Andrés Soliz Rada es morocho y más que una boca tiene una bocaza rodeada de labios pesados, gruesos. Ha cruzado los 70 como abogado especialista en temas energéticos. Reflejos bien entrenados. Sólida formación intelectual. Pasión por el periodismo. Fue ministro de Energía en el primer gabinete de Evo Morales.
Cuando a Soliz Rada se le pregunta el porqué de tanta inviabilidad de Bolivia como país, la primera respuesta se empapa de ironía:
- Quizá todo comenzó con la Constituyente de 1825 (cuando el fuerte sentimiento nacionalista boliviano se resistió a integrarse en confederación con Perú y la Gran Colombia, declarándose entonces nación independiente).
Pero acota Soliz Rada:
- O quizá nuestros problemas comenzaron cuando Colón llegó a América...
Pero luego, cuando se revisa la profusa tanda de escritos y ensayos de Soliz Rada se detecta fácilmente que, a la hora de establecer las causas del caso Bolivia, las explicaciones son de naturaleza más compleja.
Podrían resumirse en pocas palabras: la carencia a lo largo de toda la historia del país de un aparato de Estado que, en acción sostenida, integrara al país y sembrara cultura de integración.
- Luego viene lo otro... ante esa ausencia, ver cómo el poder de La Paz no se transfería fácilmente, que las obras públicas inherentes a integrarnos no computaban a las prefecturas con más desarrollo... nos dejaban de lado y etc., bueno... creció en enojo en Santa Cruz de la Sierra, que arrancó sola contra el Alto (occidente)... Ya en tiempos de la colonia los españoles la marginaban -comenta un gerente del Hotel Cortez, situado en el segundo anillo de avenidas que rodean a la poderosa Santa Cruz de la Sierra.
El argentino Martín Sivak es sociólogo y ha hecho de Bolivia uno de los blancos de sus investigaciones. Acaba de publicar "Jefazo", una pulida biografía política de Evo Morales. Pero dos años atrás escribió "Santa Cruz: una tesis".
"El conflicto entre el occidente y el oriente no es una novedad en Bolivia. Este tipo de disputas viene ocurriendo desde 1876, cuando la rebelión federal de Andrés Ibáñez amenazó por primera vez al gobierno central. Las tensiones continuaron durante los siguientes 150 años, involucrando diferentes tipos de conflicto y desarrollándose en varios tipos de contextos internos y externos".
Pero Sivak está convencido de que, a la hora de reflexionar sobre el caso Bolivia, hay mucho acercamiento erróneo sobre la realidad. "Son aproximaciones estereotipadas acerca de la relación entre el oriente y occidente de Bolivia. Este tipo de acercamiento plantea, de un lado, que la Bolivia occidental es pobre, indígena y radical; mientras que la Bolivia oriental es blanca, rica y racista. Estos estereotipos están lejos de ser acertados. Tanto el occidente como el oriente (la "Media luna"), el valle o el Altiplano son espacios multiculturales, pluri
lingües y multiétnicos. Bolivia tiene diferentes tipos de sociedades y una matriz diferente de relaciones sociales. Por lo tanto, la mejor forma de tratar sus diferencias y confrontaciones es identificar a los actores principales y entender sus disputas desde una perspectiva histórica".
Engarzando en alguna medida con la propuesta de Sivak, José Luis Roca señala "La historia de Bolivia no es la historia de la lucha de clases". Su libro "Fisonomía del regionalismo boliviano. La otra cara de la historia", resulta imprescindible a la hora de reflexionar sobre el "Caso Bolivia".
Roca se inscribe entre los intelectuales convencidos de que las causas del malentendido boliviano no merecen ser reflexionadas con la ideología como factor determinante. "Lo que ocurre en la sociedad
boliviana es -sostiene- común a otros países de estatus colonial o semicolonial, incorporados como regiones periféricas proveedoras de materias primas y de alimentos de los grandes estados capitalistas.
En este tipo de sociedad, el enfrentamiento clasista está suplantado o postergado por los intereses de la metrópoli, donde sus agentes actúan a través de los más variados mecanismos institucionales lo cual, en último análisis, traba y dificulta el proceso de cohesión nacional de un Estado. Uno de estos mecanismos es precisamente la lucha regional. Ésta se expresa en torno de una región del país que ve crecer su importancia, debido a un auge económico vinculado con situaciones coyunturales del comercio y de la economía del mundo".
