz de Brest-Litovsk con la Alemania en guerra y con catorce naciones que agredían a la Rusia revolucionaria. Hizo muchas concesiones. En ese momento Trotsky, que había adherido a las propuestas de Lenin, se convirtió en comisario de guerra; es decir, tenía a su mando todos los ejércitos que se formaron a la sombra o al calor de la Revolución Rusa. Esos ejércitos, bajo el mando de muchos antiguos oficiales zaristas, llegaron a la puerta de Varsovia y fueron rechazados porque esas tropas estaban exhaustas. Es probable -ahora es fácil decirlo- que el Ejército Rojo haya debido detenerse antes de atacar Varsovia. Ni la clase obrera polaca ni los campesinos respondieron a las exhortaciones de insurgencia, de revolución, propuestas por los voceros del Ejército Rojo. Y hubo algún comunista polaco que recomendó precisamente eso, no seguir adelante. Ésa fue una derrota del pensamiento leninista de expandir la revolución a toda Europa. Hubo una sublevación obrera en Alemania, que fue derrotada, en un sector muy reducido de ese país. En Francia también hubo levantamientos que tampoco tuvieron repercusión. Y luego Europa se mantuvo fiel, con sus trabajadores y campesinos, al régimen capitalista. ¿Podemos llamar a eso una tragedia? No, eso forma parte de la historia. En algún momento Marx y Engels dijeron que la revolución más perfecta que conocía la historia -lo decían en el siglo XIX- era la francesa. No les faltó razón, porque llevó al poder a una nueva clase social: la burguesía. Los señores feudales fueron derrotados, la burguesía llegó al poder y trató de imponer su ideario al resto de Europa y fue rechazada. Napoleón Bonaparte, hijo bastardo de la Revolución Francesa, intentó hacer lo mismo y fue derrotado por la Rusia zarista. Ése fue un dato que después presentaron como excusa los generales nazis, aquello que se decía "A Napoleón lo había vencido la nieve". No, en la Segunda Guerra Mundial los venció un sistema social distinto, con Stalin a la cabeza. Hay que reconocerlo. Que Lenin haya escrito en su testamento que Stalin cargaba con "mucha pimienta" sus actos es otro dato a tener en cuenta. Pero la derrota del nazismo no fue sólo la capacidad -que la tenía- de Stalin sino que el sistema socialista, con todas sus deformaciones, venció al régimen capitalista que, en su momento, encarnó Hitler. Las grandes corporaciones ale
manas llenaron sus bolsillos con el lucro que les proporcionó la ocupación de Europa por las tropas hitleristas y por la debilidad ideológica del Partido Comunista alemán. Hay que recordar que no por nada los servicios secretos alemanes mataron a Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Ese pequeño grupo espartaquista, con sus diferencias con Lenin, era capaz de llevar adelante la revolución alemana, que fue frustrada porque los dirigentes del PC alemán siguieron las directivas de la ideología estalinista, que consistía en preservar la URSS del riesgo de ser recuperada para el capitalismo.
-Existe una polémica acerca de si los individuos, con sus actos, pueden determinar cambios en la historia. ¿Qué papel jugaron los individuos en el marco de la Revolución Rusa?
-Se podría preguntar: "¿Por qué León Trotsky, comisario de guerra, no llamó al jefe militar del Ejército Rojo, Mijail Tujachevsky, que estaba a 80 kilómetros de Moscú, y le ordenó que abatiera el poder de Stalin?". Esto implicaba encarcelarlo o mandarlo a Siberia, quitándole el poder en ambos casos. O, en una tercera suposición, matarlo. ¿Por qué no lo hizo? Ésa es una pregunta que la historia todavía no contestó.
-No había otro dirigente más respetado y con mayor prestigio que Trotsky en el Ejército...
