S i Robin Hood viviera en la actualidad y se escondiera en el Bosque de Sherwood, el alguacil de Nottingham no tendría problema alguno para encontrarlo. El bosque abarcó alguna vez unas 40.000 hectáreas en el condado de Nottingham, hasta Sheffield, en el norte. Hoy su parte central se extiende sólo por 180 hectáreas y apenas algunas pequeñas zonas arboladas se aprecian en el resto de la demarcación.
Los expertos advierten que si no se emprende pronto un plan de rescate, no será posible regenerar el bosque y salvar los antiguos robles, en peligro de extinción, que se encuentran en el corazón del área.
Unas 15 organizaciones se han unido para delinear un plan con la esperanza de recaudar 50 millones de libras (100 millones de dólares) en un concurso de televisión. “Si uno pide a alguien que piense en algo típicamente inglés o británico, pensará en el Bosque de Sherwood y en Robin Hood”, dijo Austin Brady, director regional de la Comisión de Conservación Forestal de East Midlands. “Son parte de nuestra identidad nacional... pero el Bosque de Sherwood es un lugar real, y los bosques reales necesitan ayuda”.
El bosque es famoso por su relación con Robin Hood, el personaje legendario que supuestamente vivió ahí en el siglo XIII. Las leyendas más populares dicen que Robin fue un noble desposeído que les robaba sus pertenencias a los ricos para regalarlas a los pobres y que usaba el bosque para escabullirse de su enemigo, el alguacil de Nottingham.
Uno de los árboles más antiguos y conocidos es Major Oak, cerca de Edwinstowe, el poblado donde según la leyenda Robin se casó con la doncella Marion, dentro de la iglesia de Santa María. Los historiadores creen que ese roble y otros de Sherwood eran árboles jóvenes en la época de Robin Hood.
Los guardabosques del parque señalan que ese hecho hace de los robles antiguos una de las arboledas más importantes de Europa. Sin embargo, les preocupa la tasa de declinación de los ejemplares. Al paso de los siglos, la deforestación ha ocurrido por diferentes motivos: la obtención de madera para los barcos medievales, la creación de terrenos para la agricultura, la explotación de minas de carbón y el crecimiento de las poblaciones aledañas.
Ahora los años y, según algunos, el cambio climático están causando estragos. Era común que un viejo roble cayera cada año, pero tan sólo en el último siete se han venido abajo, dijo Izi Banton, el principal guardabosques. Actualmente hay 997 robles antiguos en las 180 hectáreas del centro del bosque, dijo Banton. Unos 450 viven aún, y de esos unos 250 están en buenas condiciones, mientras que los otros 200 son particularmente vulnerables.
Los robles viven unos 900 años –tardan 300 en crecer, se mantienen intactos durante otros 300 y demoran otros tres siglos en morir–. Cook dijo que los guardabosques temen que las condiciones meteorológicas más extremas –resultantes del cambio climático– seguirán amenazándolos.
Los robles y la fauna que albergan seguirán siendo más vulnerables mientras permanezcan aislados del resto del bosque, consideró Brady. El plan de rescate se enfocaría en plantar 250.000 nuevos árboles para reforestar zonas, de manera que se unan.