Y remata Roca: "El error de Evo Morales y de las nuevas fuerzas que lo apoyan consistió en crear un nuevo antagonismo, esta vez entre indígenas y no indígenas".
Otro es el prisma desde el cual Álvaro García Linera evalúa causas del entrevero boliviano. Vicepresidente de la Nación. Sociólogo. Matemático. Personalidad muy calma. Ex miembro del último grupo guerrillero que operó en Bolivia, García Linera está convencido de que la estampida de tensión que signa hoy a su país responde a la intolerancia de la "Media luna" (Estados autonomistas) al nuevo equilibrio de poder surgido a partir de Evo Morales en la presidencia.
- Finalmente tenemos en escena, en acción concreta, la reacción contra el nuevo panorama discursivo que emana desde el gobierno y concita el respaldo de la mayoría de los bolivianos... En alguna medida se ha roto el empate en que se vivió durante más de un siglo -sostiene Linera.
Y escribe apelando a la historia más inmediata pero con proyección sobre el presente: "Desde el año 2000 las ideas-fuerza estatalmente emitidas han sido cuestionadas, en primer lugar, por otras propuestas discursivas centradas en torno del auto-gobierno indígena, la auto-representación sindical y la recuperación social-estatal de los recursos públicos privatizados".
Para Linera, tres son las características de lo que denomina "estas nuevas ofertas".
" Interpelan el orden "neoliberal" alrededor del cual se gobernó a Bolivia hasta antes de la llegada de Evo Morales.
" Ponen en tela de juicio el armazón republicano del Estado boliviano, que ha construido su institucionalidad a partir del desconocimiento de lo indígena, como elemento constitutivo del Estado y de la propia cultura legítima.
" En esta emergencia de nuevas creencias movilizadoras, se distingue un enfoque a partir del cual se construye la crítica a la lógica liberalizante que le dio estabilidad y legitimidad al Estado neoliberal y patrimonial durante las últimas décadas. Se trata de la preocupación por la recuperación de los recursos públicos y por la mayor participación o intervención directa de la sociedad en la toma de decisiones, que han encontrado gran receptividad en la población y permitido la unificación de distintos grupos sociales en una especie de cerco social al Estado.
Las reflexiones de Linera forman parte del núcleo duro del proyecto de Evo Morales. Y la oposición centrada en la "Media luna" hace tiempo que tomó nota que lentamente lo que el vicepresidente llama "nuevas propuestas discursivas" se plasma en nuevos y activos protagonismos en el manejo del aparato del Estado.
En su sobria y hermosa casa de la calle Guarey 116 de Santa Cruz de la Sierra, un hombre en silla de ruedas abre la maciza puerta de madera.
Estrecha amablemente la mano de "Río Negro", a quien conduce a un amplio estudio tapado de libros y recuerdos militares. Es general de división. Un balazo en uno de los tantos dimes y diretes que jalonan la historia lo dejó inválido. Hoy es profesor en la Universidad de Santa Cruz. Pero en un día de octubre del '67, como teniente del Ejército al mando de una patrulla, entabló combate con la guerrilla que lideraba el "Che". Cuando el tiroteo amainó, se encontró con un hombre sentado y herido junto a un árbol:
- Soy el "Che" Guevara -le dijo.
Y Gary Prado, aquel teniente hoy general lo tomó prisionero.
- Como militar, me cuesta confesarlo, pero los bolivianos todavía nos desconocemos mucho... Si usted repasa la historia, percibe que el Alto (el occidente, donde predomina la población indígena) y las prefecturas de la "Media luna" (los estados más desarrollados y con población blanca y mestiza) sólo se encontraron bajo un mismo proyecto en las trincheras... en las guerras que tuvimos con Chile, con Paraguay. Ahí, en el sufrimiento, en el dolor de esas guerras que tanto nos costaron, unos y otros estuvieron juntos, fueron iguales, formaron parte de una misma causa. Luego... la historia que se conoce -sentencia Gary Prado.
No cree que Bolivia se balcanice. Tampoco en la posibilidad de guerra civil entre el occidente y el oriente. Pero advierte:
- Se está yendo muy rápido a los extremos... muy, muy rápido a los extremos -dice Gary Prado, quien orilla los '70.
Y quizá tenga razón este general amable, de trato directo y que siempre tiene la casa llena de corresponsales extranjeros preguntándole por aquella tarde de octubre del '67.
Aquel cara a cara con un hombre que ya es leyenda.
CARLOS TORRENGO
carlostorrengo@hotmail.com