-No se trata de un problema de prestigio, se trata de que por un instante histórico, a mi juicio, Trotsky perdió la perspectiva de lo que se venía. No respondió con toda la efectividad necesaria al testamento de Lenin. Y responder a eso implicaba eliminar a Stalin del poder. Sí, sin la participación de las masas. Eliminar a Stalin. Las masas estaban exhaustas y sólo escuchaban la voz del poder. No nos engañemos... ¿por qué Perón en el '55 no convocó a las masas? Es otra pregunta que hago. ¿Por qué el 24 de marzo de 1976 el peronismo, que sigue siendo la fuerza ideológica más poderosa de este país, no convocó a las masas? ¿Por qué las masas se quedaron en su casa mirando la pantalla de la televisión? ¿Por qué recién en 1969 Córdoba, que era una potencia industrial, dio lugar al Cordobazo y a la aparición, por primera vez en la historia política, ideológica y sindical de este país, del Sitrac-Sitram, cuando todo el aparato sindical estaba subordinado al peronismo? Sólo el SMATA estaba dirigido por un hombre que respondía el Partido Comunista Revolucionario, que supo aplaudir a López Rega: René Salamanca, muerto, asesinado el mismo 24 de marzo del '76. Los miembros del PCR no adoptaron una sola medida de precaución. ¿Por qué se llamaban revolucionarios? ¿En qué creían? ¿En que los servicios iban a congraciarse con sus fallos históricos en materia política e ideológica e iban a dejar vivo a ese dirigente que no permitía, y de eso fui testigo, la entrada al SMATA a militantes y dirigentes de Sitrac?
-En esos momentos puntuales, ¿un error individual puede ser decisivo?
-Lo que hay que poner en discusión es algo que se arrastra desde la Revolución Francesa hasta acá: el papel de los hombres y mujeres que se asumen como revolucionarios. ¿Qué quiere decir "revolucionario"? Quiere decir derrocar al poder existente, esto es, el poder de la burguesía y el capital, y reemplazarlo por el de los trabajadores y los campesinos. La burguesía no duerme. Alfredo de Angeli es una prueba y Eduardo Buzzi, el secretario de la Federación Agraria (FAA), que es un hombre del sistema, es otra. Hay que sacar algunas conclusiones: ¿por qué la FAA surge en 1910 en rebelión contra las desmesuras, la explotación de los grandes dueños de la tierra en este país? Hoy ellos no son sólo sus servidores sino sus colaboradores. Se sientan a una mesa con Luciano Miguens, representante de la Sociedad Rural. ¿Hay que explicar algo más? Sí, los dirigentes de la FAA son traidores al mandato con el que esa federación surgió en 1910.
-¿Esa definición de revolucionario le cabe también a Stalin?... porque formó parte de la vanguardia que derrocó al poder...
-Sí, claro. Pero quiso preservar a la URSS y que la revolución quedara confinada en las fronteras inmensas de
Rusia. Y entonces tuvo que eliminar a quienes se oponían a esa política; 32.000 militantes, militares y civiles que habían trabajado en la clandestinidad en la época del zarismo fueron asesinados, y fueron asesinados bajo el régimen estalinista. Son contradicciones muy duras. Hoy no hay más URSS, pero Vladimir Putin sigue las huellas de Stalin y entra en Georgia, nada menos. Creo que Lenin y Stalin hubiesen hecho lo mismo que Putin: habrían querido preservar las bases de la revolución. Georgia era y es una punta de lanza del capitalismo mundial, encabezado por Estados Unidos, contra el actual régimen ruso.
-¿Qué representaba la figura de Trotsky en tus años de la militancia en el PC?
-León Trotsky fue la lectura prohibida para mí, como lo fue la de Jorge Luis Borges. Es así, ambos estaban condenados. Y yo, que milité desde 1945 hasta 1968 en el PC, los leía de un modo "clandestino", precisamente porque estaban censurados. Soy un lector muy ávido de la historia y me dije que, cuando se censura a alguien, hay que leerlo.
-¿Y qué visión del trotskismo tenías?
