CULIACÁN.- Rafael Caro Quintero, Amado Carrillo Fuentes y Joaquín Guzmán son en México tres de los capos del narcotráfico más perseguidos, cada uno en su tiempo, y que han tejido historias que los convierten en personajes de leyenda.
Caro Quintero, "El Narco de Narcos" nacido en 1952, encabezó en los '80 el cártel de Guadalajara y fue perseguido por Estados Unidos por la muerte de Enrique Camarena, un agente de la DEA.
"El Rafa" fue detenido en Costa Rica en abril de 1985 en una escena digna de novela trágico-romántica: estaba en la cama con su novia, una mexicana sobrina de un político y que supuestamente había sido plagiada. "Yo no estoy secuestrada, estoy enamorada", dijo la joven -ya embarazada- a la policía de Costa Rica, que combatía un secuestro y terminó deteniendo a un gran capo.
Amado Carrillo Fuentes, nacido en 1956, fue líder del cártel de Juárez y era apodado "El Señor de los Cielos" por su flota de Boeing 727 en la que transportó a Estados Unidos cuatro veces más cocaína que cualquier otro narcotraficante.
En los '90 Carrillo huyó a la Argentina y propuso al gobierno mexicano un acuerdo: si lo dejaban "trabajar", acabaría con el "narcotráfico desorganizado", vendería droga sólo en Estados Unidos y Europa y combatiría la pobreza. El narco murió en julio de 1997 en la Ciudad de México durante una cirugía plástica y su cuerpo fue sometido a un polémico proceso de identificación.
Nacido en 1954, Joaquín "El Chapo" Guzmán es el capo más buscado por México y Estados Unidos desde su espectacular fuga, oculto en un carro de lavandería, de un penal de máxima seguridad.
La leyenda de "El Chapo" corre por Sinaloa donde, se cuenta, pasea en moto, frecuenta bares y organiza bailes. También se lo ha visto en el vecino Durango, donde en julio del 2007 se habría casado con una joven de 18 años. "La última vez que se le vio a 'El Chapo' fue en la feria ganadera; llevaba detrás a una banda de música y recorrió los locales del ganado más fino", asegura un sinaloense.