El gobierno nos ha llamado al patriotismo, a la defensa de las instituciones. Pareciera que los periodistas, en el fervor de esos operativos exitosos, caemos en esas trampas y felicidades muy parciales de los colombianos cuando estamos tratando de interpretar nuestra realidad tan variopinta", afirmó Carlos Giraldo, coordinador del diario "El Colombiano" de Medellín, en el marco de una charla sobre el rol de los medios en la cobertura de los conflictos colombianos.
Una de las cuestiones más polémicas fue la intervención de la Cruz Roja en la liberación de Ingrid Betancourt. "Lo más preocupante y grave es que la CNN no nos engañó. Al principio hubo una tendencia desde la prensa a condenar que la CNN difundiera imágenes que desarticulaban un operativo que en apariencia había sido impecable. Los periodistas no tenemos que olvidarnos de que el amo absoluto es el hecho concreto".
Por su parte, Jorge Elías, columnista de Internacionales del diario "La Nación" se refirió a la gran exposición pública de Ingrid. "Sigo celebrando que haya sido liberada, pero en cuanto a imagen tuvo un efecto negativo porque de repente el discurso testimonial sobre su secuestro se agotó y apareció la Ingrid política. Ahí surgieron las encuestas en medio de un proceso en el que Uribe aún se debate si va por un segundo mandato. Se decía que si Ingrid competía con Uribe, ganaba Uribe. Si Ingrid competía con el ministro Santos, ganaba Ingrid. Lo que ocurrió fue que la faz política desdibujó el testimonio humano, que fue todo aquello que nos había tocado tanto. En un momento era ver a Ingrid y decir 'otra vez Ingrid en televisión', un exceso. Quizá esto fue espontáneo. O premeditado. O campaña política. Tal vez no. Pero eso fue lo que quedó reflejado después de la liberación".
En menos de un mes todo se precipitó en las FARC por las bajas enormes que sufrió: las muertes de Reyes y de Marulanda e Iván Ríos, a manos de un custodio, hasta que los segundos mandos entregaron a la jefa guerrillera Karina, una especie de mito.
Ante esta situación surge una pregunta: ¿es el fin de las FARC? "No lo es -afirmó Elías-. Puede ser el comienzo del fin o puede ser el inicio de algo diferente. Hay que recordar que dentro del secretariado había dos bandos: de un lado el ideológico, manejado por Alfonso Cano, que pretendió ser una expresión política pero no lo fue porque él nunca quiso competir con lo que llama 'democracia burguesa', y del otro lado el armado, el del 'Mono Jojoy'. Cuando se elige al sucesor de Marulanda, se elige al ideólogo y no al bando armado. Eso puede ser una señal de cambio o de transformación", explicó.
Dentro de su extenso análisis, Elías remarcó los errores que se cometieron en la liberación de Ingrid. "Al tiempo de la operación nos enteramos de que hubo un delito basado en un engaño muy particular. Se burlaron las convenciones de Ginebra al usar el emblema de la Cruz Roja y se nos puso a todos en peligro al usar el logotipo de Telesur. Y esto no es una defensa corporativa del periodismo, pero es algo de lo que siempre nos hemos cuidado: es como si nosotros (los periodistas) nos vistiéramos de guerrilleros para tener una primicia. Es la misma locura. Después de varias idas y vueltas esto fue admitido por el mismo presidente colombiano".
Otra de las preocupaciones que expresaron los periodistas reunidos por el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) está relacionada con el manejo de la información sobre la famosa computadora de Raúl Reyes y las implicancias políticas del caso. "Es preocupante que Interpol llegue a la conclusión de que el contenido de la computadora no fue tocado ni manipulado por el ejército ni por la policía. Las consecuencias, por lo pronto, han sido la captura de unos de los traficantes de armas más grandes del mundo y la posibilidad, todavía no definida, de presuntos vínculos tanto de Chávez como de Correa con las FARC", señaló Santiago O'Donnell, jefe de Internacionales de "Página/12". "Me parece difícil de entender la relación de Uribe con la ley -continuó O'Donnell-. Todos los políticos tienen y respetan, algunos más y otros menos, límites. Vemos que Uribe se pelea con la Corte Suprema, usa los símbolos de la Cruz Roja, no respeta territorios".
DERECHO A LA INTIMIDAD
El mundo fue testigo de la llegada del avión con la mitad de la familia de la liberada en compañía del canciller colombiano y pudo ver el reencuentro con Ingrid en el avión, lo que fue filmado con el consentimiento de la familia. El único límite fue que no se emitió en vivo sino que se vio en los noticieros de las 20.
"Hubo violación del derecho a la intimad aunque con total acuerdo de la familia Betancourt, con lo cual, en rigor, no fue violado. La familia Betancourt usó los medios para presionar con el fin de lograr la liberación de Ingrid y al momento de la liberación les agradeció dándoles una cobertura total del evento", explicó Olivier Ubertalli, corresponsal en Latinoamérica de "Le Point" y "Ouest France".
Ubertalli vivió de cerca todo el reencuentro. Estuvo en la residencia del embajador francés, donde almorzaban la familia Betancourt, el canciller colombiano y cinco medios franceses que habían viajado especialmente. "El embajador me invitó a escuchar cuando Ingrid le contaba por primera vez a su familia sus tres últimos días de secuestro. Yo no podía creer el hecho de acceder a tanta intimidad con el círculo Betancourt. Incluso, en ese momento Ingrid me dijo 'Podés grabar'. Fue extraño".
Sobre la lógica comunicacional de las FARC, Ubertalli señaló que, como demoran mucho en salir de la selva, las cartas luego llegan muy tarde a destino. "Pero bueno, problemas comunicacionales también tenemos en Francia: Sarkozy fue ridículo cuando leyó una carta a Marulanda, que ya estaba muerto".
Por último, Ubertalli contó que "antes de la liberación de Betancourt la única cosa que conocía un francés promedio sobre Colombia eran tres palabras: 'Ingrid', 'FARC' y 'narcotraficantes'. Por eso la gran cobertura de su liberación: todos nosotros, los franceses, conocíamos la imagen de Ingrid pero no la persona, lo que nos sorprendió mucho". Ubertalli señaló que la prensa de su país cometió el error de amplificar sólo el punto de vista de la familia Betancourt: "En Francia teníamos, antes de la liberación, la visión de que Colombia era un país en guerra. Por eso cuando fui le dije a mi familia que había ido a Perú. Además, Francia era anti-Uribe sin conocerlo. A la prensa le gustó esa liberación porque es una película con 'happy end'".
JUAN IGNACIO PEREYRA
ipereyra@netkey.com.ar