-Hay que decir algo: el trotskismo como corriente ideológica y política que yo conocí era una mierda. Así, simplemente. Discursiadores sin una meta clara, sin capacidad orgánica de armar un partido, sin consignas que, más allá de que llegasen a las masas o no, fuesen justas y apropiadas al momento en que se vivía. Hay que decirlo con claridad: Trotsky no mereció a esos trotskistas.
-¿Y qué fue lo que pasó en el medio? ¿Cómo devino el trotskismo en eso que conociste, teniendo como referencia a un teórico notable?
-En primer lugar hay que leer al propio Trotsky, a sus biógrafos, con toda la cautela política necesaria. Habría que decir que Trotsky sin Lenin, pese a su genio, estaba absolutamente desconcertado. Pese a ello, Stalin mandó a matarlo porque no estaba muy seguro de seguir en el poder. Prácticamente no salía del Kremlin. Estaba blindado. Rusia tenía un largo historial de asesinatos políticos como ningún país conoció, de príncipes y de la propia familia zarista. A propósito de la liquidación de la familia zarista, cuando Lenin se enteró, dijo, más o menos: "Qué se puede hacer ahora". Ya habían sido fusilados. Y fueron fusilados porque el destacamento rojo encargado de custodiarlos supo que se le venía encima el ejército blanco. No le iban a dejar esa bandera a la reacción. Los mataron.
-¿A quiénes representaba Stalin?, porque es imposible pensar que una sola persona determinara las acciones de todo un país.
-Por un lado, hay que poner sobre los papeles el terror que desató Stalin y que afectó hasta al último militante del Partido Comunista. En segundo lugar, el desarrollo de una enorme burocracia, que se benefició con la alabanza al genio de Stalin. Nada de lo que se hacía en la URSS, desde las fábricas entregadas a los trabajadores hasta la colectivización de la tierra, se hizo sin el impulso y las directivas del
camarada Stalin, eso se decía. Y, si se quiere, un tercer ejemplo: le recomendaron a Stalin, cuando los nazis llegaron a las puertas de Moscú, que se trasladara a una ciudad del monte de los Urales. Y Stalin no se fue de Moscú; presidió, desde las murallas del Kremlin, el desfile del 7 de noviembre, cuando -de hecho- comenzó la contraofensiva soviética. Y después Stalingrado... ¿dice algo ese nombre? Ahí el hitlerismo sufrió una derrota mortal. ¿Qué era el genio de Stalin? Sí, Stalin dirigía el comité militar y político que recuperó el nombre zarista de la organización militar y política que se tuvo antes de la revolución: STAVKA. Y, por cierto, además revivió como símbolos a los generales zaristas Kutuzov y Suvorov, quienes colaboraron en la victoria sobre Napoleón. El PCUS, ya no bolchevique, exaltó esa figura porque todos sus cuadros, hasta el portero de la última casa, se beneficiaban con el funcionamiento de la burocracia soviética que Stalin alentó desde que tomó el poder en sus manos. Y, por cierto, los estalinistas que lo rodeaban estaban en eso. También sus herederos, como Malenkov y toda esa pandilla que terminó por deshacer lo que quedaba de socialista en la URSS -con Putin incluido, que era miembro de los servicios secretos- fueron estalinistas. Yeltsin es otro, trágico y cómico. Poner a un borracho las 24 horas al frente de una potencia como Rusia realmente prueba de qué atrocidades es capaz la burocracia. En la URSS y aquí, en la Argentina. En la URSS y en Estados Unidos. ¿Cómo es que llevan a George Bush Jr. al poder? Porque si alguien tiene poderes imperiales en este mundo en que vivimos es el presidente de Estados Unidos, comandante en jefe de las tropas norteamericanas. Han puesto a un idiota, canalla y asesino a la vez en el poder, lo que habla de la degradación cultural del capitalismo. No se puede comparar a Bush con Franklin D. Roosevelt, un hombre cultísimo que venía de una de las familias más aristocráticas y que tenía sus lecturas. Si a Bush le citan a Shakespeare, él ordena: "Arréstenlo".
HUGO MONTERO
Gentileza revista "Sudestada"