El gobierno que suceda a Néstor Kirchner tendrá, especialmente en los primeros meses, un panorama complicado porque de la ecuación entre ajuste de tarifas de servicios públicos, rebaja de subsidios y puja salarial no se sale sin conflictividad social. De la forma en que la futura administración enfrente el nudo gordiano que le espera dependerá el desarrollo de la nutrida agenda que debe encarar en 4 años.
Los temas a resolver en forma prioritaria se resumen en las tres variables con peligro de desborde: la inflación, la crisis energética y la salud pública. En la agenda del mediano plazo figuran la deuda con el Club de París y terminar con el conflicto con Uruguay por las papeleras, entre otros.
El primer verano de gestión será muy movido y a partir de marzo, cuando comience a pleno el 2008, la conflictividad social estará en su punto más alto.
" En esas primeras semanas, la flamante administración deberá decidir el incremento en las tarifas de servicios públicos, cuestión que generará un enorme malestar.
" Al mismo tiempo, hay coincidencia en que es necesario bajar el nivel de subsidios, aunque sea en forma paulatina, especialmente en el transporte, lo que derivará en una suba en los boletos.
" Asimismo, empresarios y trabajadores abrirán en febrero la negociación paritaria. La puja salarial no tendrá las mismas características que durante los 4 años de Néstor Kirchner. Dado que la próxima discusión salarial se dará con una inflación mayor, con aumentos en transportes y tarifas de servicios, es previsible que la calma social no pueda mantenerse en iguales condiciones.
" En tanto se resuelve esto, la nueva administración deberá poner en funcionamiento un sistema de salud pública en serio que iguale las condiciones de acceso de la población.
" Finalmente, debería encarar una verdadera reforma política. Pero sólo el tiempo dirá si hay voluntad para eso.
SUSANA GRASSI
DyN