Sus compañeras la llaman "Miss Rocky", porque hace tan sólo unos meses que Kenia Barreto cambió sus guantes de boxeo por los tacones y ahora sueña con convertirse en Miss Venezuela 2008 y en la primera Miss Universo venezolana de piel negra.
"Espero ser la próxima Miss Universo, la primera Miss Universo venezolana negra", afirma sonriente y segura de sí misma esta espectacular mujer de 19 años, una de las grandes favoritas para ganar la próxima semana el certamen de Miss Venezuela.
Kenia, cuyo nombre recuerda inevitablemente su color de piel, llegó al concurso por una apuesta. Ganó el certamen de Miss Bolívar (estado del sureste del país) y se prepara para recibir el título de la venezolana más bella el próximo miércoles. "Me gustan los retos. Por ahora he dejado los guantes de boxeo y quiero ser modelo. Empecé en el boxeo como defensa personal. Después también competí. Tuve tres grandes peleas y las tres las gané", explicó la joven.
Según Osmel Sousa, presidente del concurso Miss Venezuela desde 1981, el color de piel no influye en la elección de una Miss. En la historia del certamen, dos jóvenes mulatas ya alcanzaron el título de Miss Venezuela, en 1998 y el 2005. "La más bella va a ganar. Si es una mujer morena, ésa será la vencedora. No hay ninguna preferencia por color de piel", afirmó Sousa. Kenia Barreto asegura no haber sentido racismo dentro de la organización de Miss Venezuela, donde sus rivales son en su mayoría chicas de piel de porcelana. "Creo que siempre hay una chica morena como yo que impacta, me parece que tenemos un toque que las blancas no tienen.
Pero sí es verdad que en el concurso de belleza de mi estado escuché que una negra no podía representar a Bolívar", reconoce.
En el último mes y medio esta joven ha perdido 16 kilos, sigue una dieta estricta que incluye purgantes y asegura no haber entrado a un quirófano para hacerse retoques estéticos. El único cambio sustancial en su imagen son unas lentes de contacto que dan a sus ojos un color gris perla profundo y a su aspecto, un cierto aire felino.
Además, la joven tuvo que suavizar ciertos gestos y modales, más propios de una boxeadora que de una reina de belleza. "Subo y bajo la escalera al menos 15 veces con tacones altos y sin mirar el suelo. El gran miedo es caerse", reconoce. "Hace no mucho tiempo, antes de salir a la pasarela escuché que decían 'Ésa no tolera un tacón'. Yo me puse mis zapatos con 12 centímetros de tacón y salí a por todas. Aquí estoy ahora", afirma orgullosa.
Kenia compara la disciplina del concurso con la de una academia militar. Sus jornadas incluyen clases de gimnasia, oratoria, pasarela y baile, masajes y entrevistas. Ella y el resto de aspirantes a Miss Venezuela reconocen que el ejemplo de Dayana Mendoza, compatriota recientemente coronada Miss Universo 2008, hace que las ampollas en los pies, el hambre y el cansancio se sientan menos al final del día. "Yo sé que voy a estar entre las finalistas. Tengo una enorme energía en mí. Salgo a la pasarela, no siento miedo y pienso: 'Me los voy a comer'. La belleza es también una cuestión de actitud", concluye Kenia Barreto.
Venezuela tiene cinco títulos de Miss Universo y cinco de Miss Mundo, entre otros, lo que le ha dado la reputación de ser una "fábrica" de reinas de belleza en el mundo.
BEATRIZ LECUMBERRI
AFP