La antigua Babilonia y las orillas del río Indo se disputan el lugar de origen de la invención de la rueda, elemento clave en la historia de la humanidad. Su característica inherente de movimiento circular concéntrico se aplicó a infinidad de mecanismos pero fue la posibilidad de traslación de objetos y personas lo que la convirtió en la vedette tecnológica desde tiempos remotos.
El neumático es el paradigma de aquel exitoso invento que se ha multiplicado por millones y que hoy habría que "desinventar", no en su concepto sino en su condición de residuo peligroso.
En la Argentina se desechan 100.000 toneladas anuales de neumáticos que se transforman en una amenaza ambiental. La acumulación indiscriminada en basurales y depósitos los convierte en refugio de roedores y favorece, 4.000 veces más que en la naturaleza, la reproducción de mosquitos y el consiguiente peligro de transmisión de enfermedades infecciosas.
El fácil acceso a cubiertas usadas y su molesto y contaminante humo negro a raíz de la quema directa transformaron el neumático en un ícono del piquete y la protesta. Desde otro perfil más cotidiano pero igualmente nocivo, es utilizado por los chacareros como combustible barato a la hora de controlar las heladas, sin conocer quizá los componentes altamente contaminantes de las partículas carboalquitranosas a los que se exponen personas y alimentos en contacto con el humo negro. (Ver recuadro)
El uso del neumático en las chacras no es fortuito; obedece no sólo a su ínfimo costo sino a su enorme poder calorífico, mayor que el del carbón y la madera y sólo superado por el del petróleo.
En Europa y Estados Unidos la industria del cemento aprovecha esta propiedad ahorrando petróleo y quemando neumáticos en sus hornos, de forma controlada y manteniendo la contaminación en valores menores al 1%. A esto se suma que las cenizas del neumático se agregan a la fabricación del Portland.
Otra forma de reciclar cubiertas usadas es triturarlas en diversos tamaños y separar los componentes de acero y fibras de nailon hasta llegar a un polvo con granos de menos de un milímetro que, entre otras cosas, se mezcla con el betún del asfalto de rutas logrando superficies más silenciosas, elásticas y resistentes al paso del tiempo. Otros usos investigados y desarrollados son en alfombras, como aislantes de vehículos, para la fabricación de tejados, masillas y aislantes de vibración y para la aislación acústica.
Se anticipa como un aprovechamiento muy importante su aplicación como sustrato amortiguador en campos deportivos de fútbol y tenis, en suelos de atletismo y en pistas de paseo o bicicleta.
EN LA ARGENTINA
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) tomó la iniciativa e investiga este proceso a través de INTI-Caucho. La licenciada Liliana Rehak, su directora, comentó a "Debates" el avance del proyecto de instalar una trituradora en los terrenos del CEAMSE, con la participación de capitales privados. En la primera etapa de funcionamiento se logrará un trozado, sin separación de tela y metal, que sirva, por ejemplo, como combustible para cualquier tipo de caldera adaptada a quemar residuos sin contaminar. Este proyecto, que en principio comenzaría a funcionar en el área metropolitana, contempla la creación de un plan nacional que organice la gestión integral para la recuperación de este desecho, agregó la licenciada.
La UTN regional La Plata también investiga en este sentido y ha concretado una experiencia piloto junto con la municipalidad al pavimentar un sector de la avenida 51 con el primer asfalto en la Argentina con "microtexturado de neumático, piedra y asfalto".
En nuestro país el recapado de neumáticos, sobre todo de camiones, alarga su vida útil, pero es ínfima la ventaja ante el desecho masivo, una amenaza ambiental que podría atenuarse de manera importante si se favorecieran las nuevas tecnologías de recuperación ecológica.
HORACIO LICERA
hlicera@rionegro.com.ar