-¿Cuál es su visión de la violencia social, que crece a diario?
-Hay un cambio cultural. Me da la impresión de que hay una cuestión en el mundo que tiene que ver con la inseguridad. No hay proyectos e ideales creíbles. Cuando una sociedad tiene ideales, produce un efecto de organización y, al mismo tiempo, contiene las pulsiones. La falta del sentido del "nosotros" hace una especie de disgregación que genera violencia.
-Se cambió el "nosotros" por el "yo".
-Claro, es una cultura narcisista. La ambición es tener más y consumir más, donde el otro no te importa y pasa a ser un rival. La caída de ideales, las pocas posibilidades de trabajo, la droga y los pocos proyectos para los jóvenes llevan a la violencia.