Las mujeres no son mejores seres humanos que los hombres pero, cuando se trata de resolver problemas derivados de la guerra y la violencia, "están mucho más cercanas a la realidad", según la médica italosuiza Monika Hauser.
Esta ginecóloga de 49 años estuvo entre los cinco galardonados esta semana con el Premio Nobel Alternativo en Estocolmo; ella, por su trabajo con las víctimas de violaciones en países en guerra. En entrevista con DPA habló acerca de su tarea.
-¿Cuál considera el resultado más importante de 15 años de trabajo con víctimas de violaciones en países en guerra o con graves crisis?
-El éxito más importante es, sin duda, que pudimos ayudar a muchos miles de mujeres a sobrevivir y, sobre todo, a sobrevivir con dignidad. Lamentablemente, en muchos territorios que viven una posguerra, como Bosnia, Afganistán o muchos países africanos, vemos que la gente más bien vegeta en vez de sobrevivir bien. Y es un éxito que hayamos mantenido en la agenda el tema de las mujeres traumatizadas, de modo que incluso Naciones Unidas no pudiera mirar para otro lado.
-¿Qué problema considera hoy más urgente?
-Hay muchos. La situación de las mujeres en el Congo es seguramente uno de los más importantes. Estamos ampliando la colaboración con la organización PAIF en la ciudad de Goma, donde realiza un trabajo con los derechos de las mujeres muy valiente. Allí la guerra ha vuelto a comenzar. Son los mismos los que vuelven a violar. Y la comunidad internacional no mira con suficiente atención. (...) Por supuesto que Afganistán es otro de nuestros puntos centrales, donde somos testigos del modo en que empeora la situación de seguridad. A pesar del buen trabajo hecho allí durante años tenemos que decir ahora, lamentablemente, que el trabajo se vuelve cada vez más difícil para nuestras colegas. Lo que nos preocupa, además, es que no contamos con una financiación a largo plazo para nuestros proyectos.
-¿Qué supone para usted que en los cuatro premios Nobel Alternativo concedidos este año estén implicadas mujeres?
-Me alegro mucho por ello. No quiero trazar pinturas en blanco y negro pero, según mi experiencia, tengo que decir que en las zonas de guerra y crisis los hombres son los principales responsables de la violencia, los crímenes masivos y la destrucción. No pienso que las mujeres sean mejores seres humanos, pero están más unidas a la realidad de la vida. Piensan de manera mucho más práctica acerca de cómo hacer realidad la reconstrucción, la comunicación y la paz. En la política internacional sólo se encuentran hombres que no dicen nada útil ante estos problemas.
THOMAS BORCHERT
DPA