En Los Monegros reina el silencio, roto apenas por el viento que sopla por las áridas tierras de esta zona desértica del noreste de España. Esto, sin embargo, cambiará en breve, merced a un proyecto de enormes dimensiones que busca convertir esta comarca de Aragón, una de las menos pobladas y más pobres del país, en un paraíso del ocio y el juego, algo así como una mezcla de Las Vegas y Disneylandia, pero en formato gigante.
Un acuerdo entre el gobierno aragonés y un consorcio internacional con sede en Londres llamado International Leisure Development (ILD) prevé levantar en Los Monegros este complejo, bautizado como “Gran Scala”. Ubicado a una hora en automóvil de Zaragoza, incluirá 32 casinos, 70 hoteles, 232 restaurantes, 500 comercios, cinco parques de atracciones, un hipódromo, una plaza de toros, un campo de golf, centros deportivos y viviendas.
Las obras están presupuestadas en nada menos 17.000 millones de euros, el doble de lo que costaron en 1992 los Juegos Olímpicos de Barcelona, y han de comenzar en setiembre próximo.
Los promotores esperan que la primera fase del “Gran Scala” pueda empezar a funcionar en apenas dos años. Si las previsiones se cumplen, el complejo estará totalmente listo en el 2015.
Como modelo virtual, el “Las Vegas europeo” ya existe: las simulaciones en 3D muestran una especie de ciudad futurista con réplicas de las pirámides egipcias, de templos romanos y también del Pentágono de Estados Unidos.
“Es una oportunidad que no podíamos dejar escapar”, manifiesta el presidente del gobierno aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, quien espera un importante impulso económico a la zona que contribuya a su repoblación.
Basa sus esperanzas en los números calculados para el proyecto: tan sólo en impuestos, Aragón podría percibir casi 700 millones de euros (1.050 millones de dólares) al año. Además, se crearían 65.000 puestos de trabajo.
Según Iglesias, la comarca de Los Monegros ha perdido en las pasadas décadas unos 10.000 habitantes, pese a los regadíos y a las inversiones realizadas en regulación hidráulica y modernización agraria. “La agricultura no es capaz por sí sola de aguantar nuestra población. Tenemos que hacer más cosas, como mejorar los servicios y captar iniciativas económicas”, subraya.
Los promotores creen que el complejo atraerá anualmente a 25 millones de turistas y que propiciará que en la zona se radiquen unas 100.000 personas de forma permanente. Sin duda, esto tendrá un gran impacto en una comarca prácticamente virgen cuyos 31 municipios cuentan hoy en día en su conjunto con apenas 21.000 habitantes.
Esto, unido al singular paisaje de Los Monegros, considerado único en Europa, ha puesto en pie de guerra contra el proyecto a ecologistas, sindicatos, partidos de izquierda y colectivos sociales de la zona, agrupados en una plataforma ciudadana llamada “Stop Gran Scala”. “Este proyecto es una locura”, opina José Luis Martínez, uno de los portavoces de esa plataforma. “El modelo Las Vegas no es el que deseamos para nuestra tierra, ya que se basa en el despilfarro de recursos y de energía. No va a generar riqueza, ya que los empleos que se creen se basarán en salarios miserables y sin ninguna garantía para los trabajadores”, agrega.
Según los detractores del proyecto, éste además atraerá el crimen organizado, ligado a la prostitución, la trata de personas y el blanqueo de dinero.