"Reivindicar la necesidad de contar en Argentina con un bloque político de centroizquierda equivale, en el lenguaje internacional, a proclamar la necesidad de conformar el embrión de un futuro partido socialdemócrata. La dificultad que tiene el uso de esta expresión en Argentina es su diferente significado. Históricamente se alude a los partidos políticos socialistas que tomaron distancia del marxismo revolucionario. Pero como actualmente la mayoría de las formaciones socialdemócratas europeas ha desembocado en la "tercera vía", es decir, rindiendo pleitesía al social-liberalismo, es obvio que la socialdemocracia puede encerrar diferentes contenidos. En Argentina, debido a que el Partido Socialista integró la Unión Democrática, se lo asimila a veces al "antiperonismo". En nuestro caso la utilizamos rescatando el espíritu original que diera nacimiento a aquellos partidos políticos del norte de Europa (Alemania, Suecia, Rusia) que a finales del siglo XIX y principios del XX postulaban alcanzar el socialismo dentro del marco de la democracia liberal y parlamentaria y que actualmente reivindican en Europa el valor de la igualdad. Como la forma de partido supone un alto grado de homogeneidad política e ideológica, la conformación de un gran partido al estilo del PT brasileño ha sido habitualmente precedida históricamente de una alianza o coalición de partidos más pequeños que aspiran a condensarse en una unidad mayor. En Argentina no se ha conformado todavía un frente o alianza de partidos al estilo del Frente Amplio de Uruguay o el PT de Brasil con verdaderas opciones electorales. La opción de Kirchner por integrarse en el Partido Justicialista, con todos los lastres que ello lleva implícitos, ha significado en los hechos la renuncia a conformar un espacio transversal de centroizquierda. De modo que el espacio de centroizquierda, en Argentina, continúa vacío".

(Aleardo Laría, "Calidad institucional y presidencialismo": Grupo Editor Latinoamericano, Buenos Aires, 2008, págs.

179 y 180)