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Domingo 21 de Octubre de 2007
 
 
 
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  ENTREVISTA: ALEJANDRO CATTERBERG
  -El peronismo, tal cual lo conocimos-
Para el titular de Poliarquía, la crisis del 2001 disolvió todas las fuerzas menos el peronismo. Cree que ganará Cristina y que su partido seguirá reinventándose y moviéndose "al son del viento que exprese la sociedad".
 
 

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Quién gana?

Cristina, y sin segunda vuelta, al menos hoy. De los trabajos que viene haciendo Poliarquía, a esta semana ronda el 45%. Según la Constitución nacional, sólo si saca menos del 40% habrá segunda vuelta pero, si logra más del 45%, no la habrá y, si obtiene entre el 40 y el 45% y una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, tampoco.

¿Y entonces?

Y entonces no descartamos que finalmente tenga un respaldo situado entre el 40 y el 45%, pero sí nos parece muy pero muy improbable que el segundo se le ubique a menos de 10 puntos de diferencia.

¿Definen los indecisos?

En Poliarquía entendemos que sí. Hasta hace dos semanas se remontaban al 22,7%, pero aun desde esa indecisión a modo de tener que optar sí o sí por un candidato el 16,3% de ellos pensaba en ese momento hacerlo por Cristina Kirchner.

¿Dónde se afianza más su voto desde lo geográfico?

Está afianzada en el conjunto del país pero, en ese marco, tiene un respaldo muy sólido en la provincia de Buenos Aires e, integrado a esa geografía, un respaldo terminante en el Gran Buenos Aires. No encuentro razones para creer que esto mude de aquí al 28. Cosecha sin mayores esfuerzos los niveles de aprobación promedio que tiene la gestión de su marido.

¿A cuánto llega ese promedio?

Nosotros lo tenemos en el 50%, que a cuatro años de gestión, en éste y en cualquier país, es un nivel muy importante, máxime si tomamos en cuenta de dónde viene el país en términos de cuestionamiento a la representatividad de los políticos. Esa gestión es la tracción más vigorosa que tiene la candidatura de ella, con independencia de si se está o no de acuerdo con los contenidos de esa gestión.

Visto ese voto desde su origen, su cuna política, ¿de dónde lo extrae?

Concentra mucho voto peronista o ligado, más o menos fuertemente, a esa tradición.

¿De qué planos sociales?

De la base más amplia del peronismo, o sea, de los sectores de menores ingresos, lo cual no excluye otros sectores pero, al menos de las conclusiones a las que vamos arribando en Poliarquía, a medida que aumentan ese nivel y el educativo, disminuye el voto al oficialismo.

¿Hay un punto de la estructura urbana del país donde la candidatura de Cristina esté mellada?

Tiene problemas en los centros densamente poblados: Capital Federal, Córdoba, Rosario... pero, en el resto del país, se incrementa significativamente en localidades chicas y mediadas.

¿Qué aspectos pueden destacarse desde el afuera del oficialismo, desde la oposición, por caso?

Tengo la impresión de que tras las elecciones, y siempre reflexionadas desde un triunfo del oficialismo, se hablará y analizará mucho cómo llegó la oposición a esta elección. Y a mí me parece que ese debate tendrá que asumirse desde un punto de partida: la crisis del 2001 no se llevó los partidos políticos, lo que se llevó fueron los partidos políticos que hoy son oposición, que es muy distinto. O sea: la crisis de la oposición no es simple imposibilidad, hoy, de converger en puntos en común de cara al kirchnerismo; es la crisis del 2001 que sigue disolviendo todo lo que está por afuera del peronismo.

¿Entonces usted no participa del convencimiento, muy desplegado por estos tiempos, de que también el peronismo está disolviéndose?

No descarto que esté en situación compleja, pero el peronismo sigue teniendo capacidad de estar en el centro de la escena, de consolidarse en el manejo del poder. El radicalismo no sobrevivió al fracaso de la Alianza que llevó a Fernando de la Rúa al poder o, en todo caso, está en estado de coma, mientras que el peronismo sobrevivió a Menem, fue alternativa a la crisis de representación y cuestionamiento del 2001 y aquí está. Que desde lo simbólico y desde la liturgia que le fue tan afín durante años hoy este peronismo no sea el mismo de antes, es otra cuestión. Pero lo concreto es que la matriz del poder que maneja el país sigue siendo, en estilos y formas de hacerlo, peronista... con variantes en relación con el pasado pero peronista. Yo soy escéptico sobre la tesis de (Torcuato) Di Tella.

¿Que el sistema político argentino terminará derivando en dos movimientos, uno de centroizquierda y otro de centroderecha?

Efectivamente. No me parece que eso suceda porque la estructura del peronismo, como hacedor de poder, es muy fuerte y en alguna medida es en sí

mismo centroderecha, centro y centroizquierda... es pragmatismo para terminar siempre siendo peronismo.

Hay un trabajo, "El menemismo y el poder", del sociólogo Sergio Labourdette, en el que se sostiene que el peronismo siempre fue, en la política argentina, un "bloque de sentidos y prácticas" diferente de otros sectores, "una manera de estar en el mundo social" que explica su gravitación permanente...

Sí, uno podrá o no estar de acuerdo con el peronismo o con los peronismos, pero no puede negar que, como fuerza política, está probada al máximo en su capacidad de juntarse y reinventarse. Uno mira las boletas electorales de los '90 y encuentra que mucha dirigencia y liderazgos peronistas insospechados de ser de derecha acompañaban a Menem. Si esa lectura la trasladamos a las boletas con respaldo a Cristina, encontramos que mucho peronismo que no es de izquierda ni progresista la acompaña. Mire, tras la crisis del 2001, ahora el peronismo vuelve con dos candidatos propios Cristina y Rodríguez Saá pero sólo uno de ellos es dominante; tanto, que ganará con un porcentaje cercano a la media histórica a lo largo de la transición: 45%.

Admitida la vigencia de esa gravitación, ¿hacia dónde se moverá el peronismo con Cristina presidente?

Bueno, es hacer futurología pero, si aceptamos la plasticidad con que se mueve el peronismo ante la realidad que le plantea la historia, creo que se moverá al son del viento que exprese la sociedad. El peronismo sigue existiendo tal cual lo conocimos siempre.

¿Cuál sería un promedio de votos para ser un opositor "decoroso"?

No menos del 20% de los votos, quizá el 25%.

 

Alejandro Catterberg es licenciado en Economía egresado de la UBA y máster en la Universidad de Columbia. Integra el directorio de Poliarquía Consultores

 

CARLOS TORRENGO

carlostorrengo@hotmail.com

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
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