El Reino Unido se ha visto envuelto en estos días en un intenso debate por una legislación sobre las investigaciones con embriones y células madre que es considerada un avance revolucionario por quienes la apoyan y "un enorme paso al vacío" por sus críticos.
Tras aprobar el lunes una controvertida ley que permite la investigación con embriones híbridos de humanos y animales, el Parlamento también sancionó la autorización para tener hijos que puedan ayudar a curar a sus hermanos enfermos, algo que los críticos temen que dé luz verde a los "bebés de diseño".
En los últimos años hubo en el país seis casos de familias a las que se autorizó a utilizar las células de la médula espinal o del cordón umbilical de un bebé para ayudar a un hermano enfermo.
Al igual que en los otros elementos del paquete de reformas, de cuatro partes, el gobierno presenta estas decisiones como un amplio esfuerzo para poner la legislación a la altura de los avances en la ciencia.
Mientras que los científicos consideraron las medidas como "una buena noticia" que pondrá al Reino Unido a la vanguardia de la investigación con células embrionarias en Europa y el mundo, los críticos creen que tira por la borda "milenios de creencias morales, religiosas y científicas" y que son "un gran paso hacia lo desconocido".
Las investigaciones con embriones híbridos se han realizado en Estados Unidos, China y Corea del Sur, pero son rechazadas por la mayoría de los gobiernos europeos.
Los líderes de la Iglesia Católica condenaron como "monstruoso" el uso de embriones híbridos y calificaron esa manipulación de la naturaleza de inmoral, pero las críticas también se hicieron oír desde el propio Partido Laborista del primer ministro británico Gordon Brown.
LAS RAZONES DE CONCIENCIA
Tres altos miembros del gabinete le comunicaron que votaron en contra del uso de tejidos mixtos de animales y humanos en investigaciones médicas por cuestiones de conciencia y religión.
"¿Cuán lejos llegará? ¿Dónde parar? ¿Cuáles son los límites?", se preguntó Gerald Kaufman, un veterano diputado laborista.
"En muchos aspectos somos como niños jugando con minas terrestres sin tener idea de los peligros de la tecnología que estamos manipulando", dijo Edward Leigh, legislador conservador que pedía prohibir los embriones híbridos.
La votación estuvo precedida por un llamado de Brown a aceptar el "desafío moral" para permitir a los científicos ayudar a millones de personas que sufren enfermedades degenerativas, así como cáncer o problemas cardíacos. La inusual intervención de Brown ha sido vinculada con su experiencia con su hijo Fraser, de 22 meses, que sufre fibrosis cística, una enfermedad genética.
MOTIVACIONES PERSONALES
Del mismo modo, el líder de los conservadores, David Cameron, manifestó que apoyaba la experimentación con embriones híbridos porque su hijo Ivan, de seis años, sufre epilepsia y parálisis cerebral.
"Cuando veo lo que sufre, pienso que si se pudiera hacer algo para parar este sufrimiento y el de otros niños, ¿no deberíamos tratar?", declaró Cameron. Otro cambio radical del paquete que será votado hoy es el "papel paterno" en las parejas que quieren tener niños por métodos de fertilización asistida. El gobierno propone reemplazar la frase que afirma que es necesaria la existencia "de un padre" por la expresión "una pareja de apoyo", lo que permitiría que las lesbianas y las mujeres solteras se sometieran a estos tratamientos.
Y, finalmente, el Parlamento deberá decidir sobre una propuesta conservadora para recortar el límite legal para abortar de las actuales 24 semanas a 22 o incluso menos, lo que implicaría el primer cambio en las liberales leyes del aborto del Reino Unido en 18 años.
La diputada conservadora Nadine Dorries, impulsora de la polémica propuesta que divide a los parlamentarios, asegura que es necesaria para bajar la tasa anual de abortos del país, de 200.000, que en su opinión está creciendo tan rápido que superará a la de Estados Unidos a finales de la década.
Las propuestas de permitir investigaciones con embriones híbridos de humanos y animales, además de las células madre y los "bebés de diseño", han generado debates que van más allá de las divisiones partidarias.
ANNATOMFORDE
DPA