En marzo de 1883 había once personas en la tumba abierta de Carlos Marx en el cementerio londinense de Highgate. Federico Engels habló de la "pérdida inconmensurable para el combativo proletariado" y aseguró sobre su amigo de largos años: "¡Su nombre y obra vivirán a través de los siglos!".
Engels tenía razón: incluso 125 años después de su muerte (el 14 de marzo de 1883), Marx es considerado un gran filósofo y economista que cambió el mundo como ningún otro alemán de la era contemporánea. Sus ideas dividieron el mundo en dos sistemas y marcaron la historia del siglo XX, aunque hoy sigan siendo tan controvertidas como en su época. Aún más: en la época actual, en la cual más que de socialismo o capitalismo se habla de globalización, los análisis económicos del revolucionario pensador recobran vigencia.
Marx vuelve a ser fuente de inspiración para los analistas: en el "globalizado turbocapitalismo", en el cual sólo cuentan el capital y los beneficios, repentinamente se habla del "dominio de la economía sobre la política", de una "nueva sociedad de clases" y de la "economización de todas las áreas de la vida".
Es la impotencia de un mundo inabarcable que pide a gritos una explicación, y entonces vuelve a surgir Marx como punto de apoyo. "En muchos aspectos describió de forma correcta las bases del sistema capitalista", afirma el politólogo Klaus Körner en Hamburgo, aunque agrega que no previó el desarrollo de la sociedad en tiempos de crisis. "Fue por sobre todo un analista", señala la historiadora Beatriz Bouvier. Sus "instrumentos de análisis" siguen siendo válidos hasta hoy, aun cuando no propongan soluciones (ver aparte). "Marx no sabía cuál podría ser el desarrollo de la sociedad. Recién con posterioridad se desarrollaron gracias a sus enseñanzas sistemas cerrados, que posibilitaron el abuso, ya sea de Lenin o Stalin", dice.
Marx, nacido en 1818 hijo de un abogado judío en Tréveris, tuvo su mayor influencia en el siglo XX con su utopía de una sociedad sin clases y de justicia social. El movimiento socialista internacional lo reconoció como progenitor del comunismo y lo interpretó a voluntad. En 1917, Lenin se remitió durante la caída de los zares rusos a las enseñanzas de Marx y, al destacar la aspiración al liderazgo del Partido Obrero, las amplió al "marxismo-leninismo". El sucesor de Lenin, el dictador soviético José Stalin, justificó el asesinato de millones de personas que pensaban de otra forma con la primacía del Partido Comunista. Aunque ello no se correspondía con el ideal de Marx de los obreros con libertad de expresión, fue realizado abusando de su nombre.
También en China, Vietnam y América Latina los revolucionarios lucharon bajo la etiqueta de Marx.
En los años '80, la mitad de la población mundial aún vivía en países que se inspiraban en el marxismo, aunque ese término en realidad proviene de los rivales del pensador, liderados en 1870 por el anarquista ruso Mijail Bakunin. Incluso el propio Marx una vez destacó: "No soy marxista".
El pensamiento de Marx fue revolucionario: el precursor comunista analizó con Federico Engels la situación en la época de la Revolución Industrial y describió la explotación de la clase trabajadora por empresarios y señores feudales.
La consigna de que el ser determina la conciencia cuestionó el orden imperante. En 1848 publicaron el "Manifiesto Comunista", en el cual Marx llamó a los obreros a actuar con la legendaria consigna "¡proletarios del mundo, uníos!".
Uno de los mayores logros de Marx fue otorgarles conciencia a los trabajadores por primera vez, según el investigador Marx Körner, quien con motivo del 125º aniversario de la muerte del pensador publicó una biografía y un libro de lectura.
En su principal obra, "El capital", que Marx escribió durante años, propone frente al sistema dominante como meta una "sociedad sin clases", que garantice "el libre desarrollo de cada uno" así como "el libre desarrollo de todos". Cree que a la larga el capitalismo fracasará debido a sus propias contradicciones. "En todo caso, fue un pensador que influyó tremendamente en la historia, en Europa y todo el mundo", afirma el ex presidente de la socialdemocracia alemana Hans-Jochen Vogel.
VON BIRGIT REICHERT
DPA